Sabía que Leandro había malinterpretado todo, y temía seguir siendo malinterpretada. Quería preguntarle a Jorge por qué hizo lo que hizo.De repente, le gritó: —¡Jorge, si no dices la verdad, no podrás conservar tu mano!Jorge se puso rígido por un instante y quiso hablar, pero, al final, tragó saliva y dijo:—¡Julieta, no intentes inculparme con pruebas falsas!Estas palabras enfriaron instantáneamente el corazón de Julieta, y no tenía forma de explicarlo. Después de que se llevaran a Jorge, Leandro no perdió tiempo, tomó su muñeca y caminó hacia fuera.—¡Leandro, él está mintiendo!—Julieta, no te creo.Con tan sólo cuatro palabras, Julieta se quedó sin nada.Las lágrimas desbordadas por su rostro, ella sabía que cuando lo enfrentaba, ella podría ser derrotada en cualquier momento. Ismael los persiguió unos cuantos pasos, pero al recordar el bar y la conversación sin tapujos con Leandro, se detuvo nuevamente. Después de todo, él no debía molestarla.Ser una persona que la apoyaba d
Después de subir al coche, Jasmine le entregó un sándwich a Julieta.—Come algo. ¿Ya te tomaste las pastillas?—Sí, y ya había comido, gracias.La expresión de Jasmine era seria.—Julieta, te lo he dicho muchas veces, no tienes que darme las gracias.Julieta se quedó helada mientras asentía.—Entiendo. ¿Qué más dijo el señor Soto?—No dijo nada más, solo que no tienes que preocuparte por las cosas de Camilo, que con su ayuda no irás a la cárcel.—Le creo.Ismael era el abogado más famoso de Marina. Por supuesto que con su ayuda no habría ningún problema. Pero también sabía que Dalila no la dejaría marchar tan fácilmente.Obviamente era ella la que se estaba vengando, pero se sentía muy desdichada ya que Dalila la seguía presionando.Después de llegar a la comisaría, Julieta reconoció a Jorge sin ningún problema. Aunque Jorge se veía muy demacrado después de una sola noche, le había crecido el bigote y tenía los ojos inyectados en sangre. Era evidente que no había dormido nada.Al ver a
En ese momento, en el Grupo de Cisneros, Leandro arrojó su teléfono sobre la mesa. Su rostro era sombrío.—¿Estás seguro de que ha ido a la comisaría?Renzo tragó saliva y asintió.—Sí, la señora acaba de irse.Leandro se rio fríamente. Corrió a ver a Jorge tan temprano por la mañana… ¡de verdad estaba muy enamorada de él! ¿Diecisiete años de amor se veían así? Aunque me tratabas como basura, yo te seguía tratando como a un tesoro.Leandro levantó la mano y barrió todos los objetos de la mesa.—Ve a declarar y libera a Jorge.—Señor… —Renzo se mordió el labio. Parecía un poco indeciso.—¿Hay algún problema?—Sí… —Renzo respiró hondo—. La señora acaba de hablar con la comisaría que todo es un malentendido. Propone dos días de arresto.¿Un malentendido? ¿Dos días estuvo bien?Las comisuras de los labios de Leandro se crisparon.—¿Lo está haciendo para castigar a Jorge o para protegerlo?Sentía que el pecho se le iba a romper, como si fuera un volcán en erupción. Se levantó y pateó la pa
Julieta vio a las dos personas intimando y su corazón se rompió una vez más. La sangre emanaba de su corazón roto, pero tenía que ser fuerte y fingir que no había pasado nada.—Leandro, se trata de Jorge…Antes de que ella pudiera terminar sus palabras, Leandro resopló.—Todavía estás pensando en esa basura... No pensé que fueras tan dedicada.Después de escuchar estas palabras, Julieta sintió que un trueno estallaba en sus oídos, y se congeló en su lugar por una fracción de segundo.Que… ¿qué estaba diciendo?—Me estás malinterpretando, Jorge y yo…—¡Lárgate!—Leandro…Los ojos oscuros de Leandro se llenaron de frialdad.—¿Piensas ver un reality show de Dalila y yo?Al terminar la frase, intentó besar los labios de Dalila, pero antes de que pudiera hacerlo, Julieta salió corriendo y dio un sonoro portazo.Dalila esperaba que sus labios se tocaran, pero al segundo siguiente, Leandro la apartó, se levantó y se acercó a la ventana.—¿Leandro?Dalila estaba un poco perdida, molesta e irri
