Erin despertó sintiendose alarmada, su cabeza dolía y casi podía sentir como si su corazón estuviera palpitando con tanta fuerza que cada latido se sentía como un golpe, sse sentía mareada y confundida, el murmullo preocupado de personas a su alrededor se sentía extraño, pero no fue sino hasta que pudo levantarse de la rigida camilla donde estaba recostada, que realmente recordó lo que sucedía.

El hospital era un caos, había personas heridas y sangrantes sentadas en en suelo, algunos estaban simplemente sosteniendo sus propios sueros en una mano mientras miraban con pánico a su alrededor, pero la única cosa en común entre todos a demás del polvo que manchaba su piel y sus ropas, era el terror en sus miradas, algunos tenían sangre seca en la ropa, otros simplemente estaban llenos de plvo y tenían raspones cubiertos de apositos que parecían ser lo único limpio sobre ellos.

Erin hizo una mueca de dolor al moverse, pues su cabeza se sentía pesada y al dirigir nuevamente su mano hacia su f