Me doy un último repaso frente al espejo del vestidor y, me aseguro que me veo bien.Llevo unos pantalones, color negro ajustados. Un top blanco escote halter. El atuendo lo completo con una americana rosa pálido y zapatos de tacón, color nude. Hoy es mi primer día de trabajo en el bufete. Después de mi pelea con Cillian hace un par de días, llame al hombre y me espera.Sé que ha cedido para hacerme feliz, ya que no está de acuerdo con que me “exponga”Satisfecha con mi atuendo. Tomo mi bolso y, salgo de la habitación. Cuando llego al comedor ambos hombres están sentados a la mesa. Ares silba con una sonrisa mientras Cillian me observa en silencio.Tomo asiento al lado de Cillian.Poso mi mano en su antebrazo.—¿Estás bien? —inquiero.—Por supuesto.—Está bien—digo antes de servirme café.—Creo que te sentara bien distraerte—comenta Ares, ganando una mirada asesina de Cillian.Lo ignoro.—La verdad. Es que, más que salir. Ejercer lo que me gusta, me ayudara.—Velo del lado positivo,
POV CILLIAN.—Quita esa cara —escucho a mi hermano, murmurar a mi lado. Estamos estacionados en una calle, donde se supone hay una reunión con la persona que está detrás de los ataques a mi organización. Y, si hoy puedo tener su cabeza, mejoraría mucho mi día de mierda.—Sabes porque estoy así—gruño.—Lo sé. Mi cuñada no está muy condescendiente en estos días—me brinda una sonrisa ladina—Debiste amarrarla a la cama—lo fulmino con la mirada—No hablo de sexo— pone los ojos en blanco—Solo que, tiene que entender que hay veces que no puede hacer su voluntad—miro al frente—Menos en este momento, que tenemos una amenaza invisible acechando—Me mira— ¿Qué dijo respecto a este asunto?Me remuevo y miro por la ventana.—Porque, ¿Le dijiste?Niego.Ares maldice.—No sé, quien es más estúpido de los dos.—Hey —le señalo—No me hables así. No me pareció prudente—digo—Helena estaba estresada con lo de su madre y se sentía oprimida al estar en la mansión todo el día —niego—¿Crees que la enviaría a
POV CILLIAN.La mujer deja lo que hace.Mira a cada uno de nosotros con cautela.—Primero. Baje el arma, Por favor—dice en voz baja—Segundo. Somos un consultorio médico comunitario—niega—No tenemos lo que se necesita para atenderle.¡Maldita sea!Ares se tambalea.—Es solo un rasguño.—Pídele lo que necesitas a él —señaló a Josh.La veo titubear, antes de asentir.—Déjelo sobre la camilla del fondo. Y, ponga presión en esa herida—dice aclarándose la garganta. Y dándome una mirada seria.—¿Dónde cojones está el doctor?—Soy yo—declara la mujer.Miro a Josh que asiente.Se acerca a la mujer mientras yo me llevo a Eros.—Estoy bien, Cillian.—Estás perdiendo mucha sangre, para ser un puto rasguño—digo.—No me regañes—murmura con una sonrisa tonta.Lo dejo sobre la camilla.—Estás haciendo un drama y asustas a la chica—me mira frunciendo el ceño.La mujer entra después de unos segundos, seguida de Rick.La veo caminar hasta un pequeño estante de suministros. Carga sus brazos con diferente
Abro los ojos despacio y miro alrededor. Estoy sentada en un sofá de una plaza y me he quedado dormida.Quien sabe por cuánto tiempo.Estoy en la habitación donde tienen a Ares. El cual, se está recuperando de una herida de bala.Al llegar a casa, después de mi primer día. Me encontré con la situación. Una que no espere encontrar.Cillian se ha puesto en peligro por querer acabar con una amenaza a la que se está enfrentando desde hace algunos meses y, no me había informado que tan grabe está la situación.Ahora estamos en un consultorio comunitario en medio del Bronx. Mi esposo ha amenazado con un arma a la doctora a cargo para hacerla socorrer a Ares.—No deberías estar aquí—escucho en voz baja.Miro a un lado y, veo a Ares acostado en una cama con una vía. Su rostro tiene mejor color y eso me alivia.En los meses que Cillian y yo hemos estado juntos, después de nuestra previa separación. Ares y yo hemos creado un vínculo. Es un hombre
