GLYNDONEn cuanto el flash se dispara en mi rostro, me cuesta trabajo comprender lo que está pasando, en especial cuando escucho a Hunter maldecir, él me toma de la mano, ¿cómo es posible esto dentro de un hospital de tanto prestigio? ¿En dónde se encuentra seguridad? El habla se me va, pero detallo los rostros de los hombres que sostienen las cámaras y de las reporteras que entran y comienzan a hacer preguntas que no proceso, debido a que hablan rápido y al mismo tiempo.Intentamos pasar, sin embargo, no podemos, esas personas son como una enorme valla humana, Hunter parece contrariado y muy furioso, pero dudo que con las personas que tenemos delante de nosotros. —¿Es cierto que se van a casar? —pregunta una de las reporteras. —¿Cómo se sienten de unir a dos de las familias de médicos más famosas del momento? —añade otra. Comienzo a inquietarme, no me gusta estar rodeada de tanta gente que no conozco, es decir, sé controlar este tipo de situaciones, sé comportarme a la altura como
GLYNDONMiro a través de la ventana, las personas no se van, Hunter sigue intentando llamar a sus padres, pero estos no le contestan, incluso le presté mi móvil para que intentara hacerlo, obtuvo el mismo resultado, y ahora lo tenía detrás de mí, caminando de un lado a otro, maldiciendo el que estuviera lejos de Davina, ella tampoco le responde. —Tus padres no tardarán en llegar, no puedo dejar que me sigan —me dice. —No te preocupes, tenemos varias habitaciones de huéspedes, puedes quedarte en una de ellas, mi padre no se opondrá —contesto cerrando las cortinas.—Gracias, de todos modos, hablaré con ellos. —Me parece bien, ¿quieres café? —pregunto en tono neutro. —Sí, por favor. No respondo, solo me dirijo a la cocina con la esperanza de encontrar un sitio en el que pueda estar a solas, pero mi idea se desvanece cuando Hunter me sigue, toma siento en una de las sillas cercanas a la encimera, y pongo agua a calentar en la cafetera. Siento sus ojos encima de mí, pero no me atrevo
HUNTERNo puedo creer lo que me han hecho mis padres, es decir, ellos sabían que no me gustan los escándalos, prefiero mantenerme dentro del anonimato, una de las razones por las que no suelo ir a sus eventos de caridad, y porque no quiero que Davina se esté involucrando en eso, protegiendo mi privacidad, la protejo a ella, pero ahora, todo se ha ido por la borda, todo ha cambiado. —Maldición —susurro con molestia. Mientras espero que ellos atiendan la llamada, aprieto el volante con fuerza, piso el acelerador, quiero ser yo quien le dé la noticia a Davina y que no se entere por una nota del periódico. —¿Hola? ¿Cariño? ¿Todo bien? —atiende mi madre. La rabia me consume cuando escucho su voz tan apacible. —Debería decir lo mismo yo, ¿por qué mierda han hecho eso con los medios de comunicación? —¡Cuida el tono con el que me hablas, jovencito, esas no son palabras para tu madre! —chilla al otro lado de la línea. —No me importa, no tenían derecho. —Eres mi hijo, tu boda tiene que
HUNTERCuando llegué a la casa de los Wood, fue Harley quien me recibió con una sonrisa de oreja a oreja, tirando amabilidad en el destello habitual de sus ojos. Hace poco había estado aquí, pero se sentía como si hubiesen pasado muchos años, no comprendía por qué, mientras caminaba detrás de ella en dirección al despacho de Dylan, me di cuenta de que casi no había retratos de Glyndon. Y los que había, ella no salía muy bien que digamos, al mirar hacia enfrente, Harley me estaba mirando con el ceño fruncido, como si se hubiera dado cuenta de algo que yo no, al percatarse de que la observaba, cambió ligeramente su gesto a uno más amable. Llegando a la puerta, ella se detuvo un instante mientras tocaba la perilla. —Sé que tienes buenas intenciones, Hunter, y te agradezco el que hayas venido a ver a Glyndon, puedo notar que ya te has dado cuenta de que no hay retratos de ella, para eso hay una razón —dice en tono neutro. Su actitud solo me indica que tal vez, y solo tal vez, estén en
