Al ver que Ismael levantaba a Julieta, Omar se quedó helado.—Ismael, ¿drogaste a mi cuñada?— Solo son pastillas para dormir.—Pero…Ismael miró fríamente a Omar.—Lo que decidas es asunto tuyo, pero si ayudas a Leandro a hacer cosas malas, nunca te lo perdonaré.—Es cierto que hay cosas que Leandro hizo mal, pero Ismael —Omar puso una expresión triste—, Leandro en realidad se preocupa por mi cuñada. Creo que lo sabes.—¿Te refieres a aquella vez en la que salvó a Julieta y provocó su lesión?Omar asintió.Ismael se burló:—Lo sé, estaba allí. Incluso pensé en ese momento que había corregido su error. ¿Pero sabes lo que hizo mientras Jasmine era reanimada?—¿Qué?—Forzó a Julieta a donar sangre y solo lo hizo para salvar a Dalila, que intentó suicidarse en la cárcel.Después de escuchar esto, Omar estaba un poco incrédulo.—No… No puede ser.—¿No? Puedes preguntarle tú mismo a Leandro. Pregúntale si aún tiene conciencia.Ismael bajó la mirada y miró a Julieta en sus brazos.—Aunque si
—Tú… ¿Qué haces aquí?Asustada por el aura de Ismael, Dalila retrocedió paso a paso hasta que finalmente y se sentó en la cama.Ismael entró y cerró la puerta de un portazo. Miró fríamente a Dalila y no dijo ni una palabra.—Ismael, ¿qué demonios estás haciendo? —Dalila entró en pánico debido a su mirada fija.—Dalila, deberías alegrarte de que no golpee mujeres.Al escuchar a Ismael decir que no le pegaría, Dalila recuperó instantáneamente su actitud anterior mientras decía fríamente: —¿Y qué quieres entonces? ¿Quieres vengar a la puta de Julieta?En cuanto terminó sus palabras, Ismael estranguló a Dalila con los ojos llenos de intención asesina. —Dalila, he dicho que no le pego a las mujeres, pero no he dicho que no mate a la gente.Después de decir esto, la liberó, cogió su pañuelo, se limpió la mano y sonrió. —He venido a decirte que debes portarte bien o de lo contrario te mandaré de vuelta ahora mismo.Sobresaltada, Dalila tosió violentamente: —Leandro no lo permitirá.—¿No?
Dalila se quedó paralizada y por el dolor se tocó la mano derecha. Tenía lágrimas en los ojos. Miró a Leandro: —Leandro…Pero en vez de compadecerse de ella, Leandro le interrogó: —¿Es cierto lo de los informes?Le preguntaba por el hecho de haber fingido un accidente de coche y comprar a un asesino para que atropellara a Ismael.—¿No confías en mí?Lloraba tan fuerte que casi no podía respirar, como si la hubieran agraviado e injuriado. Pero cuando levantó la vista vio que Leandro no reaccionaba. Dalila entró en pánico, lloró y fue a abrazarlo, pero él lo esquivó.—Dalila, te estoy dando la oportunidad de ser sincera. Si la pierdes, no habrá una segunda vez.Si hubiera sido cualquier otra persona, la habría matado hace tiempo, pero era Dalila, quien le había salvado y había estado con él en sus peores momentos. No podía enfrentarse a ella.—Leandro —dijo Dalila con seguridad—: Yo no lo hice, me acusaron injustamente.En los ojos de Leandro cruzó un destello de decepción mientras pre
Cuando Julieta despertó ya era de mañana. Miró a su alrededor y no encontró a nadie. Solamente había una caja de comida empaquetada en la mesa de al lado y un trozo de papel debajo.“Come bien.”Parecía que Ismael lo había puesto allí.Julieta recordó los sucesos de anoche. Aunque tardó en entenderlo, de pronto comprendió por qué había tenido tanto sueño. Debía haber algo malo en el vaso de agua que Ismael le había dado, pero ella no iba a investigarlo. Después de todo, él estaba tratando que ella descansara un poco.Se levantó y, tras ponerse el abrigo, Julieta se dispuso a ir a ver cómo estaba Jasmine.Sin embargo, tan pronto como salió de la habitación se encontró con Dalila, que había venido buscando problemas.—Me he enterado por Leandro de que me has ayudado a hacer otra transfusión de sangre, y he venido a darte las gracias.Cuando Julieta vio a Dalila presumiendo orgullosa, se sintió asqueada. Su rostro estaba frío mientras decía indiferente:—No es para tanto. Después de todo,
