Cuando llegaron al restaurante, Luna se sentó al lado de Aria y los dos hombres lo hicieron frente a ellas, el ambiente entre ellos era tenso, pero Luna tenia una inmensa sonrisa que también contagiaba a Aria de toda su alegría y esto hacía que Lucien no le quitará los ojos de encima, fascinado por ver sonreír a su esposa. — Come un poco más, ahora no solo te tienes que alimentar tú, si no también al bebé. — Dijo Victor con ternura mientras le dejaba un poco más de comida a Aria en el plato y Lucien al ver esto apretó con fuerza su tenedor, estaba ardiendo en celos, odiaba que él se comportase de forma tan cercana con ella. Luna al escuchar estás palabras abrió los ojos de par en par por la sorpresa y miro a Aria emocionada. — ¿Estás esperando un bebé? — Cuestionó Luna con una sonrisa, al ver a Aria hoy solo pensó que ella había engordado un poco y no le dio mayor importancia, pero ahora estaba muy interesada en esto. — Si. — Respondió Aria con una sonrisa, acariciando su barriga
— Aria me gustas. — Confesó Dylan, sentía que tenía que decirle esto cuánto antes porque ya sabía que Lucien estaba intentando recuperarla y además como la familia de ella la quería de vuelta, era probable que ella se mudara pronto y él perdería su oportunidad. Al escuchar sus palabras Aria lo miró desconcertada, ella estaba muy agradecida con él y no podía negar que era muy atractivo, pero tristemente su corazón solo tenía un dueño y ni siquiera con su dueño quería arriesgarse a ser lastimado nuevamente. — Tú eres increíble, pero no puedo estar con nadie en este momento, además aún estoy enamorada de él y estoy esperando a su bebé, eso no sería justo para ti, mereces mucho más, alguien que te ame mucho solo a ti y que seas su prioridad, lamento mucho si te di señales confusas. — Se disculpó Aria, no tenía idea de que Dylan pudiera sentirse así por ella, él siempre la trataba muy bien, pero pensó que él era así con todo el mundo. — No te disculpes, tú nunca me diste ninguna señal d
Unos minutos antes. “Señor, su esposa salió del apartamento y la seguimos hasta el parque, no nos hemos acercado demasiado para evitar que nos note, pero una mujer se sentó a su lado y su esposa parece estar incómoda.” Leyó Lucien y de inmediato tuvo un mal presentimiento por lo que se levantó de su asiento y corrió hacía el ascensor, no podía explicarse porque se sentía así, pero debía asegurarse que Aria estaba bien. Cuando salió del edificio corrió hacía el parque ya que este quedaba solo a una cuadra y tardaría más sacando el carro del estacionamiento. Apenas llegó las vio a lo lejos y se dio cuenta que efectivamente Aria parecía estar nerviosa y Michelle muy alterada, por lo que se acercó sigilosamente a ellas desde atrás para no alertar a Michelle, sentía que algo no iba bien. Después de acercarse lo suficiente escuchó las palabras amenazantes de Michelle y su corazón se saltó un latido y cuando vio la hoja del cuchillo brillar, ya que desde atrás Michelle no conseguía oculta
— Ya revisaron mi mano como querías, ahora vamos para que revisen al bebé. — Espetó Lucien, quería ver si Aria aceptaba hacerse una ecografía y así él podría ver al bebé en su vientre Y también asegurarse que el sobresaltó por lo que hizo Michelle no lo había afectado de ninguna manera. — No es necesario, deberíamos irnos ya, estoy bien. — Aseguró Aria, quería alejarse de él cuanto antes, porque mientras más tiempo pasaban juntos él más se comportaba como si fueran una pareja y esto la estaba descontrolando, era difícil mantener sus sentimientos a raya. — Aria después de pasar por algo así es importante revisar al bebé. — Insistió Lucien sin moverse de dónde estaba. — Esta bien, vamos a que me revisen pero después de hacer esto me dejarás en casa y no me seguirás molestando. — Exigió Aria, sabía que era muy difícil hacer cambiar de opinión a este hombre, no iba a parar hasta conseguir su objetivo y a ella le gustaría ver de nuevo como va creciendo su bebé. — Perfecto. — Accedió Lu
