— Ya revisaron mi mano como querías, ahora vamos para que revisen al bebé. — Espetó Lucien, quería ver si Aria aceptaba hacerse una ecografía y así él podría ver al bebé en su vientre Y también asegurarse que el sobresaltó por lo que hizo Michelle no lo había afectado de ninguna manera. — No es necesario, deberíamos irnos ya, estoy bien. — Aseguró Aria, quería alejarse de él cuanto antes, porque mientras más tiempo pasaban juntos él más se comportaba como si fueran una pareja y esto la estaba descontrolando, era difícil mantener sus sentimientos a raya. — Aria después de pasar por algo así es importante revisar al bebé. — Insistió Lucien sin moverse de dónde estaba. — Esta bien, vamos a que me revisen pero después de hacer esto me dejarás en casa y no me seguirás molestando. — Exigió Aria, sabía que era muy difícil hacer cambiar de opinión a este hombre, no iba a parar hasta conseguir su objetivo y a ella le gustaría ver de nuevo como va creciendo su bebé. — Perfecto. — Accedió Lu
— Gracias por aceptar mudarte con nosotros, nuestros padres van a estar encantados, no te imaginas lo felices que se van a poner con esta sorpresa. — Comentó Victor con una enorme sonrisa mientras caminaba arrastrando la maleta de Aria, estaba muy emocionado por el hecho de que tendría a su hermanita de nuevo viviendo con él. Ella en la mañana le había comunicado que iba a aceptar vivir con ellos al menos por unos días, estaba dispuesta a dar este paso y ver si era posible adaptarse a ese tipo de convivencia con ellos, como de igual manera quería mudarse del apartamento de Dylan, está seria una buena opción y así podría ver cómo se desarrollaba la relación entre todos. Victor cuando ella le dijo sobre esto se sintió feliz y le propuso sorprender a sus padres y ella aceptó, por lo que después de hablar con Clara y Dylan sobre su decisión, la cual ellos entendieron e incluso le habían hecho un almuerzo de despedida y le habían dicho que las puertas estaban abiertas si en algún momento
— Te aseguro que no pienso lastimarla por nada del mundo, nunca le volvería a hacer daño, yo amo a Aria con mi vida. — Aseguró Lucien mirándolo a los ojos, ahora que sabía que Victor y ella eran hermanos bajo su guardia y pensaba que tenía que buscar la manera de ganar la simpatía de Victor, porque le tenía que agradar a él y a sus padres. — Más te vale. — Murmuró Victor y luego miró a Aria. — ¿Nos vamos? — Si. — Afirmó ella y estaba por subirse al auto cuando Lucien la tomó del brazo. — Espera. — Dijo él y Aria lo miró confundida. — Me alegro mucho de que encontraras a tu familia verdadera, felicidades mi amor, te mereces que te sigan pasando muchas cosas buenas. — Gracias. — Murmuró Aria con una pequeña sonrisa y Lucien tomó la carita de ella entre sus manos y le dio un beso en la frente. — Cuídate mucho, también al bebé, si necesitas cualquier cosa me llamas. — Espetó él y Aria asintió para luego subirse al auto. Lucien la observó irse sintiéndose mucho más tranquilo y feliz
— Hija, ¿Qué te parecería si hacemos un banquete de celebración porque al fin te encontramos y así te presentamos oficialmente como nuestra hija ante la sociedad? — Cuestionó Hank, quería celebrar este hecho tan importante en sus vidas, que su princesa tomara el lugar que le pertenece. — No lo se, pero si ustedes quieren hacerlo está bien.— Respondió Aria un poco dudosa, no lo veía como necesario, pero si esto era algo importante para ellos, ella iba a aceptarlo. — Pero, ¿Tú quieres? Nosotros no queremos obligarte a nada, de hecho también queríamos preguntarte, ¿Si quieres usar de nuevo tu verdadero nombre o prefieres quedarte con el que tienes? — Preguntó Elizabeth y Aria frunció el ceño. Realmente se le hacía difícil responder a esto, su nombre era algo con lo que se identificaba porque ya estaba acostumbrada, en cambio Violeta era el nombre que su familia había elegido para ella, también era una parte muy importante de identidad y sabía que les gustaría llamarla así. — El banqu
