Capítulo42
—¡Don Camilo! ¡Está herido! Rápido, déjeme ayudarle a levantarse.

Sin embargo, Julieta ya estaba malherida y no se había curado, además de que estaba débil por la falta de sangre. No podía ayudar en nada a don Camilo.

Poniendo su mano sobre el pecho de don Camilo, se sentía tan angustiada que estaba a punto de llorar.

¡No podía pasarle nada a don Camilo! ¡No le podía pasar absolutamente nada!

Sacó su celular y llamó al 911 pero no había señal alguna. Se levantó y trató de ir por señal cuando don Camilo le jaló la mano.

—Señorita, cuidado con Dalila…

Julieta lloró y asintió:

—¡Ya lo sé, ya lo sé, don Camilo, no diga una palabra! ¡Conseguiré a alguien que te salve!

—La carta del señor decía que la señora… no murió en un accidente…

Mamá no había muerto en un accidente, lo que significaba que Dalila dijo la verdad. ¡Mamá fue asesinada por ella!

—¿Entonces papá no se suicidó tampoco?

Don Camilo frunció el ceño y negó con la cabeza.

—No. El señor sí se suicidó, pero… fue forzado.

¿Forzado?

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