HUNTEREsto parece ser una maldita pesadilla de la que no puedo despertar, es como vivir una y otra vez el mismo horror del pasado, quiero, por una parte, intentar salir corriendo de esto, tomar a Glyndon de la mano y dejar todo atrás, comenzar de cero, pero es que otra parte de mí, dice que es incorrecto, que no puedo solo abandonar a la persona que ha estado a mi lado en los momentos más difíciles de mi vida, es decir, esto es lo que hay, solo quiero que Davina se encuentre bien. La cabeza me da vueltas, cada uno de mis músculos se contrae, y mientras estoy en la sala de espera, no ayuda mucho el hecho de que Glyndon esté mirándome fijamente delante de mí, el alcohol en mi sistema no termina por desaparecer, ella mantiene su distancia, he sido injusto con ella, localizo sus manos y siento una punzada en el pecho al ni verle el anillo que ella me regresó. —Lo siento —digo en cuanto estamos solos. Ya que Luke se ha ido por un café para ella. —¿Por qué? —me pregunta en un tono tan
HUNTEREn cuanto mi padre escucha las palabras, la rabia lo consume, nunca ha soportado que le lleven la contraria, ahora, mucho menos en esta situación, se supone que todo el matrimonio con Glyndon fue planeado por ellos, para que sus lazos se fortalecieran, al principio estuve de acuerdo, luego, no, quise intentar las cosas con Glyndon y no puede, al final, siempre me di cuenta de que Davina es la única mujer con la que podría estar yo. —Debes estar bromeando —bufa, tratando de mantener la calma, sabe que nos encontramos en un hospital, y hacer un drama innecesario, solo atraería la atención y nos dejaría una mala imagen, algo que seguro no quiere. —No, no es una broma, es algo que será real —espeto con firmeza. —No puedes dejar a Glyndon por alguien como esa —dice de manera despectiva—. ¿Acaso no ves lo que está haciendo? Solo intenta retenerte. —Ella no es así —frunzo el ceño—. La decisión está tomada y no pienso cambiar de opinión. Mi padre se queda callado un par de segundo
GLYNDONRespiro profundo, o al menos eso es lo que he estado intentando desde que me escabullí en la oficina de mi papá, para evitar a toda costa a Hunter, sé, de buena fuente, que me ha estado buscando y la verdad es que no entiendo por qué se empeña en hacerlo, ya no tenemos nada de que hablar, mucho menos temas que tratar, antes era solo por el hecho de la farsa del matrimonio que habían formado nuestros padres, ahora que ha decidido casarse con Davina, no veo razón suficiente como para seguir con esta charada, él pierde el tiempo y me lo hace perder a mí. Los minutos pasan, mi mamá está en una operación dentro del quirófano, mientras que papá solo estaba tratando un asunto legal con sus abogados en la sala de juntas del hospital, estoy a nada de salirme, cuando para mi sorpresa, entran ambos, lo que me deja en un momento incómodo. —Bebé —me abraza mi madre con fuerza—. Siento que casi no nos vemos. —Ambas hemos estado ocupadas. —Pero esa no es excusa para que nos veamos, quier
GLYNDON Cuando la junta termina, todos parecen estar contentos con los resultados del pequeño debate que hicieron, algunos no aceptaron el hecho de que hubiese escogido a Jaxon y no a cualquier otro, por el hecho de que es nuevo, pero eso no me importó, lo que quería era contrarrestar la incomodidad que genera Hunter en mí, en estos momentos, nunca me ha gustado mezclar lo profesional con lo personal, debo estar perdiendo la cabeza. —Glyndon. La voz de Jaxon me saca de mi ensimismamiento. —Muchas gracias por haber apostado por mí —arguye a pecho hinchado, como si lo que hice fuera digno de una medalla de oro—. Aparte de mis padres, eres la primera persona que se la juega por mí. Esto suma muchos puntos en mi historial. Niego con la cabeza. —No digas esas cosas, soy yo quien te debe mucho, solo te estoy devolviendo algunos favores que me hiciste cuando era niña —respondo con sinceridad. —Y eso no es necesario, ya lo sabes. —Sabes cómo soy. —¿Y solo me has invitado a esa
