POV CILLIAN.La mujer deja lo que hace.Mira a cada uno de nosotros con cautela.—Primero. Baje el arma, Por favor—dice en voz baja—Segundo. Somos un consultorio médico comunitario—niega—No tenemos lo que se necesita para atenderle.¡Maldita sea!Ares se tambalea.—Es solo un rasguño.—Pídele lo que necesitas a él —señaló a Josh.La veo titubear, antes de asentir.—Déjelo sobre la camilla del fondo. Y, ponga presión en esa herida—dice aclarándose la garganta. Y dándome una mirada seria.—¿Dónde cojones está el doctor?—Soy yo—declara la mujer.Miro a Josh que asiente.Se acerca a la mujer mientras yo me llevo a Eros.—Estoy bien, Cillian.—Estás perdiendo mucha sangre, para ser un puto rasguño—digo.—No me regañes—murmura con una sonrisa tonta.Lo dejo sobre la camilla.—Estás haciendo un drama y asustas a la chica—me mira frunciendo el ceño.La mujer entra después de unos segundos, seguida de Rick.La veo caminar hasta un pequeño estante de suministros. Carga sus brazos con diferente
Abro los ojos despacio y miro alrededor. Estoy sentada en un sofá de una plaza y me he quedado dormida.Quien sabe por cuánto tiempo.Estoy en la habitación donde tienen a Ares. El cual, se está recuperando de una herida de bala.Al llegar a casa, después de mi primer día. Me encontré con la situación. Una que no espere encontrar.Cillian se ha puesto en peligro por querer acabar con una amenaza a la que se está enfrentando desde hace algunos meses y, no me había informado que tan grabe está la situación.Ahora estamos en un consultorio comunitario en medio del Bronx. Mi esposo ha amenazado con un arma a la doctora a cargo para hacerla socorrer a Ares.—No deberías estar aquí—escucho en voz baja.Miro a un lado y, veo a Ares acostado en una cama con una vía. Su rostro tiene mejor color y eso me alivia.En los meses que Cillian y yo hemos estado juntos, después de nuestra previa separación. Ares y yo hemos creado un vínculo. Es un hombre
Ares está en casa. Muy temprano, Emma lo reviso y dio el visto bueno para trasladarlo. Cuando nos despedimos parecía aliviada y también algo asustada. No la culpo. Lo más probable es que debió pensar que Cillian la iba a desaparecer. Resoplo. Al llegar a la mansión, Instalaron a Ares en su habitación. La cual, ya tenía los equipos que iba a necesitar para terminar con su recuperación y el doctor Davis. Un hombre de confianza de Cillian estaría al frente de su recuperación. En cuanto a Cillian y yo. Bueno, no estamos en los mejores términos. No voy a dejar que me haga menos. Salí de la mansión sin verle. Estaba ocupado con algunos asuntos importantes. Generalmente, cuando salgo me despido. Esta vez no le busque y creo que entiende el mensaje. Aún estoy cabreada con él. Alejo los pensamientos de esos asuntos y me concentro en lo que me atañe ahora. Mi entrevista con Maximiliano Wagner. Me reclino en mi silla y miro con alegría el espacio que Roger me ha proporcionado. Es una o
—Pero, si es mi cuñada favorita. Ares me mira con una sonrisa cuando entro a su habitación. Está recostado sobre la cama llevando solo un chándal de pijama. —Espero ser la única. A menos, que tengas otro hermano y no lo sepa—me siento en un sofá junto a su cama —No me des razones para matar a tu hermano. Ríe entre dientes, antes de hacer una mueca. —Perdona que te lo diga, pero no te veo con un arma en la mano. —Bueno. Déjame recordarte, que tu hermano me ha estado enseñando por protección personal, así que te sorprenderías—arqueo la ceja. Nos miramos un momento antes de que suspire. —¿Qué hizo mi hermano? Sonrió —¿Tanto se nota? —inquiero a cambio —Por lo general, ambos desbordan miel—lanzo una carcajada, echando la cabeza hacia atrás. —Puedes catalogar a Cillian lo que se te ocurra. Pero, Dulce no es una de ellas. Siempre lo he definido como un cactus—confieso y es su turno de reír, pero se queja. —Eres mala para mi salud. —Pero ya, hablando en serio—lo miro— ¿Cómo está
