Capítulo389
Dalila vio el rostro pálido de Julieta. Sabía que lo creía, y dijo:

—Julieta, me alegro mucho de verte tan desesperada. ¿No sería genial si Leandro pudiera verte así también?

Julieta apartó la mirada, negándose a ver a Dalila, pero sus lágrimas seguían cayendo incontrolablemente.

Cuando le rompieron la pierna, no lloró.

Pero en el momento en que escuchó que Leandro la quería muerta, sí lo hizo.

Afirmaba que ya no le importaba, más al oír que el hombre que había amado durante diecisiete años quería que su enemiga la matara en su lugar, ya no pudo contenerse.

Julieta pensó que conocía lo suficiente a Leandro, pero nunca imaginó que, al final, ella sería la perdedora.

En sus amores, ella siempre fue la más humilde.

Dalila se agachó y tiró del cabello de Julieta, burlándose:

—Ahora eres solo una lisiada. Espera que te arañe la cara. ¡Vamos a ver cómo puedes seducir a los hombres!

Dalila creía que si Julieta estaba lisiada, Leandro dejaría de tener sentimientos por ella.

Los hombres eran cr
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