HUNTERQuiero creer que no entiendo por qué estoy asesinando con la mirada a Jaxon, antes tenía que lidiar con Luke, quien ahora de la nada, ha dejado sola a Glyndon, la diferencia es que con este, hay una conexión más real y fuerte, la conoce desde que era una niña, en aquella etapa que la dejó marcada, y eso sin lugar a dudas, deja las cosas en las que me encuentro en desventaja, ¿por qué pienso de este modo? Cuando he decidido olvidarme de ella y concentrarme solo en Davina, El problema es que en cuanto escuché de su boca que saldría con Jaxon, mi instinto machista, hizo que actuara impulsivamente y me les pegué, no iba a dejar a ese, solo con ella, y, sin embargo, es él quien está rodeando su cintura, bailando con ella, mientras le dice sabrá Dios qué, y ella le responde con sonrisas sinceras, son reales, he aprendido a leer a Glyndon de un modo que ni ella misma sabría. Tampoco hay que ser demasiado inteligente para no darse cuenta de las cosas, sé que tengo la respuesta a todo,
GLYNDON Hunter está demasiado confundido, no sabe lo que quiere, yo sí, lo que necesito en estos momentos es alejarme de él, solo estamos complicando las cosas, yo siento cosas por él, eso es verdad, sin embargo, no creo que lo ame, no como describen algunas personas, o cómo se plasma en las historias de amor que leo, mucho menos se parece a un amor como el que veo de lejos entre mis tíos Levi y Maddison, Clara o Tobias, mucho menos de que hablar de mis padres, no, esto es diferente, aunque fuerte. Yo jamás me he comportado de manera indecisa con algo o alguien, soy de las que suele pensar las cosas antes de hablar, o de preferencia no hablo y ya. Hunter saca lo peor de mí, y eso si es una realidad, mientras llego a mi casa, solo porque Jaxon insiste en no querer que lo lleve a la suya, y que tomará un Uber que ya ha pedido cinco minutos atrás, pienso una y otra vez en las palabras que me dijo Hunter, él cree que me ama, ya no estoy segura de ello. —¿Qué es lo que sucede entre tú
HUNTERGlyndon no sale de mi sistema, tampoco hago el esfuerzo por hacer que desaparezca, me siento como un maldito enfermo que busca cualquier oportunidad de estar con ella, que busca cualquier pretexto dentro del hospital para cruzar nuestros caminos, no he dormido, no estoy bien, las discusiones con Davina se hacen más eternas que las últimas, cuando Glyndon mencionó lo de la invitación, supe de inmediato que fue ella quien las envió, sin haberme pedido permiso. Lo hizo solo porque le quiere restregar a la cara que es con ella con quien me estoy casando, ¿de verdad pienso hacerlo? Ya no estoy tan seguro como al principio, si me hubieran dicho que iba a llegar el día en el que iba a dudar de mi amor por ella, juro que no lo hubiera creído, y ahora, las cosas se han volteado, he invertido tanto en que esto funcione, que me he descuidado, y las energías que me quedan, prefiero gastarlas en la única mujer que amo; Glyndon Wood. Estando a nada de salir de mi oficina, saco mi móvil y p
GLYNDON Me cuesta procesar las palabras que me dice Hunter al oído, al principio pienso que debe tratarse de una de mis tantas pesadillas, pero su agarre es fuerte, está dispuesto a no dejarme suelta, por lo que siento que trago aire y este no llega a mis pulmones. —Hunter —mi voz es apenas audible—. Suéltame. Intento apartarlo de mí, pero pierdo la batalla, su agarre sobre mi cuerpo es demasiado sólido, no puedo. Respiro profundo, o al menos eso es lo que intento, una vez más, fallo. —No quiero, Glyndon, tu madre habló conmigo —confiesa con lentitud, al tiempo que me besa el cuello. Y si antes, sentir su aliento rozando mi piel, y erizándome, ya era de por sí una tortura, el forte y empuje duro de su polla contra mi trasero, no ayuda mucho que digamos, sin embargo, no me quedo callada, saber que mi madre habló con él, luego de que le confesara que prácticamente me ha follado, y que él ha sido mi primera vez, causa en mí la inquietud de la imperiosa necesidad por saber más.