GLYNDONObservo al chico que aparece frente a mí y que me ignora por completo, es alto, delgado pero fornido, de cabello oscuro alborotado, algo que le da un toque desenfadado, ojos de un gris blanco hermoso, engulle como si no existiera, en su radar solo aparecen todos y Vanessa, no debe ser muy mayor que yo, como sea, lo mejor es que me mantenga alejada de él. —Este idiota grosero, es Dashiel Oxford, mi mejor amigo, falta uno, pero no te preocupes, no tarda en llegar —añade Vanessa. El chico hace contacto visual con ella y le regala una sonrisa que roza lo encantadora. —¿A quién llamas grosero? —enarca una ceja con incredulidad. —A ti, no arruines esto, de por si las cosas ya se estaban poniendo aburridas en este lugar, y ahora que ha llegado Glyndon para ser nuestra amiga, no lo arruines, idiota —Vanessa le da un golpecito en el brazo. Él ni se inmuta, no hace nada, solo sigue comiendo. —Habla por ti, no la necesitamos en nuestras vidas —refuta él. Sus palabras son lo que ha
GLYNDONTrato de apartar la mirada de todos, ellos me miran con lástima, todos, menos tres personas en la sala, Matteo, Issla y Dashiel, el resto me ve como si fuera una muñeca rota a la que deben arreglar. Cosa que me molesta, tanto la directora Gretta como Dash, hicieron que hablara de más, me han empujado al abismo de la verdad y eso no me gusta nada. —¿Y eso qué tiene de especial? A mí, me violó mi padre, y eso supera todo por mucho —dice Issla, viendo el esmalte amarillo fosforescente de sus uñas. —No es una competencia, solo expuse como todos, lo que me pasó —digo y mi voz suena tan fría, que incluso yo creo que parece que carezco de sentimientos. Un nuevo silencio que la directora Gretta no se esfuerza por acabar, llena la estancia en la que nos encontramos, al sentirme incómoda, estoy a nada de irme de ese sitio, cuando por din decide hacer algo la mujer que se supone que tiene mayor autoridad en esta institución como le gusta llamar. —Glyndon tiene razón, ella solo expuso
DASHIELTrato de no pensar en el deseo de muerte que está teniendo Glyndon al llevarme la contraria, es cierto, apenas la conozco, y para ser honesto, cuando la vi por primera vez, pensé que solo se trataba de otra chica como Vanessa, que tenía un problema no tan grave, y cuando dijo lo que le pasó, despertó en mí, mi instinto más primario. Es algo enfermo, pero me gusta la gente rota como ella, la gente que no puede ser ayudada por nadie más, solo que ahora Matteo, como siempre, se mete en donde nadie le ha llamado. Observo que se marcha con esos dos, lleva unos pantaloncillos cortos que le hacen ver bien el culo, una blusa que apenas y le cubre lo suficiente y su cabello rubio suelto, ella es la clase de mujeres opuestas a lo que me gusta normalmente, sin embargo, es la persona más rota que he conocido después de Issla, quien no deja de pelear con Vanessa. —¡Deja de meterte entre nosotros! —chilla Issla—. Debes aceptar que solo son amigos, nada más, ¿acaso no lo ves? —Y es porque
GLYNDONOdio tener esta clase de episodios en los que me siento una inútil que no se puede controlar, antes los sabía mantener a raya porque mi mente siempre estaba trabajando en una constante salida, en pocas palabras, evitaba pensar en aquello que me hundía en la oscuridad, incluso Hunter llegó a ser alguien demasiado importante en mi vida en tan poco tiempo, que creía con una venda en los ojos, que él me hacía mejor persona, estaba equivocada, todo fue una ilusión. Hunter jamás me amó, jamás creyó en mí, lo sé, lo comprobé y me lo demostró. Cuando Jaxon me violó, las pesadillas y los episodios por los que mis padres lucharon tanto en contra, regresaron con más fuerza, y ahora es uno de esos momentos en los que me gustaría lidiar con esto sola, pero no lo estoy, Dashiel, el chico que ha decidido odiarme desde el día en el que llegué, me mira con confusión. Trato de no pensar en él y concentrarme solo en lo que está pasando, respiro una y otra vez, una y otra vez, cerrando mis puño
