Ares está en casa. Muy temprano, Emma lo reviso y dio el visto bueno para trasladarlo. Cuando nos despedimos parecía aliviada y también algo asustada. No la culpo. Lo más probable es que debió pensar que Cillian la iba a desaparecer. Resoplo. Al llegar a la mansión, Instalaron a Ares en su habitación. La cual, ya tenía los equipos que iba a necesitar para terminar con su recuperación y el doctor Davis. Un hombre de confianza de Cillian estaría al frente de su recuperación. En cuanto a Cillian y yo. Bueno, no estamos en los mejores términos. No voy a dejar que me haga menos. Salí de la mansión sin verle. Estaba ocupado con algunos asuntos importantes. Generalmente, cuando salgo me despido. Esta vez no le busque y creo que entiende el mensaje. Aún estoy cabreada con él. Alejo los pensamientos de esos asuntos y me concentro en lo que me atañe ahora. Mi entrevista con Maximiliano Wagner. Me reclino en mi silla y miro con alegría el espacio que Roger me ha proporcionado. Es una o
—Pero, si es mi cuñada favorita. Ares me mira con una sonrisa cuando entro a su habitación. Está recostado sobre la cama llevando solo un chándal de pijama. —Espero ser la única. A menos, que tengas otro hermano y no lo sepa—me siento en un sofá junto a su cama —No me des razones para matar a tu hermano. Ríe entre dientes, antes de hacer una mueca. —Perdona que te lo diga, pero no te veo con un arma en la mano. —Bueno. Déjame recordarte, que tu hermano me ha estado enseñando por protección personal, así que te sorprenderías—arqueo la ceja. Nos miramos un momento antes de que suspire. —¿Qué hizo mi hermano? Sonrió —¿Tanto se nota? —inquiero a cambio —Por lo general, ambos desbordan miel—lanzo una carcajada, echando la cabeza hacia atrás. —Puedes catalogar a Cillian lo que se te ocurra. Pero, Dulce no es una de ellas. Siempre lo he definido como un cactus—confieso y es su turno de reír, pero se queja. —Eres mala para mi salud. —Pero ya, hablando en serio—lo miro— ¿Cómo está
Los últimos dos días han sido relajados entre Cillian y yo. Mi trabajo marcha bien. Hemos introducido la petición de custodia y solo nos queda esperar a que el tribunal de familia inicie el proceso. Maximiliano espera que todo se dé sin dramas. Muy loable de su parte, generalmente en estos casos, las partes se destrozan. Así que espero que mi cliente sepa afrontar la situación que se avecina. Cillian sale del vestidor poniéndose la americana del traje que llevará a la reunión en casa de Dominic. No quiero ir, pero debo. —¿Lista? —inquiere. —Solamente me falta los zapatos—murmuro ajustando el escote en barco de mi vestido rojo que tiene una gran abertura en la pierna izquierda. Soy consciente que, Cillian es alguien celoso. Sin embargo, me he dado cuenta de que le gusta presumir frente a los hombres que se reúnen en casa de Dominic. Es como una silenciosa competencia de quién tiene la mujer más hermosa y mimada. Las mujeres visten sus joyas más nuevas y sus mejores atuendos. Lo
Apenas, soy consciente de las voces. Me llevo la mano a la cabeza y frunzo el ceño cuando toco algo húmedo. —Helena. —¿Sí? —susurro —Abre los ojos para mí. ¿Sí? Lo hago. Con lentitud abro los ojos y me encuentro debajo de Cillian. ¿Debajo? Sus ojos están encendidos con ira. —¿Qué paso? —Nos embistieron en un alto. Te acabo de sacar de la camioneta—gruñe. Miro a un lado para darme cuenta de que estamos sobre el pavimento. —Cillian. —No te muevas de aquí—sisea antes de ponerse en pie con su arma en la mano. Alargó la mano y lo tomo de la mano. —Ten cuidado. El miedo se instala en mi vientre. Una figura se hace presente y veo a Fran. Este se agarra el brazo. —Los hombres de la camioneta trasera, tienen al culpable del atentado—anuncia. —Bien. Quédate con ella. Con ayuda de Fran, me siento y me sostengo contra la camioneta. —¿Sabemos quién es? Niega. —Al parecer son hombres de London. —Hijo de puta—gruño. —¿Estás bien? —inquiere—Necesitas un doctor. Nie