Los últimos dos días han sido relajados entre Cillian y yo. Mi trabajo marcha bien. Hemos introducido la petición de custodia y solo nos queda esperar a que el tribunal de familia inicie el proceso. Maximiliano espera que todo se dé sin dramas. Muy loable de su parte, generalmente en estos casos, las partes se destrozan. Así que espero que mi cliente sepa afrontar la situación que se avecina. Cillian sale del vestidor poniéndose la americana del traje que llevará a la reunión en casa de Dominic. No quiero ir, pero debo. —¿Lista? —inquiere. —Solamente me falta los zapatos—murmuro ajustando el escote en barco de mi vestido rojo que tiene una gran abertura en la pierna izquierda. Soy consciente que, Cillian es alguien celoso. Sin embargo, me he dado cuenta de que le gusta presumir frente a los hombres que se reúnen en casa de Dominic. Es como una silenciosa competencia de quién tiene la mujer más hermosa y mimada. Las mujeres visten sus joyas más nuevas y sus mejores atuendos. Lo
Apenas, soy consciente de las voces. Me llevo la mano a la cabeza y frunzo el ceño cuando toco algo húmedo. —Helena. —¿Sí? —susurro —Abre los ojos para mí. ¿Sí? Lo hago. Con lentitud abro los ojos y me encuentro debajo de Cillian. ¿Debajo? Sus ojos están encendidos con ira. —¿Qué paso? —Nos embistieron en un alto. Te acabo de sacar de la camioneta—gruñe. Miro a un lado para darme cuenta de que estamos sobre el pavimento. —Cillian. —No te muevas de aquí—sisea antes de ponerse en pie con su arma en la mano. Alargó la mano y lo tomo de la mano. —Ten cuidado. El miedo se instala en mi vientre. Una figura se hace presente y veo a Fran. Este se agarra el brazo. —Los hombres de la camioneta trasera, tienen al culpable del atentado—anuncia. —Bien. Quédate con ella. Con ayuda de Fran, me siento y me sostengo contra la camioneta. —¿Sabemos quién es? Niega. —Al parecer son hombres de London. —Hijo de puta—gruño. —¿Estás bien? —inquiere—Necesitas un doctor. Nie
Estoy sentada contra el cabecero de la cama y, estoy a la espera de mi marido. El mismo que ha salido sin decirme a donde. En otras circunstancias, no me había importado mucho el asunto. Pero, después de lo sucedido al salir de la casa de Dominic estoy sintiendo que no falta mucho para volverme loca. Levanto el móvil y verifico si hay algún mensaje. No hay nada. Me remuevo y mi pierna está un poco dolorida. Pero, nada que un día de descanso y un relajante muscular no solucione. Para el lunes estaré perfecta. La puerta se abre y Cillian entra a la habitación de manera silenciosa. Sin embargo, se da cuenta de que estoy esperándolo. —Deberías estar descansando. —Tú, deberías decirme a dónde vas y no sucedió— replico. Se acerca y deja un beso en mis labios. Percibo un olor dulzón y a cigarrillo. —Puedes decirme, ¿Por qué hueles a puta? —las palabras salen de mis labios antes de que pueda detenerlas. Hace una mueca. —Te cuento después de que tome una ducha—abro la boca sin cre
Pov Ares.Si me preguntan, si estoy conforme con la vida que llevo. Sin dudarlo, respondería que sí.A pesar de no haber tenido unos padres a los que les importe, los cuales desaparecieron de un día para otro. Tengo un hermano que sé el jugo por mí, cuando apenas era un crío. Cillian entro a una vida llena de peligros. Nos sacó de Armenia y, nos trajo a Estados Unidos.¿Fue fácil?No.¿Se lo agradezco?De por vida.Por eso, estoy decidido a encontrar la persona que quiere la cabeza de Cillian y amenaza acabar con la familia que hemos construido, junto a la esposa de mi hermano. Pero antes, debo cumplir con una cosa.Rick conduce la camioneta, mientras yo voy a su lado. Entramos al Bronx y estaciona fuera del consultorio médico, donde una semana atrás me atendió una pelirroja sexi que me mira como si fuera mierda en sus zapatos.Bueno. Estoy acostumbrado a que las personas me miren.Sé que aspecto tengo.Las chicas me notan.Sé lo que provocó entre las mujeres. Esa fue una de las cosas