— Señorita Aria, dejaron este paquete para usted. — Anuncio el ama de llaves caminando con dos cajas de regalo y un ramo de flores encima de estás. Aria se levantó del sillón un poco confundida, pero ya imaginaba de dónde podía venir este regalo. — Déjalo en esta mesa, Aria no puede alzar peso. — Espetó Hank y de inmediato el ama de llaves obedeció. — Gracias. — Le dijo Aria antes de tomar las hermosas flores para olerlas. — Hija, ¿Quién te envío esto? ¿Un pretendiente? — Cuestionó Elizabeth con una sonrisa mientras Aria sacaba la tarjeta de las flores. — No, fue mi esposo. — Respondió Aria y Elizabeth se quedó en silencio, esta era la primera vez que ella les mencionaba que tenia un esposo. Aunque ellos ya sabían que estaba casada y también con quién lo estaba, no sabían cómo tratar este tema con Aria porque lo que sabían era gracias a Víctor. “Las flores, al igual que la caja rosa son para ti mi amor y la blanca es para nuestro bebé, espero que les guste, te amo y te extraño m
Hank se quedó sin palabras, estaba casi seguro que si algo así le hubiese ocurrido a Aria él también hubiese confiado en la palabra de su hija, así que era difícil seguir juzgando a Lucien. — Entiendo y espero que no vuelvas a desconfiar de mi hija, en el caso de que ella acepte volver a vivir contigo, espero que no vuelvas a dejar que ninguna otra mujer y mucho menos tu ex esposa vuelva a vivir con ustedes, tienes que darle su lugar, eso es muy importante. — Dijo Hank finalmente. — Camille está en prisión y ahí se va a quedar por un muy largo tiempo, nunca dejaré que ella se vuelva a acercar a Aria. — Perfecto, entonces solo me queda advertirte que si la vuelves a lastimar yo me voy a asegurar de que nunca la puedas volver a ver y te haré pagar lo que le hagas, así que espero que tengas eso en cuenta siempre. — Declaró Hank y Victor sonrió al escuchar las palabras de su padre, porque estaba totalmente dispuesto a ayudarlo en esta tarea si su amigo volvía a cometer un error. — Eso
Lucien al despertar y sentir a Aria aún en sus brazos sintió que su corazón iba a explotar de tanta felicidad, a pesar de que anoche solo se habían besado por mucho tiempo y no había pasado nada más, él estaba inmensamente feliz porque ella había dormido a su lado de nuevo y fue lo primero que vio al despertarse como tanto lo había anhelado. Le dio un beso en la frente para levantarse con cuidado de no despertarla y se dio cuenta que una de sus piernas estaba doliendo un poco, entre tantas cosas no había continuado con las terapias y no estaba usando la silla de ruedas, así que estaba forzando demasiado sus piernas, tenía que ir pronto al doctor, pero no lo pensaba hacer hoy, quería disfrutar este día en familia. Se fue hasta la cocina y comenzó a preparar el desayuno, no era un experto, pero si sabía hacer algunas cosas y quería atender muy bien a Aria. — Papi, ¿Qué estás haciendo? — Preguntó Luna cuando salió de la habitación un poco adormilada y estirándose. — Estoy haciendo el
Después de un increíble fin de semana juntos Aria decidió volver a casa con sus padres, porque aunque se iban a dar una segunda oportunidad, ella quería permanecer un poco de más tiempo viviendo con su familia, así que decidió quedarse con ellos hasta que realizarán el banquete que estaban preparando y Lucien estuvo de acuerdo. Él entendía su decisión a pesar de que se moría de ganas de que volviera a vivir con él, como ella nunca había disfrutado de unos padres amorosos era justo que se quedara con ellos al menos por unos cuantos días más. — Adiós mi amor, cuídate mucho y a nuestro bebé, nos vemos mañana. — Se despidió Lucien cuando llegaron a la puerta de la mansión y tomó la carita de ella entre sus manos para darle un beso en la frente. — Cuida mucho de ti y de Luna, nos vemos. — Dijo Aria con una sonrisa y luego entro a la casa. — Hola hija ¿Cómo te fue? ¿Volverás a vivir con él? — Preguntó Elizabeth con un poco de tristeza, le alegraba que Aria fuera feliz y arreglará las co