GLYNDONRespiro profundo, o al menos eso es lo que he estado intentando desde que me escabullí en la oficina de mi papá, para evitar a toda costa a Hunter, sé, de buena fuente, que me ha estado buscando y la verdad es que no entiendo por qué se empeña en hacerlo, ya no tenemos nada de que hablar, mucho menos temas que tratar, antes era solo por el hecho de la farsa del matrimonio que habían formado nuestros padres, ahora que ha decidido casarse con Davina, no veo razón suficiente como para seguir con esta charada, él pierde el tiempo y me lo hace perder a mí. Los minutos pasan, mi mamá está en una operación dentro del quirófano, mientras que papá solo estaba tratando un asunto legal con sus abogados en la sala de juntas del hospital, estoy a nada de salirme, cuando para mi sorpresa, entran ambos, lo que me deja en un momento incómodo. —Bebé —me abraza mi madre con fuerza—. Siento que casi no nos vemos. —Ambas hemos estado ocupadas. —Pero esa no es excusa para que nos veamos, quier
GLYNDON Cuando la junta termina, todos parecen estar contentos con los resultados del pequeño debate que hicieron, algunos no aceptaron el hecho de que hubiese escogido a Jaxon y no a cualquier otro, por el hecho de que es nuevo, pero eso no me importó, lo que quería era contrarrestar la incomodidad que genera Hunter en mí, en estos momentos, nunca me ha gustado mezclar lo profesional con lo personal, debo estar perdiendo la cabeza. —Glyndon. La voz de Jaxon me saca de mi ensimismamiento. —Muchas gracias por haber apostado por mí —arguye a pecho hinchado, como si lo que hice fuera digno de una medalla de oro—. Aparte de mis padres, eres la primera persona que se la juega por mí. Esto suma muchos puntos en mi historial. Niego con la cabeza. —No digas esas cosas, soy yo quien te debe mucho, solo te estoy devolviendo algunos favores que me hiciste cuando era niña —respondo con sinceridad. —Y eso no es necesario, ya lo sabes. —Sabes cómo soy. —¿Y solo me has invitado a esa
HUNTERQuiero creer que no entiendo por qué estoy asesinando con la mirada a Jaxon, antes tenía que lidiar con Luke, quien ahora de la nada, ha dejado sola a Glyndon, la diferencia es que con este, hay una conexión más real y fuerte, la conoce desde que era una niña, en aquella etapa que la dejó marcada, y eso sin lugar a dudas, deja las cosas en las que me encuentro en desventaja, ¿por qué pienso de este modo? Cuando he decidido olvidarme de ella y concentrarme solo en Davina, El problema es que en cuanto escuché de su boca que saldría con Jaxon, mi instinto machista, hizo que actuara impulsivamente y me les pegué, no iba a dejar a ese, solo con ella, y, sin embargo, es él quien está rodeando su cintura, bailando con ella, mientras le dice sabrá Dios qué, y ella le responde con sonrisas sinceras, son reales, he aprendido a leer a Glyndon de un modo que ni ella misma sabría. Tampoco hay que ser demasiado inteligente para no darse cuenta de las cosas, sé que tengo la respuesta a todo,
GLYNDON Hunter está demasiado confundido, no sabe lo que quiere, yo sí, lo que necesito en estos momentos es alejarme de él, solo estamos complicando las cosas, yo siento cosas por él, eso es verdad, sin embargo, no creo que lo ame, no como describen algunas personas, o cómo se plasma en las historias de amor que leo, mucho menos se parece a un amor como el que veo de lejos entre mis tíos Levi y Maddison, Clara o Tobias, mucho menos de que hablar de mis padres, no, esto es diferente, aunque fuerte. Yo jamás me he comportado de manera indecisa con algo o alguien, soy de las que suele pensar las cosas antes de hablar, o de preferencia no hablo y ya. Hunter saca lo peor de mí, y eso si es una realidad, mientras llego a mi casa, solo porque Jaxon insiste en no querer que lo lleve a la suya, y que tomará un Uber que ya ha pedido cinco minutos atrás, pienso una y otra vez en las palabras que me dijo Hunter, él cree que me ama, ya no estoy segura de ello. —¿Qué es lo que sucede entre tú
