GLYNDONNo puedo creer en el problema en el que me he metido sin siquiera buscarlo, es que no me puede estar pasando esto, en el pasado, mejor dicho, hace pocos meses, lo pasaba, mis compañeras de pasantía me hacían esta clase de bromas, y ahora, Issla, una chica que cree que le estoy robando el afecto de un chico que apenas y conozco, me hace esto, cuando en todo caso, es con él con quien debería hablar. No hacerme esta clase de cosas infantiles, contando que según lo que dijeron, todos son mayores que yo. —¿Y si nos comunicamos con la directora? —indago sacando mi teléfono móvil—. Podríamos…Apenas y suelto esas sencillas palabras, cuando de la nada, me arrebata el móvil e intenta hacer una llamada, colocando el altavoz, el que me indica que no nos podemos comunicar debido a que el wifi se ha desactivado y apagan las líneas principales, cosa que parece más un ensueño y una mentira que la realidad. —¿Por qué me miras así? —espeta con rudeza. —Es que tengo en mi habitación celda, a
DASHIEL Mi polla está tan dura como una roca, cuando despierto, me encuentro abrazando a Glyndon, huele demasiado bien, mis brazos rodean su firme y plano vientre, al tiempo que mi polla golpea sus nalgas, por un segundo me imagino cómo será meterle la polla, soy demasiado grande y ella se ve tan pequeña, pero mantengo esas ideas fijas solo para mí, anoche me pegó un buen susto cuando gritó. Al verla, noté que en su mirada había un destello de terror completo, uno que sin duda, me había paralizado por un minuto, su mirada estaba tan perdida, tan fija en algo invisible, las lágrimas rodaban por sus mejillas y la barbilla le temblaba, se estaba mordiendo el labio inferior con tanta fuerza, que estoy seguro de que no se había dado cuenta de ello. La sangre llamó mi atención. Por más que le llamé para que despertara, por más que hice para que ella reaccionara y saliera de aquel mundo que la atraía como imán, nada funcionó, ella seguía estando en ese estado catatónico. Pierdo la cabez
GLYNDONEn cuanto veo a Hunter entrar como el nuevo doctor, siento que estoy a punto del colapso, es como si nada estuviera siendo real a mi alrededor, por un segundo el mundo entero se detiene, por un segundo creo que estoy soñando o teniendo una de las tantas alucinaciones que me invaden la mente cuando estoy siendo una molesta confusión con piernas. —Hunter Sprouse, el nuevo doctor… La voz de la directora se desvanece poco a poco hasta que mis ojos se anclan en los suyos, las manos me sudan, el corazón se me detiene y el alma se me cae a los pies. No lo puedo evitar, me cuesta trabajo respirar hasta que me pongo de pie, cierro los puños, la directora se ve tranquila, es como si ella estuviera esperando esta reacción de mi parte, como si ella ya supiera que esto iba a pasar. Antes de que me puedan detener, salgo del salón que sirve para dar sesiones de terapia a los reclusos, mis piernas no se detienen, corro hacia el patio principal, dejando que el aire se filtre en mis pulmones
GLYNDONEn cuanto escucho mi nombre, siento que el aire colapsa en mis pulmones, no estoy enfadada con él, sino, conmigo por dejar que me tocara cuando desde un principio no debió hacerlo. Y ahora lo tengo con su novia aquí, en mi habitación, y según mi poca experiencia, será por toda la noche, no podré dormir pensando en que quizás ella me va a matar, cumpliendo su amenaza por estar cerca de su hombre. —Sentimos haber entrado de esta manera, pero es que tu habitación era la más cercana —Issla es quien rompe el silencio. No reacciono bien cuando otras personas invaden mi espacio sin razón alguna, y esta parece ser una de ellas, antes de hablar, me tomo mi tiempo para estudiar la situación, Issla tiene el cabello ligeramente alborotado, los labios hinchados y el labial rojo se desliza por su labio inferior, su blusa está mal abotonada al igual que su falda mal acomodada, debieron haber estado teniendo sexo cuando escucharon la alarma, y si es así, debieron haber estado a las afueras.
