CLARAHace dos días que volví a vivir en la casa que era de mis padres, no he sabido nada de mi madre y ya comienzo a preocuparme, es que no puedo hacer como que nada de esto pasó, pese a los intentos constantes de Tobias por hacerme sentir bien y asegurarme que ella no volverá a aparecer en nuestras vidas, ¿cómo puede estar tan seguro? Sé lo que escuché, el italiano con el que me había vendido la quería muerta, pero también sé lo perspicaz que puede llegar a ser mi madre cuando se trata de salirse con la suya. Temo que haya pedido ayuda de él para volver a atacarme, termino de colocarme el abrigo y siento que las piernas me tiemblan, no solo está el asunto del corazón de la pequeña Marina, sino, él que yo hoy sabré si estoy embarazada o no. Por una parte espero que sí, por otra, solo quiero que sea un mal sueño, no quiero que la mente de Tobias tenga alguna distracción de más. «Son cosas que no se pueden evitar»Me repito a mí misma. Una y otra vez mientras bajo las escaleras, en e
CLARANo sé lo que ha pasado pero siento que he muerto y revivido en un solo día. Al abrir los ojos me encuentro dentro de una habitación de hospital, recuerdo todo y me incorporo de golpe, tocando mi vientre, todo lo que ha pasado ha sido demasiado para mí, en especial porque no quiero perder lo único que se ha aferrado a mí. Mi hijo. —Tranquila.La voz ronca de Tobias llega a mí, volteo y lo encuentro poniéndose de pie al tiempo que sus ojos adquieren un brillo sádico. —Estás en el hospital. Se acerca y le echa un vistazo al monitor que reacciona a los latidos de mi corazón. —¿Qué ha pasado? Mi bebé… Tobias me fulmina con la mirada. —Querrás decir, nuestro bebé —espeta con firmeza, incapaz de ocultar el orgullo que siente al decir aquellas palabras. Me quedo callada, sellando mis labios como una bóveda antigua, esperando a que me dé alguna mala noticia, una de la que no estoy segura, pueda sobrevivir, respiro hondo, sintiendo como todo me da vuelta alrededor. —Tuvimos que in
TOBIASTermino de firmar un par de documentos, poniendo en orden todo para tomarme un maldito receso en mi vida, han pasado nueve meses desde que casi pierdo a Clara, desde que casi dejo de ver sus hermosos ojos verdes, nueve meses en los que dio a luz hace dos semanas, a mi hijo, un niño sano, rubio y de ojos verdes, al que ella llamó; Gareth. Se parece tanto a mí, es mi vivo retrato, pero sacó el carácter caprichoso de su madre. Ha sido un proceso largo, en especial porque aun en las noches, suele tener pesadillas. Mismas en las que se despierta gritando y llorando después en mis brazos, su madre le dejó muchas huellas, y aquí están las consecuencias, aunque intento por todos los medios depurar su trauma, y lo hago con la mejor forma que tengo, y es follarla hasta que deje de pensar en otra cosa que no sea en mi polla entrando y saliendo de su cuerpo. —Señor.La voz femenina a mis espaldas hace que mire por encima del hombro, al tiempo que agarro mi saco del perchero, la nueva sec
CLARASUCESO ANTES DE QUE LEVI CONOCIERA A MADDISON—Tienes que conquistarlo. —Sí, cariño, no puedes dejar que nadie lo tenga, la fortuna de Levi es importante, así que harás lo que sea para tenerlo a tus pies. —Así tengas que perder tu virginidad con él. Mis padres siguen con lo mismo, una y otra vez, desde que me levanto hasta que me acuesto, no logran entender que no quiero tener nada que ver con el amor por contratos, yo quiero estar con un hombre que me ame y yo a él, me gusta Levi, es decir, es apuesto, rico, soy pesada con él porque quiero que me odie, sin embargo, sé que nuestros padres queremos que estemos juntos. Tenemos años de conocernos, y aunque lo veo más como un amigo que como un posible candidato para marido, mis padres necesitan ayuda y tengo que apoyarlos, por lo que mordiéndome la lengua para evitar decirles que no me voy a meter en estos asuntos, termino por asentir, lo que provoca que mi madre ensanche una larga sonrisa que va de oreja a oreja. —Esa es mi pr