HUNTERMi mirada no se puede apartar de la mujer rubia de ojos azules que se cuelga de mi brazo, al mismo tiempo, soy consciente de las miradas llenas de lascivia que le lanzan algunos invitados cuando creen que no los veo, pero se equivocan, claro que me doy cuenta de ello. Glyndon me devuelve la sonrisa y trago grueso al ver sus labios rosados y húmedos. Ella es perfecta, pero no es… —Davina —dice en voz baja. —¿Qué? —pregunto confundido. Ella me mira con el ceño fruncido. —Me refiero a que Davina ha llegado —me susurra al oído. Cuando escucho el nombre de mi chica, miro con discreción en dirección de donde Glyndon ve, Davina llega con un vestido negro de mangas, está todo cubierto, al estilo oriental, la falda plisada le llega por debajo de las rodillas y casi no lleva maquillaje. Ella siempre ha sido así, sencilla, por eso me gustó, por eso me enamoré de ella, porque es diferente al resto. —Tranquilo, haré todo para que se sienta cómoda y tengan un rato a solas —me dice Gly
GLYNDONHe hecho todo lo que está en mis manos para que Davina no se sienta incómoda, pude ver las intenciones del padre de Hunter, en cuanto desde a lo lejos, observé su odio hacia ella, por ello, rompí contacto con el socio de mi padre con el que me encontraba hablando. Davina y Hunter se amaban, y para ser honestos, parecía una tragedia monumental que lo de ellos se arruinara por esto, solo tienen que sobrevivir un año, y listo, Hunter y yo nos divorciariamos y ellos podrían vivir felices su historia de amor. Pero cuando él me propuso matrimonio, y todos nos estaban pidiendo que nos besaramos, me di cuenta de que Omary Sprouse, se dirigía a la velocidad de una serpiente, hacia Davina, quien tenía los ojos llenos de agua, por ello, tenía que llamar su atención y solo se me ocurrió, agarrar el rostro de Hunter con ambas manos, y besarlo. En un intento desesperado porque su padre se detenga a ver el espectáculo, solo que se me salió un poco de las manos, ya con el anillo que él eli
GLYNDONLas palabras de Omary retumban en mi cabeza, él hablaba en serio, dijo el nombre de Davina completo, lo que quiere decir que la conoce muy bien, o que la ha investigado, jamás imaginé que fuera esa clase de persona que recurre a artimañas para deshacerse de las personas que se interponen en su camino. Sabía que los padres de Hunter eran estrictos a cuanto a las leyes sociales, todos unos clasistas, pero no a éste punto. Respiro hondo, la verdad es que se me han borrado las ganas de regresar a la fiesta, me muerdo el labio inferior, ese beso no debió ocurrir, pero si no hacía algo, seguro que todo esto él se lo hubiera dicho a Davina, ella es demasiado tierna como para que trate con personas como Omary y Anna Lucia Sprouse. —¿Está todo bien, bebé? La dulce voz de mi madre hace que todo lo malo se disipe. Ella es tan hermosa, que me quedo anonadada con su belleza. —Sí —sonrío.Ella me devuelve el gesto. —Ese beso fue… Mis mejillas se sienten calientes. —Demasiado, lo sé,
GLYNDONLa mirada de Davina es… no la puedo descifrar, ella observa el ramo de flores que me ha mandado Hunter, y me devuelve la tarjetita. —Yo… —No es necesario que digas nada, él y yo estamos bien, supongo, es solo que me sorprendió que te mandara un presente, cuando solo habla mal de ti. Abro los ojos como platos. —¿Habla mal de mí? —Sí —ella baja la mirada y comienza a juguetear con un mechón de su cabello rojo—. No debería decirte esto, claro, lo siento. La observo a detalle, frunzo el ceño. —¿Qué es lo que dice de mí? —inquiero con cautela. —Nada —niega con la cabeza—. Olvídalo.Tiro de su muñeca antes de que se vaya. Dándole tiempo para una ruta de escape. —Por favor, dime qué es lo que dice de mí. Davina me mira con ternura, voltea por todos lados y me roma de la mano. —Está bien, te lo diré porque somos mejores amigas y no quiero que nadie te lastime, eso incluye a mi Hunter —me sonríe. ¿Mejores amigas? ¿Cuándo sucedió eso? Que yo recuerde, jamás quise ser su amig