Ares está en casa. Muy temprano, Emma lo reviso y dio el visto bueno para trasladarlo. Cuando nos despedimos parecía aliviada y también algo asustada. No la culpo. Lo más probable es que debió pensar que Cillian la iba a desaparecer. Resoplo. Al llegar a la mansión, Instalaron a Ares en su habitación. La cual, ya tenía los equipos que iba a necesitar para terminar con su recuperación y el doctor Davis. Un hombre de confianza de Cillian estaría al frente de su recuperación. En cuanto a Cillian y yo. Bueno, no estamos en los mejores términos. No voy a dejar que me haga menos. Salí de la mansión sin verle. Estaba ocupado con algunos asuntos importantes. Generalmente, cuando salgo me despido. Esta vez no le busque y creo que entiende el mensaje. Aún estoy cabreada con él. Alejo los pensamientos de esos asuntos y me concentro en lo que me atañe ahora. Mi entrevista con Maximiliano Wagner. Me reclino en mi silla y miro con alegría el espacio que Roger me ha proporcionado. Es una o
—Pero, si es mi cuñada favorita. Ares me mira con una sonrisa cuando entro a su habitación. Está recostado sobre la cama llevando solo un chándal de pijama. —Espero ser la única. A menos, que tengas otro hermano y no lo sepa—me siento en un sofá junto a su cama —No me des razones para matar a tu hermano. Ríe entre dientes, antes de hacer una mueca. —Perdona que te lo diga, pero no te veo con un arma en la mano. —Bueno. Déjame recordarte, que tu hermano me ha estado enseñando por protección personal, así que te sorprenderías—arqueo la ceja. Nos miramos un momento antes de que suspire. —¿Qué hizo mi hermano? Sonrió —¿Tanto se nota? —inquiero a cambio —Por lo general, ambos desbordan miel—lanzo una carcajada, echando la cabeza hacia atrás. —Puedes catalogar a Cillian lo que se te ocurra. Pero, Dulce no es una de ellas. Siempre lo he definido como un cactus—confieso y es su turno de reír, pero se queja. —Eres mala para mi salud. —Pero ya, hablando en serio—lo miro— ¿Cómo está
Los últimos dos días han sido relajados entre Cillian y yo. Mi trabajo marcha bien. Hemos introducido la petición de custodia y solo nos queda esperar a que el tribunal de familia inicie el proceso. Maximiliano espera que todo se dé sin dramas. Muy loable de su parte, generalmente en estos casos, las partes se destrozan. Así que espero que mi cliente sepa afrontar la situación que se avecina. Cillian sale del vestidor poniéndose la americana del traje que llevará a la reunión en casa de Dominic. No quiero ir, pero debo. —¿Lista? —inquiere. —Solamente me falta los zapatos—murmuro ajustando el escote en barco de mi vestido rojo que tiene una gran abertura en la pierna izquierda. Soy consciente que, Cillian es alguien celoso. Sin embargo, me he dado cuenta de que le gusta presumir frente a los hombres que se reúnen en casa de Dominic. Es como una silenciosa competencia de quién tiene la mujer más hermosa y mimada. Las mujeres visten sus joyas más nuevas y sus mejores atuendos. Lo
Apenas, soy consciente de las voces. Me llevo la mano a la cabeza y frunzo el ceño cuando toco algo húmedo. —Helena. —¿Sí? —susurro —Abre los ojos para mí. ¿Sí? Lo hago. Con lentitud abro los ojos y me encuentro debajo de Cillian. ¿Debajo? Sus ojos están encendidos con ira. —¿Qué paso? —Nos embistieron en un alto. Te acabo de sacar de la camioneta—gruñe. Miro a un lado para darme cuenta de que estamos sobre el pavimento. —Cillian. —No te muevas de aquí—sisea antes de ponerse en pie con su arma en la mano. Alargó la mano y lo tomo de la mano. —Ten cuidado. El miedo se instala en mi vientre. Una figura se hace presente y veo a Fran. Este se agarra el brazo. —Los hombres de la camioneta trasera, tienen al culpable del atentado—anuncia. —Bien. Quédate con ella. Con ayuda de Fran, me siento y me sostengo contra la camioneta. —¿Sabemos quién es? Niega. —Al parecer son hombres de London. —Hijo de puta—gruño. —¿Estás bien? —inquiere—Necesitas un doctor. Nie