¿Qué harías si terminas siendo la esposa del doctor más cruel del país? Una apuesta, un juego, una broma del destino. Harley sabe perfectamente que no debió haber tenido sexo con Dylan Wood, ella tenía claro que él jamás la tomaría en serio, hasta que una noche de copas, el resquemor del pasado y una sucia broma, hace que firme con contrato en el que termina siendo su prometida. Situación que a Dylan no le toma por sorpresa, puesto que no todo lo que brilla es oro, y él es quien maneja los hilos de su historia, el problema es que para estar con Harley, tendrá que enfrentar su pasado, uno que ella ha guardado en el cajón del olvido, y que ahora vuelve. Cuando Andras Sullivan, un hombre apuesto que ha salido de la cárcel, llega a reclamarla como suya, lo que lo empuja a tomar la decisión compulsiva de ser su marido, para que de esa forma, la apuesta del padre de Harley, no la llegue a tocar. Creando así, un peligroso triángulo amoroso. ¿Podrá Harley confiar en el hombre que le ha pa
DYLANErrores, eso es lo que he estado evitando cometer desde que hace un año decidí que el mundo entero supiera que Harley es mía, mi chica, al principio las cosas iban bien, pasábamos tiempo juntos hasta que las pesadillas volvieron. Poco a poco me fuí volviendo frío con ella, no porque la haya dejado de amar, al contrario, la deseo más, y la amo con más ferviente razón, es solo que ahora, no estoy en un buen momento, mucho menos cuando hace una semana, mi ex novia, llegó como directora del hospital. Harley no lo sabe aún, y espero que siga siendo así, al menos hasta que pueda contarle lo que pasó entre ella y yo, lo cual hace tensas las cosas en estos momentos, en los que me encuentro delante de ella. Y es que Amelie Soto, es una mujer letal y de mucho cuidado. —Nos volvemos a encontrar —me dice. Me quedo callado un par de segundos, la detallo, es alta, delgada, con curvas que aún se notan debajo de la bata, su cabello oscuro largo, le llega hasta la cintura en ondas, y sus ojos
HARLEYUn año, ha pasado un año desde que de la nada, Dylan me terminó y se cambió de hospital, de la nada solo dijo que ya no podíamos estar juntos, se cambió de departamento, se fue del Hospital renunciando, no sé a dónde mierda se fue, y el mismo día, la directora también presentó su renuncia, al parecer le habían ofrecido la dirección en otro hospital en Texas. Ese mismo año me enteré de que Clara y Tobias tenían una niña de seis años, bueno, él la tenía, da igual cómo surgieron las cosas, ellos están juntos. Mis amigas tienen como parejas a hombres idiotas, pero hombre que si ellas piden amor, el mundo va a arder. Dylan no fue así, él quebró algo en mi interior, él me dañó a tal punto que ahora soy la doctora hielo, como me llaman, me he vuelto alguien fría y calculadora, no pienso permitir que vuelvan a jugar conmigo, no lo haré. La Harley del pasado se quedó ahí, creyendo que Dylan era el hombre de su vida, creyendo que la amaba, ahora las cosas son distintas. —Aquí estás.
HARLEY No ha cambiado nada, eso es lo primero que pienso en cuanto lo tengo frente a mí, en un espacio tan cerrado, él tiene la osadía de detener el elevador y yo me cruzo como si nada de brazos, si piensa que voy a correr a sus brazos como si nada hubiera pasado, está equivocado, ya no soy la misma que hace un año, ahora soy más perra, fría y calculadora, este hijo de puta no me la vuelve a hacer, puede que tanto Maddison como Clara perdonen las mierdas de Levi y Tobias, yo no, a mí me la hacen y me la pagan con intereses, y me parece que Dylan ha acumulado ya bastantes. —¿Hablar? No lo creo —le sostengo la mirada. —Me parece que tenemos una plática pendiente, tengo que explicarte por qué me fui y… —No me interesa —le interrumpo. —¿Qué? —Lo que oíste, no me interesa saber ya, por qué te fuiste y me dejaste, creo que está todo claro, solo buscabas follarme para hacerme parte de tu colección, felicidades, ahora, vete y no vuelvas más —espeto con firmeza. Incluso yo me sorpr