DASHIELElla lo jodió todo, se metió en maldito sistema y de esta nadie la salva, cuando penetré su coño con mis dedos, traté de conservar la calma, de hacer las cosas bien y amables, no tiene idea de lo cerca que estuve de sacar mi pene y herirla con él, de follarla hasta que perdiera la conciencia, sin embargo, no lo hice por dos razones poderosas, una de ellas es que Issla estaba en la regadera, si follaba a Glyndon sé que no me hubiera detenido hasta saciar mi sed, y esl equivaldría a que Issla hiciera un drama y después le hiciera pagar a ella por la follada. Y lo segundo, porque ella me llamó con el nombre de otro, dijo "Gareth" Juró que vi rojo en cuando ese nombre se deslizó de sus labios, la sangre me hervía, mis deseos asesinos se hicieron presentes y tuve que alejarme de ella o de lo contrario terminaría por matarla. Cosa que no iba a pasar. La follé con los dedos, la hice tocar las nubes, solo trataba de ayudarla con su puto trauma, y solo para que ella pensara en otro,
GLYNDONHan pasado dos semanas en las que ya me he acostumbrado a este sitio, no es el mejor, sin embargo, ayuda cuando trato de pensar en que es mejor aquí que una cárcel de verdad en donde estuviera con ropa de un solo color naranja y cuidando mis espaldas porque sabrían que soy hija de personas asquerosamente millonarias, aquí no pasa eso, ya que todos tenemos más o menos el mismo estatus social y económico. Algunos más que otros pero al final, somos millonarios, en estas dos semanas, hago el recuento de los daños, Issla no me habla, ya no me molesta, pero parece que me odia a morir cada que nuestros caminos se cruzan, extrañamente no la he visto con Dashiel, Vanessa dice que es porque cortaron, cosa que mejoró mi estado de ánimo hace cinco días. Trato de evitar a Hunter lo más que puedo, aunque debo admitir que sus intentos por acercarse o poner cualquier excusa con la directora Gretta, para poder estar a solas conmigo, son persistentes. No lo va a lograr, cada mañana que me des
GLYNDONMe congelo con lo que me dice, de hecho, es que no puedo creer lo que estoy escuchando, es como si estuviera viviendo la pesadilla de nuevo, como si nunca fuera a acabar, camino a toda prisa, pero sé que mis intentos por hacerlo, son inútiles, ya que puedo escuchar sus pasos detrás de mí, me está siguiendo, luego de que me dijera todas esas cosas, solo lo dejé hablando y seguí mi camino. Pero al parecer no es de los que se rinden tan fácil, y eso me causa conflicto. —Glyndon —me llama. No me detengo, viro a la izquierda, solo necesito llegar a mi habitación celda o como sea que le llamen, pero un fuerte brazo hace que detenga mii huida tan abruptamente, que suelto un chillido de sorpresa cuando me acorrala contra una de las paredes.—Ya te dejé jugar y escapar cuantas veces querías, Glyndon, es hora de escucharte. —No tengo nada que decirte —levanto el mentón con fiereza—. No comprendo por qué insistes en hacerme la vida imposible cuando está más que claro que nunca nos lle
GLYNDONCuando veo a Dashiel salir de mi habitación una vez que la seguridad del lugar ha sido retirada, siento que el alma se me escapa de las manos, no quise decir eso, pero era mejor, la última vez que me involucré con alguien sentimentalmente, no salió nada bien, y no pienso cometer los mismos errores de siempre. Esta vez no. Cuando camino, siento dolor y ardor, es incómodo, pero tampoco quisiera ir por un analgésico a la enfermería, eso equivaldría a que me encontrara con Hunter, y verlo después del sexo monstruoso en el buen sentido de la palabra, con Dashiel, no es buena idea. Veo que las sábanas están bien, así que una vez lista, me preparo para ir a desayunar. Pero apenas y salgo cuando los ojos de Dashiel me fulminan. Se ha cambiado como yo, me observa y al ver la enorme marca que ha dejado en mi cuello, y que me esfuerzo por cubrir con mi cabello, sonríe. —¿De verdad creíste que me iría como si nada? Camina hacia mi dirección y me obliga a que mi espalda choque contra l