El cumpleaños número seis de Caleb llegó pronto, y Erin se sentía con el deber de que su hijo tuviera la mejor de las fiestas de cumpleaños, pero debido a que había tenido que dejar la escuela de nuevo, estaba ansiosa ante la idea de que nadie se presentara, si bien los amigos adultos defintivamente habían aceptado ir a ayudar, debía ser una fiesta para el disfrute de su pequeño.

Ella había enviado las invitaciones hace días, se había dedicado a planear el evento con sumo detalle, su pequeño había querido una fiesta de bomberos, y ella se había asegurado de conseguir que Aaron tuviera a algunos bomberos y uno de los camiones listos para un pequeño show.

Los amigos de la escuela de Caleb no eran demasiados, pero Erin había enviado la invitación a todo el curnso en el que el niño había estado, esperando que las madres recordaran su presencia, lo que la hizo de neuvo, esentir como una mala madre, tenía demasiado tiempo si hacerse cargo de las reunioens escolares o ir a socializar con l