HUNTERGlyndon no sale de mi sistema, tampoco hago el esfuerzo por hacer que desaparezca, me siento como un maldito enfermo que busca cualquier oportunidad de estar con ella, que busca cualquier pretexto dentro del hospital para cruzar nuestros caminos, no he dormido, no estoy bien, las discusiones con Davina se hacen más eternas que las últimas, cuando Glyndon mencionó lo de la invitación, supe de inmediato que fue ella quien las envió, sin haberme pedido permiso. Lo hizo solo porque le quiere restregar a la cara que es con ella con quien me estoy casando, ¿de verdad pienso hacerlo? Ya no estoy tan seguro como al principio, si me hubieran dicho que iba a llegar el día en el que iba a dudar de mi amor por ella, juro que no lo hubiera creído, y ahora, las cosas se han volteado, he invertido tanto en que esto funcione, que me he descuidado, y las energías que me quedan, prefiero gastarlas en la única mujer que amo; Glyndon Wood. Estando a nada de salir de mi oficina, saco mi móvil y p
GLYNDON Me cuesta procesar las palabras que me dice Hunter al oído, al principio pienso que debe tratarse de una de mis tantas pesadillas, pero su agarre es fuerte, está dispuesto a no dejarme suelta, por lo que siento que trago aire y este no llega a mis pulmones. —Hunter —mi voz es apenas audible—. Suéltame. Intento apartarlo de mí, pero pierdo la batalla, su agarre sobre mi cuerpo es demasiado sólido, no puedo. Respiro profundo, o al menos eso es lo que intento, una vez más, fallo. —No quiero, Glyndon, tu madre habló conmigo —confiesa con lentitud, al tiempo que me besa el cuello. Y si antes, sentir su aliento rozando mi piel, y erizándome, ya era de por sí una tortura, el forte y empuje duro de su polla contra mi trasero, no ayuda mucho que digamos, sin embargo, no me quedo callada, saber que mi madre habló con él, luego de que le confesara que prácticamente me ha follado, y que él ha sido mi primera vez, causa en mí la inquietud de la imperiosa necesidad por saber más.
GLYNDONLas palabras de Hunter resuenan en mi cabeza mientras recobro poco a poco el conocimiento, siento mi cuerpo pesado como una roca, como si estuviera en medio de un profundo sueño del que no quiero despertar, estoy tan cansada, que por un momento me alegra la idea de estar muerta, luego vienen a mi mente mis padres y cambio de opinión de manera radical. Abro los ojos lento, dejando que mis ojos se acostumbren a la oscuridad que hay a mi alrededor, solo todo está tan negro, que solo ilumina una luz verde chillona, la boca la siento seca, intento incorporarme, pero no puedo, asustada, comienzo a recordar lo que pasó en el estacionamiento, antes de ello Davina estaba haciendo un drama y yo en medio de un ataque de pánico, solo corrí lejos, mis padres ni siquiera se pudieron percatar de eso, debido a que estaban ocupados tratando de que ella no llegara a mí.Tengo las manos atadas y las piernas igual, por lo que se me dificulta moverme, no me molesto en hacer preguntas estúpidas, y
GLYNDON No puedo creer en lo sucio que me está jugando la vida, de pronto, me siento como aquella niña asustadiza que se escondía de su madre, de pronto, pareciera que lo que viví con mis padres hubiera sido un sueño, o un cruel regalo que solo me prestaron y que ahora me arrebataron de la manera más cruel que pudiera existir, atrás quedaron esos momentos en los que mi papá me llevaba de compras, en los que me escapaba con mamá para ir al cine, o en los que los pasillos del hospital se convirtieron en mi enorme sala de juegos, en donde me nació el amor por la medicina, de pronto, todo pareció haber sido tan fugaz, que ahora mi realidad me golpeaba de nuevo. Han pasado tres días desde que me acusaron de asesinato de Davina, mi tío Tobias me ha dicho que no me preocupe, que él se encargará, pero sé que en el fondo, va a ser más difícil de lo que piensa, en especial porque las huellas que hay en el cuchillo, son mías, no hay truco, y porque muchos fueron testigos de las rencillas que