— ¿Cómo puedes hacerme esto? Yo te amo, quiero estar con ustedes, mi familia. — Sollozó Camille desconsolada, antes de venir aquí nunca espero este recibimiento tan frío.— Por favor déjame quedarme aquí, quiero estar con Luna, te lo suplicó. — Pidió ella entre lágrimas y al verla así Lucien no pudo evitar conmoverse un poco, después de todo habían estado casados un tiempo y ella había sido una buena esposa, la cual no merecía esto. De hecho pensaba que ninguno se merecía estar en esta situación, solo que el destino les había jugado una mala pasada y ahora tenían que enfrentarse a una situación tan difícil. — Esta bien, iré a hablar con Luna un momento y luego tomaré la decisión si te quedas aquí hoy o no, espera aquí. — Esta bien. — Aceptó de inmediato Camille secando sus lágrimas y Lucien asintió antes de dirigirse al área donde estaba su ascensor para ir a ver a Luna y Aria. En la habitación Aria tenía abrazada a Luna, consolándola, a pesar de que ella no estaba mucho mejor, ten
Después de salir de clases Aria recibió un mensaje de su amiga para encontrarse en un café cercano a la universidad y aceptó de inmediato, sentía que necesitaba despejar su mente por un rato de todo lo que estaba ocurriendo. Ya habían pasado dos días desde la llegada de Camille y aunque Lucien seguía tratándola muy bien ella se sentía bastante incómoda y extraña, especialmente con Luna, ella se había alejado bastante y esto le dolía. Ya estaba demasiado acostumbrada a estar siempre muy cerca de la pequeña que había robado su corazón desde un inicio, pero ahora ella solo quería pasar tiempo con su madre y aunque podía entenderla, no podía evitar que esta lejanía le doliera, por eso necesitaba un respiro, así que se dirigió al café donde Clara ya la estaba esperando. — Hola. — Saludó Aria con una pequeña sonrisa al verla. — Que bueno que aceptaste venir, toma asiento. — Dijo Clara amablemente. — Sabes me preguntaba si puedes ir de compras conmigo hoy, es que no me gusta ir sola y no
Después de ese momento incómodo, Aria se disculpó con Clara y le dijo que ya quería irse a casa, ella lo entendió y se ofreció a llevarla. —Muchas gracias por traerme, lamento si arruine tu tarde. — Se disculpó Aria un poco avergonzada. —No te preocupes, compré muchas cosas y disfrute de tu compañía, a cualquiera pondría de mal humor ese momento, espero que podamos encontrarnos para comer algo la próxima vez. — Le dijo Clara con una sonrisa despreocupada, entendía muy bien que su relación con su familia no era buena y sabía de las cosas que Michelle le hacía a Aria cuando eran jóvenes, así que no le agradaba ni un poco y estaba de acuerdo con la reacción que tuvo. —Claro que sí, adiós. — Se despidió Aria aliviada antes de bajarse del auto. —Papi, ¿Puedes abrazar a mi mami como antes? — Preguntó Luna viendo a su padre con ojos brillantes en el momento justo que Aria abrió la puerta y esto la hizo sentir incómoda por todas partes. Empezaba a sentir que quien sobraba en todo est
— Mami yo quiero estar cerca de Aria como antes, ella no es mala como dices, no te ha hecho nada y a mí tampoco. — Suspiró Luna abatida, extrañaba mucho jugar con Aria como antes, pero Camille se lo había prohibido diciéndole que si lo hacía ella tendría que irse de nuevo y como ella no deseaba dejar de ver a su mamá tuvo que obedecer. — Claro que sí me ha hecho, me quito a tu papá, si ella no estuviera aquí, los tres podríamos ser tan felices como antes, pero ahora yo estoy tan triste, se que ella te quiere alejar de mí como lo hizo con tu padre, no quiero que eso suceda. — Dijo Camille fingiendo tristeza al mirar a su hija. — ¿Tú quieres que me quedé sola y triste? — No mami, yo te quiero mucho, yo no me voy a alejar de ti. — Aseguró Luna de inmediato abrazándola, no quería verla triste, no importaba si ella se tenía que sacrificar por la felicidad de su mamá. Camille la envolvió en sus brazos y sonrió sin que Luna la pudiera ver. — Por eso tienes que hacer todo lo que yo te dig