DASHIELNecesito una purga, el pensar en Glyndon no me hace bien, no sé qué es lo que me pasa con esa chica, apenas la conozco y ya siento el imperioso deseo de romperla, de hacerla mía, de marcar mi territorio, mientras camino a la mansión que estaré compartiendo con ella, siento la emoción recurrente de poder estar con ella a solas, sin interrupciones, sin molestos amigos que nos alejen, para romperla, necesito conocerla a fondo, encontrar sus debilidades, sé una de ella, pero sé que hay algo más. —¿Molesto? La voz de Evan llega a mis espaldas y le miro de soslayo. —¿Por qué habría de estarlo? —enarco una ceja con incredulidad. —Pues porque Glyndon se ha quedado con ese chico que vino a visitarla —dice como si eso me fuera afectar. Sí, puede que sí, pero nunca lo sabrá. Eso es seguro. Al ver que no pienso responder a sus preguntas, sigue insistiendo, es el único que se empeña en querer ver a la bestia. —Son amigos —suelto antes de que se haga ideas falsas en la cabeza. —¿Cómo
GLYNDONNo puedo creer en el problema en el que me he metido sin siquiera buscarlo, es que no me puede estar pasando esto, en el pasado, mejor dicho, hace pocos meses, lo pasaba, mis compañeras de pasantía me hacían esta clase de bromas, y ahora, Issla, una chica que cree que le estoy robando el afecto de un chico que apenas y conozco, me hace esto, cuando en todo caso, es con él con quien debería hablar. No hacerme esta clase de cosas infantiles, contando que según lo que dijeron, todos son mayores que yo. —¿Y si nos comunicamos con la directora? —indago sacando mi teléfono móvil—. Podríamos…Apenas y suelto esas sencillas palabras, cuando de la nada, me arrebata el móvil e intenta hacer una llamada, colocando el altavoz, el que me indica que no nos podemos comunicar debido a que el wifi se ha desactivado y apagan las líneas principales, cosa que parece más un ensueño y una mentira que la realidad. —¿Por qué me miras así? —espeta con rudeza. —Es que tengo en mi habitación celda, a
DASHIEL Mi polla está tan dura como una roca, cuando despierto, me encuentro abrazando a Glyndon, huele demasiado bien, mis brazos rodean su firme y plano vientre, al tiempo que mi polla golpea sus nalgas, por un segundo me imagino cómo será meterle la polla, soy demasiado grande y ella se ve tan pequeña, pero mantengo esas ideas fijas solo para mí, anoche me pegó un buen susto cuando gritó. Al verla, noté que en su mirada había un destello de terror completo, uno que sin duda, me había paralizado por un minuto, su mirada estaba tan perdida, tan fija en algo invisible, las lágrimas rodaban por sus mejillas y la barbilla le temblaba, se estaba mordiendo el labio inferior con tanta fuerza, que estoy seguro de que no se había dado cuenta de ello. La sangre llamó mi atención. Por más que le llamé para que despertara, por más que hice para que ella reaccionara y saliera de aquel mundo que la atraía como imán, nada funcionó, ella seguía estando en ese estado catatónico. Pierdo la cabez
GLYNDONEn cuanto veo a Hunter entrar como el nuevo doctor, siento que estoy a punto del colapso, es como si nada estuviera siendo real a mi alrededor, por un segundo el mundo entero se detiene, por un segundo creo que estoy soñando o teniendo una de las tantas alucinaciones que me invaden la mente cuando estoy siendo una molesta confusión con piernas. —Hunter Sprouse, el nuevo doctor… La voz de la directora se desvanece poco a poco hasta que mis ojos se anclan en los suyos, las manos me sudan, el corazón se me detiene y el alma se me cae a los pies. No lo puedo evitar, me cuesta trabajo respirar hasta que me pongo de pie, cierro los puños, la directora se ve tranquila, es como si ella estuviera esperando esta reacción de mi parte, como si ella ya supiera que esto iba a pasar. Antes de que me puedan detener, salgo del salón que sirve para dar sesiones de terapia a los reclusos, mis piernas no se detienen, corro hacia el patio principal, dejando que el aire se filtre en mis pulmones