—¡Habla! —exigió Leandro.Alargó la mano y levantó a Vicente del suelo. Lo miró furiosamente mientras le preguntaba:—¿Quién te ordenó hacerle daño a mi esposa?En ese momento, el rostro de Vicente había sido golpeado tanto que era una masa ensangrentada. No se parecía en nada a ningún patriarca de familia acomodada. Suplicó con voz sollozante:—Señor Cisneros, por favor, no me mate.Leandro rio fríamente, aflojó el puño y le pisó el abdomen con una fuerza ligeramente incrementada. Vicente escupió sangre por la fuerza.—Vicente, deberías alegrarte de que la que se está muriendo no sea mi esposa. De lo contrario tu vida ya se hubiera acabado. —Señor Cisneros, una persona me dijo... Usted y su esposa no tienen una buena relación. Aunque la matáramos, usted no se enfadaría con la familia López. De lo contrario...Vicente escupió aún más sangre y continuó:—No me atrevería...Efectivamente, odiaba a Leandro y quería vengarse. Pero, también sabía que, si mataba a alguien que realmente le i
Julieta tuvo un sueño en el que vio a su mamá.Lloraba y trataba de abrazarla, pero había una barrera entre ellas y no podían tocarse. Podía ver los labios de su mamá moviéndose, pero no escuchaba sonido alguno. Entonces se puso ansiosa y empezó a llorar.—¡Mamá!Pero su madre se limitó a negar con la cabeza ante su llanto y se alejó poco a poco.—¡Mami, no te vayas! —gritó e intentó romper la barrera invisible—. Mamá, ¡llévame contigo, por favor!Lloraba tanto que se despertó. Se encontró agarrada del brazo de Ismael.Él vio que se había despertado, le frotó la cabeza y le preguntó:—¿Tuviste una pesadilla?Julieta estaba aturdida y tardó un rato en recuperarse. Luego usó la manga de Ismael para secarse las lágrimas y dijo con voz llorosa:—No fue una pesadilla. Tuve un sueño con mi mamá.—Julieta, tus mocos y tus lágrimas mancharon toda la ropa. Mis camisas son costosas, ¿sabes?Al oír esto, Julieta se apresuró a soltarse del brazo de Ismael y se disculpó:—Lo siento. Yo... Yo te co
En cuanto apretó el cuchillo, Vicente se quedó boquiabierto por la sorpresa. No hizo más que gritar y pedir clemencia.Este movimiento también sobresaltó a Ismael, quien tembló ligeramente. Se quedó mirando el perfil de Julieta, y no se recuperó de la impresión durante un buen rato.Julieta acababa de cortarle el dedo índice a Vicente.La sangre goteaba en el suelo, y la escena era muy sangrienta. Incluso el rostro de Julieta estaba manchado con algunas gotas de sangre.Sin embargo, su expresión era inusualmente tranquila, como si acabara de cortar una zanahoria.Entonces, tiró el cuchillo a un lado y habló lentamente, palabra por palabra:—Vicente, recuerda este día. Si vuelve a ocurrir, ¡tu cuello será lo siguiente en romperse!Tras decirlo, Julieta se dio la vuelta y salió de la habitación.Ismael se apresuró a seguirla y, tras decir unas palabras a Francisco, alcanzó a Julieta, que permanecía inmóvil en el pasillo.Al ver su rostro pálido y la mirada fulminante, Ismael no supo qué
Aunque Omar se había quedado helado, se rio. —Ismael, hace mucho que no nos vemos. Vamos a tomar algo cuando tengamos tiempo.Pero Ismael no le respondió. En su lugar, giró la cabeza y le dijo suavemente a Julieta:—Tú habla con Omar, yo iré a comprarte algo de comer.Tras esas palabras se fue.Mirando la espalda de Ismael, Julieta se sintió un poco desconcertada. —Doctor Ramírez, ¿ha ofendido al señor Soto?Por lo que ella recordaba, se suponía que tenían una buena relación.Omar se rio amargamente mientras negaba con la cabeza.—No, es solo que como él y Leandro están peleados en este momento, y yo soy el médico de Leandro, siente que estoy en su contra.Tras escuchar sus palabras, Julieta asintió.—Me suena razonable.—¿También lo crees, cuñada? —Omar quería llorar—. De verdad que no. Después de todo, la familia Cisneros tiene más autoridad que la familia Ramírez. No había otra cosa que pudiera haber hecho, es más, en el fondo estoy de tu lado.Pero para Julieta no era importante