—Esta bien, cuídate mucho tú también. — Murmuró Aria abrazándolo y él le sonrió. —Por favor ayúdame a preparar algo de ropa en una maleta, iré a decirle a Luna. — Espetó Lucien, odiaba tener que separarse de Aria y Luna, pero tenía que empezar a arreglar estos asuntos cuánto antes. —No te preocupes, yo me encargo. — Aceptó ella y él beso sus labios con dulzura para luego soltarla y caminar hasta su silla de ruedas para sentarse nuevamente y dirigirse al ascensor. —Papi. — Pronunció Luna con una sonrisa al verlo acercarse al jardín. —Mi princesa tengo que hablar algo contigo, vamos a la sala. —¿Y conmigo no? Lucien se que quizás le puede molestar un poco a Aria que yo esté aquí, pero deja de tratarme como si no existiera, eso me rompe el corazón, yo entiendo que lo nuestro ya terminó, pero por favor deja de ser tan frío conmigo. — Pidió Camille, se sentía realmente cansada de la frialdad de él, pensó en un inicio que con solo aparecer él volvería a sus brazos, pero él parec
Un ruido sordo se escuchó cuando los dos carros colisionaron uno contra el otro y Lucien sintió un pequeño dolor de cabeza pero aún así miró a su lado para verificar que Max estuviera bien y se dio cuenta de que este parecía estar bien aunque un poco aturdido por el golpe de la bolsa de aire, así que miró por el espejo retrovisor para darse cuenta que los autos que venían siguiéndolos se habían detenido y estaban bajando unos hombres vestidos de negro de estos y también del auto que se atravesó bajo un hombre que parecía estar un poco mareado pero con un arma en su mano. — Max hay que salir de aquí. — Espetó Lucien apretando fuertemente el arma en su mano para prepararse, sabía a lo que venían estás personas y no las iba a dejar tener éxito, porque en esto no solo estaba en juego su vida. — Max. — Llamó al ver que su amigo no reaccionaba y movió su brazo para moverlo y fue que finalmente reaccionó. Max al darse cuenta de lo que ocurría sacó una navaja para apuñalar la bolsa de aire
Habían pasado dos días desde que Lucien se fue de viaje y Aria comenzaba a sentirse cada vez más nerviosa porque él ni siquiera había llamado o enviado un mensaje y ni él ni Max contestaban sus llamadas, no entendía que había sucedido pero su corazón seguía teniendo ese mal presentimiento que no la dejaba en paz y por eso estaba muy preocupada de que a él pudiera haberle pasado algo, rogando porque ellos estuvieran bien. Además que sin Lucien en casa se sentía como una total extraña, Luna no le hablaba y Camille solo le hablaba para decirle cosas desagradables. Con la única persona que podía hablar era con Priscilla y la mayor parte del tiempo estaba ocupada, así que su incomodidad solo iba creciendo y por eso se había mantenido hablando bastante por mensajes con Clara, para intentar asimilar todo esto que ocurría y no sentirse tan ahogada. Especialmente hoy que sentía algo mucho más pesado en su corazón necesitaba encontrar la manera de despejarse, pero después de volver a intentar
Aria se despertó sintiéndose aún muy débil, a pesar de que Priscilla le había llevado comida ella había sido incapaz de poder comer algo porque se había sentido realmente mal durante todo el día e incluso no sabía ni a qué hora había logrado dormirse porque había estado llorando por demasiado tiempo. Después de un rato se levantó de la cama y lavo su rostro el cual estaba un poco hinchado por haber llorado tanto y luego decidió darse una ducha para ver si el horrible sentimiento de estar encerrada nuevamente lograba disiparse un poco y cuando terminó de ducharse se vistió y empezó a buscar su teléfono pero no lo pudo ver por ningún lado y frunció el ceño confundida, por lo que podía recordar estaba en la habitación, pero ahora no lo podía encontrar por ningún lado y solo pudo recostarse en la cama rogando que Lucien volviera pronto y le diera una oportunidad de explicarle todo. Aunque tenía mucho miedo de que él no creyera en sus palabras todavía albergaba la esperanza de que él pud