Miro como el taxi se aleja como Helena dentro.Cada palabra que dio me la merecía.Ella tiene razón.Sin embargo, está equivocada en una cosa. Nunca la deje sola en el hospital. No podía acercarme, pero estuve al pendiente de todo. Tampoco la perdí de vista cuando estaba en su departamento. Tengo cámaras de seguridad dentro de su departamento.Si. Es una medida desesperada, pero necesitaba verla. Por eso cuando escuche la conversación de ella con Jojo diciendo que saldría con ese medicucho de mierda me cabree.Los dos meses sin ella han sido una tortura, pensé que alejarme sería lo mejor, pero estaba equivocado. No me puedo concentrar en nada, no duermo en condiciones. Todas las noches me siento frente al vestidor y observo todas sus cosas. Fui tan cobarde, que ni siquiera puede deshacerme de nada que le pertenece.También he lidiado con hacerme con el poder absoluto. Dominic no estaba muy feliz de estar bajo mis órdenes, pero era eso o perecer. No iba a dejar que nadie se hiciera con
Ruedo en busca de una posición más cómoda sobre la cama.¿Cama?Lo último que recuerdo, es estar en mí casa leyendo antes de que los hombres de Cillian irrumpiera.Abro los ojos de golpe y miro alrededor.El espacio es pequeño. Solo hay dispuesto una cama y una mesa de noche a un lado. Cerca de esta, hay una pequeña puerta. Con cautela me pongo de pie y me acerco a una de las ventanas para darme cuenta con horror de que estamos volando a quien sabe dónde.Descalza y con toda la mala leche, salgo de la habitación. Me detengo en seco al ver a tres de los hombres que entraron en mi casa. Están sentados dos leyendo y otro viendo una película con los audífonos puestos.—Veo que descansaste —desvió la vista y me encuentro con Cillian de pie a unos metros de distancia.—Tu —gruño acercándome hasta el con las manos en puño— ¿¡Como coño te atreves a secuestrarme!? —grito.Mi mano vuela a su rostro. Este no se inmuta.En realidad, nadie lo hace.—Llévame de regreso. ¡No pienso ir a ningún sitio
Me quedo de pie en el muelle donde la lancha se detuvo. Frente a mí, hay una casa de buen tamaño, a un lado diviso otra más pequeña. Alrededor veo la vegetación que hace la casa casi invisible al ojo humano, a menos que este a cierta distancia.Es en toda regla una casa para vacacionar. Desde los grandes ventanales hasta las barandillas de cristal del piso superior. Me quito los zapatos y sigo a Cillian de cerca.Lo que me tiene al borde de un ataque de histeria es que estemos solos en medio de la nada.No es justo.—Norman y los demás hombres estarán en la casa de visitas— señala la pequeña edificación a un lado.Cuando la arena toca mis pies no puedo evitar sonreír. Siempre me ha gustado viajar, pero entre mi carrera en construcción, pagar el departamento y ahorrar el resto, no me quedaba nada para poder hacerlo.Al entrar por la puerta principal, me encuentro con un gran espacio. La casa es de techos altos. La escalera moderna si barandillas y los ventanales le dan un toque elegant
Me coloco la última horquilla en el cabello dejándolo en un recogido algo desordenado. Mi vestido azul oscuro de corte griego es fresco para el cálido clima.Mi mirada se dirige a él chupetón que Cillian dejó en mi hombro ayer en la tarde en la piscina.—La carne es débil y el corazón, un pendejo—susurro disgustada conmigo.Después de nuestro tórrido encuentro, salí de la piscina como alma que lleva el diablo, y me encerré en la habitación. No vi a Cillian después de eso. Intento entrar cuando anocheció, pero no le deje. Tenía que subir de nuevo mis defensas.Cuando creí que ya se había ido dormir, bajé por algo de comer y volver corriendo a mi escondite.—Como una maldita rata —Helena resoplo.Esta mañana no lo vi. Le pregunté a Norman al cual encontré en el salón, solo respondió que su jefe había salido al poblado. Su mirada gélida me produce incomodidad. Prefiero a Fran, el hombre me cae bien y es muy amable.La hora del almuerzo llego sin noticias de Cillian. Había preparado algo