Tras la huida despavorida del despacho del presidente, Julieta se dirigió directamente al pasillo de la escalera. Se apoyó en la pared y lloró desconsoladamente. Su cuerpo se fue deslizando por la pared hasta sentarse en el suelo.Pensaba que era lo bastante fuerte, que ya no estaría triste. Pero cuando vio a Dalila y a Leandro tan cerca el uno del otro, el corazón le seguía doliendo como si se lo hubieran cortado con un cuchillo.Se tapó la cara, se agachó en el suelo y lloró durante un largo rato, y aunque siguió tosiendo violentamente no dejó de llorar.No quiso escuchar sus explicaciones ni una sola vez.Se dijo a sí misma innumerables veces que era la última vez que lloraba por culpa de aquel hombre, la última vez que estaría triste, pero al final se dio cuenta de que no habría una última vez. Cada vez sus lágrimas fluían incontrolablemente.Todavía sentía como si le estuvieran desgarrando el corazón con todas sus fuerzas y luego lo apretaran y retorcieran para producirle un dolor
Jasmine se puso rápidamente delante de Julieta.—¿Con qué derecho la detiene?—En base a pruebas por supuesto. ¿Ha visto la orden de arresto? Señorita, por favor, hágase a un lado, de lo contrario, la demandaré por obstrucción a la justicia.Jasmine seguía tratando de hablar, pero Julieta, con dificultad, se incorporó y se sentó.—Iré con ustedes.—¡Julieta! ¿Cómo puedes aguantar con el cuerpo en ese estado?—Comunícate con el señor Soto.Julieta estaba pálida y sin rastro de sangre. Cuando se levantó su cuerpo se balanceó como si se fuera a caer al momento siguiente. El policía se compadeció de ella.—Haremos una excepción y le permitiremos acompañar a la señorita Rosales a la comisaría.—Gracias. —Jasmine se apresura a ayudar a Julieta—. Ten cuidado.Tras llegar a la comisaría, Julieta fue llevada a la sala de interrogatorios mientras Jasmine iba a ponerse en contacto con Ismael.Fuera de la sala de interrogatorios, en la sala de comandos, la policía llevó a un hombre con heridas en
A continuación, le entregó una foto.—Esta es la prueba de que Camilo y tú se encontraron ese día.Al escuchar sus palabras, Julieta bajó la cabeza sorprendida y miró la foto. Al instante aspiró una bocanada de aire frío. La foto era falsa y el supuesto testigo debía haber sido comprado. Pero la trampa era tan sofisticada que casi la atrapó.Dalila había preparado todo tipo de testigos e incluso un motivo para su asesinato.Julieta esbozó una sonrisa desesperada.—Señor policía, alguien me ha tendido una trampa, parece que no puedo explicarlo por mucho que lo intente.Sobre todo, al pensar que en ese preciso momento Dalila quizás siguiera intimando con Leandro, sintió que le cortaban el corazón con un cuchillo. De repente, jadeó violentamente y tosió como si fuera a expulsar un pulmón.Frunció el ceño, se tapó la boca y tragó dolorosamente la sangre mientras preguntaba:—¿Hay un cubo de basura?El policía pensó que estaba intentando vomitar, así que empujó la papelera que tenía a sus
Julieta entró en pánico y miró en dirección al ruido. Vio una figura familiar tendida en el suelo no muy lejos. Empujó la mano de Ismael y corrió hacia la multitud. No había corrido más que unos pasos cuando sus piernas le fallaron. Tropezó y cayó al suelo. Se levantó rápidamente y siguió corriendo en esa dirección a pesar del dolor que sentía en el cuerpo.De repente, alguien tiró de su brazo.—Julieta, cálmate.Julieta forcejeó desesperadamente.—¡Suéltame, es Jasmine, algo le debe haber pasado a Jasmine, voy a verla!A continuación, soltó la mano de Ismael y corrió hacia el lugar donde se había producido el accidente.—¡Quítense de en medio! ¡Quítense de en medio!Separó a la multitud con la mano y vio a Jasmine que se levantaba del suelo y miraba con pena al pescado en el suelo.Tras esto, Jasmine giró la cabeza y reprendió en voz alta:—Eh, ¿conduces con las patas? El semáforo aún está en verde y hay niños en el paso de cebra, ¿tienes prisa por matarte?El conductor fue regañado