Pronto la llamada fue contestada y se oyó la voz baja de Leandro: —¿Sí?Dalila se quedó inmóvil y no se atrevió a emitir sonido alguno mientras observaba a Omar horrorizada.Omar rio suavemente: —Vine a ver a mi cuñada, se está recuperando bien. Te lo quería decir para que no te preocupes.—Lo sé.Pero, de repente, Omar se burló: —Sin embargo, acabo de encontrarme con la señorita Ortega porque…Antes de que Omar pudiera terminar, Dalila agarró el teléfono, asustada, y colgó. Su cara estaba tan pálida como el papel.— Tú… ¿Cuál es tu relación con Leandro?Ella no conocía amucha gente que pudiera hablarle a Leandro en ese tono.Julieta estaba aburrida de ver a Dalila y no quería seguir discutiendo con ella, así que tiró de Omar y le preguntó: —¿Viniste a verme porque está despierta Jasmine?—Sí —Omar asintió.—Vale, llévame a ver a Jasmine.Después de decir esto, Julieta, dispuesta a irse, arrastró a Omar con ella.Dalila estaba desafiante. Apretó los dientes y tiró de Julieta.—No v
Al oír la voz, Julieta giró la cabeza y vio a la señora Jiménez, parada de pie incómodamente en la puerta, cargando una canasta de frutas.—¿Señora Jiménez?—Señorita Rosales —La señora puso canasta de fruta en la mesa—. Señorita Solís, me enteré de que estaba herida y por eso le traje una canasta de fruta.A Jasmine no le gustaba la familia Solís. Especialmente cuando pensaba en la última vez que Natalia hizo que Julieta se lastimara, se sentía muy enojada.—¡Llévatela! No quiero nada de ustedes.—Señorita Solís, es una muestra de mi agradecimiento.Jasmine trató de hablar de nuevo, pero Julieta la detuvo. Sacudió la cabeza hacia ella y luego miró a la señora Jiménez.—Señora Jiménez, cuál es el propósito de su visita. Dígalo de una vez.Al principio Julieta no odiaba a la señora Jiménez, pero dejó de gustarle desde la última vez que se arrodilló ante ella en el jardín.La señora Jiménez frunció los labios. —Siento lo de la última vez, tanto lo de Natalia estrangulándote como cuando
Al ver esto, la señora Jiménez supo que no habría resultados, así que se disculpó y se fue.Cuando la señora Jiménez se marchó, Julieta miró por la ventana y no pudo evitar suspirar. Había dos cosas de las que más se arrepentía en su vida. Una era llevar a Dalila de vuelta a la casa de Rosales y la otra era casarse con Leandro.Si ella y Leandro no se hubieran casado, tal vez él seguiría siendo su luz, seguiría siendo el secreto de su corazón, en lugar de como era hoy, tan cubierta de cicatrices y odiándose entre ellos.…No ocurrió nada inesperado en los días posteriores.Omar se encargaba de las tres comidas de Julieta y Jasmine, así que les ahorraba mucho trabajo, y la mayor parte del tiempo, Julieta iba a la habitación de Jasmine para hacerle compañía mientras charlaban casualmente.Esa tarde, las dos estaban charlando cuando Julieta recibió una llamada de Ismael.—Julieta, la semana que viene vendrá a Marina un amigo que conozco que investiga el cáncer. Te hará un examen exhaustiv
Julieta se quedó pensativa y volvió a observarlo. Efectivamente era el hombre de aquel día, aunque se había cortado el pelo y afeitado la barba. Toda su persona se había vuelto más limpia, por eso no había podido reconocerlo.Al ver que las dos personas mostraban una mirada recelosa, Jared se apresuró a explicar: —Señorita Rosales, vengo a pedirle disculpas.Tras confirmar que no tenía malas intenciones, Jasmine se echó a reír a carcajadas: —Señor Ruiz, ¿qué clase de persona se presenta como usted lo hace? Pensé que venía a buscar venganza.Al oír esto, las orejas de Jared se pusieron ligeramente rojas mientras seguía disculpándose: —Lo siento, lo siento, no era mi intención. Realmente vine a disculparme. La última vez fui yo quien fue demasiado impulsivo. Si no fuera porque la señorita Rosales me detuvo, las consecuencias serían inimaginables —dijo Jared mientras miraba a Julieta, era muy sincero—. Señorita Rosales, no hay nada que pueda devolverle por la amabilidad que me da.Juli