El invierno, la estación que la mayoría esperaba con ansias, sobre todo los niños que disfrutaban jugar en la nieve. Las cafeterías se veían abarrotadas de clientes, la mayoría deseando un chocolate caliente para mantener la temperatura corporal debido al clima frío. Willow decidió colocarse el abrigo más grueso que tenía en el armario, además del jersey corto debajo, y el pantalón. Camina por la acera esquivando a varias personas que van y vienen en el trajín de la mañana, al llegar a la cafetería que ha acordado encontrarse con Anneliese, ingresa al local y una camarera la recibe.—Buenos días, he reservado una mesa a mi nombre —explica en la recepción.—¿Cual es su nombre?—Willow Harford —la camarera busca en el ordenador confirmando la reservación.—La llevaré a su mesa —se dirige a la parte del balcón donde la vista al mar es increíble—. ¿Va a ordenar algo?—No, por ahora no —la camarera asiente.—Que disfrute de la velada —le sonríe amable.—Muchas gracias —emite la joven toman
La brisa fría golpea suavemente su rostro, ondeando su cabello cobrizo, cierra los ojos sintiendo el viento fresco. Por un momento logra olvidarse de todo, solo se dedica a disfrutar de ese instante que le transmite serenidad, una completa calma y paz. Luego de haber llorado como nunca antes lo había hecho, Willow decide volver a casa.—¿Segura que no quieres que te lleve? —le pregunta Oliver por cuarta vez.—Sí, tranquilo. Caminaré un rato, el aire fresco me hará bien —alega colocándose el abrigo.—Querrás decir el aire de la Antártida que hace allá fuera, ¿sabe en cuántos grados está la temperatura?—No, pero tampoco me voy a convertir en un cubito de hielo —contesta colocándose el calzado.—Vale, no insistiré más. Si te congelas será tu culpa —la joven rueda los ojos ante la exageración de su amigo.—Eso no pasará, estaré bien —baja las escaleras que conducen a la sala—. Me despides de tu madre, otro día paso con la pequeña traviesa para que la conozcan.—Vale, no dudes en llamarme
Muchas veces la compañía de otros se convierte en una costumbre que es difícil de no extrañar cuando ya no están. El ser humano es un ser eminentemente social, es por ello que se necesita de la cooperación con otras personas para sobrevivir, desarrollarse, aprender, y entretenerse. Sin embargo, habrá ocasiones en las que es inevitable evitar alguna situación solitaria, sea intencional o no. Además, cada persona tiene un concepto diferente, por lo que depende de cómo este sentimiento repercute en cada ser, generando emociones muy distintas en cada individuo, ya sea para bien o para mal. Pero en el caso de Willow, ella siempre había querido estar en compañía puesto que en soledad se sentía asilada, desamparada. Además, los recuerdos del pasado le afectaban hasta el punto de hacerla sentir insuficiente, insegura y en ese instante aparecían aquellos pensamientos rumiantes invadiendo cada rincón de su cabeza. Se volvía una lucha constante, una batalla contra su propia mente.Mueve el bolí
Y de la nada ya tenía que llegar la distancia, algo que a ella le afectaba, porque durante todas esas semanas ella había desarrollado una conexión especial con la pequeña y ahora que había pasado a la despedida, se sentía como si en el pecho le quedaba un vacío.Y ahora en consecuencia, ahora le estaba afectando debido a que sabía que ya no estarían juntas, afortunadamente pudo disfrutar de esos dos meses que estuvo con ella y de alguna forma lo iba a guardar muy bien dentro de su corazón, todos esos recuerdos que había forjado alrededor de ocho semanas, más o menos, pero eso no quería decir que no la iba a extrañar, de hecho ya la echaba de menos, nunca se había separado de una persona, pero ahora era un poco más doloroso, ella tenía que volver a seguir con su vida como antes, sin embargo eso era difícil llevarlo a cabo, pues en el pensamiento podría sonar sencillo, pero nada más alejado de la realidad.Pero no tenía que sentirse de esa forma, porque en algún momento podría verla de