— Gracias por aceptar mudarte con nosotros, nuestros padres van a estar encantados, no te imaginas lo felices que se van a poner con esta sorpresa. — Comentó Victor con una enorme sonrisa mientras caminaba arrastrando la maleta de Aria, estaba muy emocionado por el hecho de que tendría a su hermanita de nuevo viviendo con él. Ella en la mañana le había comunicado que iba a aceptar vivir con ellos al menos por unos días, estaba dispuesta a dar este paso y ver si era posible adaptarse a ese tipo de convivencia con ellos, como de igual manera quería mudarse del apartamento de Dylan, está seria una buena opción y así podría ver cómo se desarrollaba la relación entre todos. Victor cuando ella le dijo sobre esto se sintió feliz y le propuso sorprender a sus padres y ella aceptó, por lo que después de hablar con Clara y Dylan sobre su decisión, la cual ellos entendieron e incluso le habían hecho un almuerzo de despedida y le habían dicho que las puertas estaban abiertas si en algún momento
— Te aseguro que no pienso lastimarla por nada del mundo, nunca le volvería a hacer daño, yo amo a Aria con mi vida. — Aseguró Lucien mirándolo a los ojos, ahora que sabía que Victor y ella eran hermanos bajo su guardia y pensaba que tenía que buscar la manera de ganar la simpatía de Victor, porque le tenía que agradar a él y a sus padres. — Más te vale. — Murmuró Victor y luego miró a Aria. — ¿Nos vamos? — Si. — Afirmó ella y estaba por subirse al auto cuando Lucien la tomó del brazo. — Espera. — Dijo él y Aria lo miró confundida. — Me alegro mucho de que encontraras a tu familia verdadera, felicidades mi amor, te mereces que te sigan pasando muchas cosas buenas. — Gracias. — Murmuró Aria con una pequeña sonrisa y Lucien tomó la carita de ella entre sus manos y le dio un beso en la frente. — Cuídate mucho, también al bebé, si necesitas cualquier cosa me llamas. — Espetó él y Aria asintió para luego subirse al auto. Lucien la observó irse sintiéndose mucho más tranquilo y feliz
— Hija, ¿Qué te parecería si hacemos un banquete de celebración porque al fin te encontramos y así te presentamos oficialmente como nuestra hija ante la sociedad? — Cuestionó Hank, quería celebrar este hecho tan importante en sus vidas, que su princesa tomara el lugar que le pertenece. — No lo se, pero si ustedes quieren hacerlo está bien.— Respondió Aria un poco dudosa, no lo veía como necesario, pero si esto era algo importante para ellos, ella iba a aceptarlo. — Pero, ¿Tú quieres? Nosotros no queremos obligarte a nada, de hecho también queríamos preguntarte, ¿Si quieres usar de nuevo tu verdadero nombre o prefieres quedarte con el que tienes? — Preguntó Elizabeth y Aria frunció el ceño. Realmente se le hacía difícil responder a esto, su nombre era algo con lo que se identificaba porque ya estaba acostumbrada, en cambio Violeta era el nombre que su familia había elegido para ella, también era una parte muy importante de identidad y sabía que les gustaría llamarla así. — El banqu
— Señorita Aria, dejaron este paquete para usted. — Anuncio el ama de llaves caminando con dos cajas de regalo y un ramo de flores encima de estás. Aria se levantó del sillón un poco confundida, pero ya imaginaba de dónde podía venir este regalo. — Déjalo en esta mesa, Aria no puede alzar peso. — Espetó Hank y de inmediato el ama de llaves obedeció. — Gracias. — Le dijo Aria antes de tomar las hermosas flores para olerlas. — Hija, ¿Quién te envío esto? ¿Un pretendiente? — Cuestionó Elizabeth con una sonrisa mientras Aria sacaba la tarjeta de las flores. — No, fue mi esposo. — Respondió Aria y Elizabeth se quedó en silencio, esta era la primera vez que ella les mencionaba que tenia un esposo. Aunque ellos ya sabían que estaba casada y también con quién lo estaba, no sabían cómo tratar este tema con Aria porque lo que sabían era gracias a Víctor. “Las flores, al igual que la caja rosa son para ti mi amor y la blanca es para nuestro bebé, espero que les guste, te amo y te extraño m