Al ver que Ismael levantaba a Julieta, Omar se quedó helado.—Ismael, ¿drogaste a mi cuñada?— Solo son pastillas para dormir.—Pero…Ismael miró fríamente a Omar.—Lo que decidas es asunto tuyo, pero si ayudas a Leandro a hacer cosas malas, nunca te lo perdonaré.—Es cierto que hay cosas que Leandro hizo mal, pero Ismael —Omar puso una expresión triste—, Leandro en realidad se preocupa por mi cuñada. Creo que lo sabes.—¿Te refieres a aquella vez en la que salvó a Julieta y provocó su lesión?Omar asintió.Ismael se burló:—Lo sé, estaba allí. Incluso pensé en ese momento que había corregido su error. ¿Pero sabes lo que hizo mientras Jasmine era reanimada?—¿Qué?—Forzó a Julieta a donar sangre y solo lo hizo para salvar a Dalila, que intentó suicidarse en la cárcel.Después de escuchar esto, Omar estaba un poco incrédulo.—No… No puede ser.—¿No? Puedes preguntarle tú mismo a Leandro. Pregúntale si aún tiene conciencia.Ismael bajó la mirada y miró a Julieta en sus brazos.—Aunque si
—Tú… ¿Qué haces aquí?Asustada por el aura de Ismael, Dalila retrocedió paso a paso hasta que finalmente y se sentó en la cama.Ismael entró y cerró la puerta de un portazo. Miró fríamente a Dalila y no dijo ni una palabra.—Ismael, ¿qué demonios estás haciendo? —Dalila entró en pánico debido a su mirada fija.—Dalila, deberías alegrarte de que no golpee mujeres.Al escuchar a Ismael decir que no le pegaría, Dalila recuperó instantáneamente su actitud anterior mientras decía fríamente: —¿Y qué quieres entonces? ¿Quieres vengar a la puta de Julieta?En cuanto terminó sus palabras, Ismael estranguló a Dalila con los ojos llenos de intención asesina. —Dalila, he dicho que no le pego a las mujeres, pero no he dicho que no mate a la gente.Después de decir esto, la liberó, cogió su pañuelo, se limpió la mano y sonrió. —He venido a decirte que debes portarte bien o de lo contrario te mandaré de vuelta ahora mismo.Sobresaltada, Dalila tosió violentamente: —Leandro no lo permitirá.—¿No?
Dalila se quedó paralizada y por el dolor se tocó la mano derecha. Tenía lágrimas en los ojos. Miró a Leandro: —Leandro…Pero en vez de compadecerse de ella, Leandro le interrogó: —¿Es cierto lo de los informes?Le preguntaba por el hecho de haber fingido un accidente de coche y comprar a un asesino para que atropellara a Ismael.—¿No confías en mí?Lloraba tan fuerte que casi no podía respirar, como si la hubieran agraviado e injuriado. Pero cuando levantó la vista vio que Leandro no reaccionaba. Dalila entró en pánico, lloró y fue a abrazarlo, pero él lo esquivó.—Dalila, te estoy dando la oportunidad de ser sincera. Si la pierdes, no habrá una segunda vez.Si hubiera sido cualquier otra persona, la habría matado hace tiempo, pero era Dalila, quien le había salvado y había estado con él en sus peores momentos. No podía enfrentarse a ella.—Leandro —dijo Dalila con seguridad—: Yo no lo hice, me acusaron injustamente.En los ojos de Leandro cruzó un destello de decepción mientras pre
Cuando Julieta despertó ya era de mañana. Miró a su alrededor y no encontró a nadie. Solamente había una caja de comida empaquetada en la mesa de al lado y un trozo de papel debajo.“Come bien.”Parecía que Ismael lo había puesto allí.Julieta recordó los sucesos de anoche. Aunque tardó en entenderlo, de pronto comprendió por qué había tenido tanto sueño. Debía haber algo malo en el vaso de agua que Ismael le había dado, pero ella no iba a investigarlo. Después de todo, él estaba tratando que ella descansara un poco.Se levantó y, tras ponerse el abrigo, Julieta se dispuso a ir a ver cómo estaba Jasmine.Sin embargo, tan pronto como salió de la habitación se encontró con Dalila, que había venido buscando problemas.—Me he enterado por Leandro de que me has ayudado a hacer otra transfusión de sangre, y he venido a darte las gracias.Cuando Julieta vio a Dalila presumiendo orgullosa, se sintió asqueada. Su rostro estaba frío mientras decía indiferente:—No es para tanto. Después de todo,