El camarero nos sirve la cena antes de retirarse. —Necesito que me cuentes que pasaba por tu cabeza durante este tempo en el que no estuvimos juntos— indago de repente. Este se queda con el cubierto a medio camino y me mira. —Helena. —No. Quiero saberlo. Se queda en silencio un momento, hasta que se da cuenta que no pienso echarme para atrás con mi pregunta. —Tuve mucho trabajo, si es lo que quieres saber— frunzo el ceño. —La muerte de Canon solo hizo salir de sus madrigueras a los que querían hacerse con su poder. Tuve que educar desde el ejemplo. —Entiendo— murmuro antes de tomar un poco de mi copa de vino. —Traro de ser honesto, pero no quiero ensuciarte con mis asuntos. —Si estamos juntos, son nuestros asuntos Cillian. No me hagas un lado —asevero, no se de donde salió eso, pero es como me siento respecto a todo. —Pero hay momentos en que no voy a poder contarte por tu seguridad. —Que no sea una excusa— le señalo —Seria un detalle que me avises si estas en peligro— iron
—Bien. Tenemos que discutir algunas cosas—murmura Cillian, ya bien entrada la madrugada. Estamos acostados en la cama después de tener una reconciliación en toda regla. Al terminar la cenar regresamos a la casa. Cillian descansa sobre mi vientre y sus manos acaricias mi enrojecido cuerpo. —¿Qué hay que hablar? ¿Del hecho, que estoy tonta por darte otra oportunidad? —digo con mofa— ¡Ay! —me quejo cuando me muerde. —Yo diría que eres muy brillante—dice riendo. —Habla—demando. —Hay reglas que debes seguir. Frunzo el ceño. —No me pongas esa cara —dice incorporándose. —No soy uno de tus hombres para que me órdenes. Suspira. —Cariño. Es por tu seguridad. Arqueo las cejas cuando lo escucho. —Solo te pediré dos cosas —no digo nada. Solo escucho— Uno. Siempre tendrás a alguien tu lado al salir—me mira esperando, pero no respondo— Dos. Si te ordeno hacer algo por tu seguridad, no te enfadaras y pelearas conmigo. Bufo. —Es decir ¿Tú dices brinca y yo lo hago? —me incorpora hasta su
POV CILLIAN.El llanto y los ruegos del hombre que se encuentra tirado sobre un plástico no me perturban. A mi lado, Ares escruta con la mirada al pobre diablo.—Señor… —balbucea el hombre en el piso del almacén—Le juro que yo no sé de qué habla.—¿Me crees imbécil? —mi tono es frío y sin emoción—Piensas que no sé todo lo que pasa a mi alrededor—abro los brazos y lo miro con una sonrisa estudiada— esto me pertenece. Canon es pasado. Tú y tu gente si quieren vivir, me responden a mí. Nadie más que yo decido que pasa y que no en mi maldita ciudad.—Ellos vinieron de su parte.—¿Quiénes? —inquiero— solo dame el nombre de los que se atrevieron a robarme —pongo mi mano sobre el cuello de Ares —¿Él? —lo señalo—Porque él, es mi primero al mando y si no viste su maldito rostro, entonces te jodieron.Mi cabreo ya está a mil, al igual que el de Ares.El hombre lloriquea más fuerte.Miro mi reloj y bufo. No tengo tiempo para esto.—¡Rick! —ladro—Encárgate de sacarle todo lo que necesito—El hombr
Cillian se endereza en su asiento y ajusta la corbata mientras Norman abre la puerta frente a la AI Fiori. Un restaurante de comida italiana ubicado en la quinta avenida. Fran se sitúa al lado de Norman atentos a nuestro alrededor. Bajo de la camioneta y solo por un momento deseo irme y anular el encuentro.Fran es mi guardaespaldas personal y la verdad no podría estar más agradecida. El hombre es callado pero muy observador. Cillian confía en él, así que yo también lo hago.Cillian me toma de la mano y ambos entramos al restaurante. Nos llevan a la mesa donde ya mi madre espera junto a mi padrastro Louis. Por su cara sé que está molesta por el retraso. También me doy cuenta como escanea de pies a cabeza mi aspecto antes de concentrarse en Cillian.Malo.—Quince minutos tarde, Helena—niega.—Lo siento, pero Cillian tenía asuntos que tratar—digo acercándome a ella y dejando un beso en su mejilla. A su lado Louis me da un abrazo rápido.—No me importa esperar un poco —murmura.—Gracias