Estoy sentada contra el cabecero de la cama y, estoy a la espera de mi marido. El mismo que ha salido sin decirme a donde. En otras circunstancias, no me había importado mucho el asunto. Pero, después de lo sucedido al salir de la casa de Dominic estoy sintiendo que no falta mucho para volverme loca. Levanto el móvil y verifico si hay algún mensaje. No hay nada. Me remuevo y mi pierna está un poco dolorida. Pero, nada que un día de descanso y un relajante muscular no solucione. Para el lunes estaré perfecta. La puerta se abre y Cillian entra a la habitación de manera silenciosa. Sin embargo, se da cuenta de que estoy esperándolo. —Deberías estar descansando. —Tú, deberías decirme a dónde vas y no sucedió— replico. Se acerca y deja un beso en mis labios. Percibo un olor dulzón y a cigarrillo. —Puedes decirme, ¿Por qué hueles a puta? —las palabras salen de mis labios antes de que pueda detenerlas. Hace una mueca. —Te cuento después de que tome una ducha—abro la boca sin cre
Pov Ares.Si me preguntan, si estoy conforme con la vida que llevo. Sin dudarlo, respondería que sí.A pesar de no haber tenido unos padres a los que les importe, los cuales desaparecieron de un día para otro. Tengo un hermano que sé el jugo por mí, cuando apenas era un crío. Cillian entro a una vida llena de peligros. Nos sacó de Armenia y, nos trajo a Estados Unidos.¿Fue fácil?No.¿Se lo agradezco?De por vida.Por eso, estoy decidido a encontrar la persona que quiere la cabeza de Cillian y amenaza acabar con la familia que hemos construido, junto a la esposa de mi hermano. Pero antes, debo cumplir con una cosa.Rick conduce la camioneta, mientras yo voy a su lado. Entramos al Bronx y estaciona fuera del consultorio médico, donde una semana atrás me atendió una pelirroja sexi que me mira como si fuera mierda en sus zapatos.Bueno. Estoy acostumbrado a que las personas me miren.Sé que aspecto tengo.Las chicas me notan.Sé lo que provocó entre las mujeres. Esa fue una de las cosas
Miro los documentos que tengo en frente y repaso los puntos a tratar. La primera audiencia debe ser perfecta y clara.Pero, mis pensamientos siguen yendo a Cillian, y los problemas que tenemos en este momento con London.—Puedo escuchar tus pensamientos desde aquí.Levanto la cabeza y miro a Cillian en su silla, detrás escritorio de su oficina.Sí. Me adueñe de la mitad de su oficina y parece no molestarle. De hecho, es reconfortante pasar tiempo juntos mientras atendemos nuestras responsabilidades.Generalmente, me pongo mis audífonos y me sumerjo en el trabajo. Además, de darle a Cillian la privacidad si la necesita para alguno de sus asuntos.Él, se divierte cuando me escucha cantar. Lo hago de manera inconsciente, cuando me doy cuenta lo que estoy haciendo es muy tarde.Me reclino en el sofá y le veo.—Pensaba en todo y nada—suspiro.Él se pone de pie y camina hasta mí a paso lento.—Sé que estás nerviosa y, es lo último que quiero—murmura tomando asiento junto a mí.Me recuesto c
—Pero, si es la Sheriff de mi cuñada.Pongo los ojos en blanco, cuando entro al comedor la mañana siguiente lista para irme al trabajo.Le doy una mirada Cillian, que oculta una sonrisa detrás de su taza de café.—Buenos días, para ti también—murmuro.—Pienso, que mi hermano no te mantiene lo suficientemente ocupada—se mofa.—Ares —digo con una sonrisa—Vete a la mierda.—Está bien—interviene Cillian—Ares, no es gracioso lo que hicieron en el club.—En eso estoy de acuerdo—dice asintiendo—Se supone que la seguridad está para proteger a las chicas.Asiento.Mientras ellos hablan de otros asuntos, desayuno lo que Laura ha preparado esta mañana. Lo hago más rápido que de costumbre porque, hoy en mi primera reunión con los demás abogados de la firma.Roger acostumbra reunirlos al inicio de la semana para hablar sobre el avance de sus casos y de informar posibles nuevos casos.Termino mi café y me levanto de la mesa.—Debo irme a la oficina—anuncio.—Fran está mejor y te llevará.—Vale—sonr