De verdad está muy asustada. No quiere arruinar nada y siente que lo ha echado a perder por completo. Por esa farsa ha recibido una gran cantidad de dinero, una cantidad exorbitante con la que ha resuelto muchos de sus problemas económicos, así que estar atrapada en ello no es nada bueno para Willow.Kyllian se le queda mirando, sabe que ocultar lo de su abuela ha sido algo que le molestó, pero en esas instancias parece ser que ella está nerviosa por alguna otra razón. Aunque aún no es capaz de saber qué otra cosa le está ocurriendo.—Tenías que decirme la verdad. Sabes perfectamente que odio las mentiras o que me oculten la cosas, así que por favor que no se vuelva a repetir, no quiero que sigas mirándome la cara de idiota. Es que... —gruñe.Entonces la chica comienza a sentir otro grado más profundo desesperación, en el que ya está tocando el fondo, de alguna forma sabe que falló estrepitosamente. Ella se siente culpable y una tonta, porque no ha podido hacer todo muy bien, sus emoc
Llega a la recepción y se arma de valor para ingresar a la oficina que lleva meses siendo su lugar de inspiración, se había convertido en parte de su día a día y saber que ahora se debía ir de allí le partía el alma. Su sueño de hacerse una diseñadora reconocida pasaría a formar parte de un recuerdo, uno que jamás podría cumplir puesto que lo más probable es que pudiera conseguir otro empleo que amara tanto.—Willow —la voz de Megan la detiene—. El señor Kyllian prohibió tu entrada a la oficina, lo siento.La joven asiente comprendiendo. Debe de odiarla en este momento tanto que siquiera quiere verla.—Vale, solo venía a entrarle esto —le tiende el sobre con la carta de renuncia.—¿Sucedió algo entre ustedes? —indaga la pelirroja al ver el rostro hinchado, es evidente que ha estado llorando.Willow asiente con la cabeza, pero reprime el llanto que lleva atorado en la garganta.—Lo siento, hablamos luego —se aleja de Megan dirigiéndose a las escaleras.Entonces se topa con Kyllian, amb
Seis meses despuésLas calles de aquel pueblo de Riquewihr eran tan pintorescas que le daban un estilo único a aquel sitio, las fachadas de sus casas son cada una de un color diferente, entre ellas pintadas de amarillo, azul, rosa o incluso rojo. Las personas paseaban por las calles adoquinadas mientras admiraban la belleza del estilo diferente de las casas de la localidad. Willow aunque lleva meses allí, no se cansa de recorrer aquellas calles que la inspiran en sus diseños. Luego de lo ocurrido con Kyllian, decidió alejarse de todos y comenzar de cero en otro lugar donde podría sanar, recuperarse, y que lo sucedido formara parte de su pasado.Se había enterado que Kyllian se había ido a Italia, dejando como encargado de la empresa a su mejor amigo Zander, quién iba a dirigirla hasta que él regresara. No sabía más nada de Kyllian puesto que así lo había decidido, prohibiendo mencionarlo en sus conversaciones con Megan. La pelirroja y el abogado se habían comprometido después de ente
Willow deja de cortar el bistec y mira a su amiga con cierto recelo. Sabe que la curiosidad la está matando, es la única persona que conoce la razón del por qué se vino a Francia.—Tal vez, es el mejor amigo del novio —menciona tratando de sonar desinteresada—. Así que no me sorprendería verlo en la boda.—¿Estás bien con eso?—Por supuesto que sí —se apresura a responder haciendo que Chloe achique los ojos hacia ella—. Bien, no, no lo estoy. Y quisiera que todo fuera diferente, ¿sabes? No verme afectada por mi ex solo porque estará con otra y yo aún no lo he podido olvidar. Es injusto, odio no poder dejarle de amar.Suspira profundamente.—¿Y crees que él si lo hizo? —suelta y Willow se queda pensativa.Sin embargo, recuerda la última vez que se vieron y la manera cómo la ignoró, siquiera posó su mirada en ella, fue como si no existiera. Luego de ese día, se enteró que se había ido a Italia y eso golpeó a la chica, no podía soportar estar en la misma ciudad que él cuando regresara, p