Capítulo258
Ese aliento le resultaba familiar, muy parecido al de Leandro.

Abrió los ojos, pero tenía la mirada nublada; no veía nada y finalmente se desmayó.

Leandro sostuvo a Julieta en sus brazos. Sus ojos brillaban con un aura asesina.

—¿No quieres vivir?

Natalia también se sobresaltó. Sus piernas estaban débiles y paralizadas en el suelo e intentó de explicar:

—Leandro, no es lo que parece, es que ella...

Pero Leandro no le dio oportunidad de explicarse:

—¡Largo de aquí!

Al ver esto, Natalia tuvo que huir. Se apresuró tanto que tropezó y salió corriendo.

Leandro llevó a Julieta a la cama y se inclinó para cubrirla con la manta. La miró con expresión de preocupación y luego se volvió para marcharse.

Justo después de salir de la habitación, Leandro se apoyó en la pared con el cuerpo arqueado.

—¡Señor! —Renzo llegó por casualidad a buscarlo y vio que tenía la cara pálida y la camisa blanca manchada de rojo por la sangre; parecía que la herida estaba abierta de nuevo.

—Señor, ¿qué ha ocurrido?

L
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo