Escribir esto me ha dado muy duroooo :(
Jennifer.Creo que he experimentado la culpa en todo su esplendor. No he salido de la habitación en al parecer tres días porque de solo pensar que podré toparme con Nate, me da escalofríos y unas inmensas ganas de vomitar porque mi mente solo puede decirme lo culpable que soy por la muerte de Heather y es que esto me ha reafirmado la cadena de malas decisiones que ha hecho que todo esto pasar. Si yo no hubiera ido a esa clínica, si hubiera ido a otra, no la hubiera conocido, no nos hubiéramos hecho tan cercanas y yo no le hubiera contado mi vida de esa forma tan personal que nos uniera, yo no la hubiera involucrado en esto, ella no hubiera conocido a Nate y no hubiera muerto hoy. Estaría haciendo reír a algún niño enfermo mientras lo curaba porque era muy buena en lo que hacía y ahora nunca más lo hará. Ni siquiera sé cómo decírselo a Lizzi, ni siquiera sé cómo asimilarlo. Como cada mañana Alex toca la puerta y cómo cada mañana me levanto, me acerco, pero nunca le abro. No deseo ver a
Alex. Me encuentro en mi oficina, sentado en la silla tras el escritorio completamente solo. En mi mano hay un cigarrillo, me lo llevo a la boca mientras pienso en una sola cosa; muerte. Nate, quién es mi mejor hombre, no está en su mejor momento obviamente, pero sé que también desea, él más que nadie, lo mismo que yo. Vengar la muerte de Heather es nuestra prioridad ahora. Expulso el humo de mi boca al escuchar la puerta, apago el cigarrillo y musito un pasen. Roger es el primero en entrar seguido por Nate, al verlo noto lo apagado que está, destrozado, perdido. Trae puesto una sudadera y una camisa, está pálido como un puto muerto y sus ojeras casi llegan a su barbilla. Cuando ambos se sientan frente a mí noto que Nate viene drogado, se sorbe la nariz mientras que observo a Roger quién simplemente niega con la cabeza dándome a entender que al igual que yo tampoco entiende nada.—¿Estás drogado Nate? —le pregunto sabiendo evidentemente la respuesta. Él mueve su pierna frenéticamente
Jennifer. Los gritos y alaridos de dolor de Nathan no me impiden pensar en lo que dijo, cuando mencionó que Crystal se fue del país. Eso no tiene sentido, eso no tiene ningún sentido para mí después de las múltiples veces que ella me mencionó lo mucho que quería vengarse de Alex, sí, del hombre que asesinó a su novio y el hecho de que ahora “se haya ido del país” no es concordante con esas palabras por lo cual no he dejado de pensar en ello ni un solo minuto desde que lo dijo. Alex lo notó, Alex notó que no tenía sentido, pero, aunque llevan casi una hora divirtiéndose con él, milagrosamente sigue vivo y aunque se ha desmayado dos veces, lo han traído de nuevo a la conciencia. Me levanto de la silla y me alejo del almacén a dónde lo hemos traído. Salgo del lugar abriendo la puerta corrediza que pesa como el demonio y le pido un cigarrillo a uno de los chicos. Lo enciendo y aunque se me dificulta un poco hacerlo, debido a que muy poco, casi que no fumo, tomó las riendas rápidamente. N
Voy en el auto de regreso a la casa, del otro carril de la carretera los bomberos se dirigen hacia la casa de Amanda donde muy seguramente ya solo quedan las cenizas de esa perra, de su gigoló y de su estúpido guardia. Sigo conduciendo sin sentir ni una sola pizca de resentimiento, sin sentir miedo, sin sentir dolor, solo euforia y adrenalina. Son las primeras personas a las que asesino, pero la conciencia no me está dando azotes. Estoy demasiado jodida como para sentir cargo de conciencia, pues, todos ellos se merecían eso y más. A esta hora deben estar en alguna zanja enterradas las partes de Nathan, su cabeza sin dientes, sus brazos y manos sin uñas, sus piernas, cada miserable parte de ese infeliz y desalmado monstruo y sí, sé que actuamos igual o peor que ellos, pero estamos cansados, estamos hartos de ser derribados una y otra vez, de ser humillados, de que quieran acabar con nosotros así que debemos ponernos al mismo nivel del juego y este juego siempre ha sido despiadado, siem
No sé cuánto tiempo ha pasado, creo que ya amaneció, no sé dónde está mi hermana ni si Alex sabe que fui secuestrada junto con ella. Estoy en la misma posición desde que él acabó y me dejó con su esperma escurriendo en mi abdomen donde acabó y con mis pantalones y mi ropa interior abajo, pero llenos de sangre que caía de su herida, de la herida que le hice. No he parado de llorar y de intentar levantarme, buscar a mi hermana y salir de aquí, pero me siento sola, asustada y sucia, muy sucia. Me siento perdida y muy humillada. Jamás me había sentido tan humillada. Me duele la cabeza y me duele todo el cuerpo, sobre todo mi parte intima. Me penetró con tal brutalidad que me dolió incluso más que mi primera vez, incluso creo que sangré, pero decido levantarme con todas las fuerzas que me quedan. Cuando lo hago corro al baño de la habitación, me deshago de la ropa y me meto a la ducha, lavándome y fregando todo centímetro de mi cuerpo pues lo único que deseo es deshacerme de su olor en mi
Dos semanas después.Los días pasan por encima de mí, las cosas y las personas se mueven a mi alrededor mientras que yo me quedo estática en el mismo sitio viéndolas moverse. Los días siguen su curso, sin embargo, yo me siento estancada en el mismo césped sucio y mal podado donde me dejaron llorando por horas. Las cortinas de la habitación cubren toda la ventana, la puerta permanece cerrada y las charolas con comida comienzan a llenarse de moscas y de hormigas pues solo he probado una cuarta parte de todo lo que me han traído. En las noches tengo pesadillas, pesadillas por las cuales me despierto sudada y agitada, con la ropa pegada al cuerpo y el cabello pegado a la frente. No he visto a Lizzi desde ese día, pero sé que se encuentra aquí, a veces la escucho hablarme desde el otro lado de la puerta, pero no he tenido la suficiente fuerza como para levantarme y verla porque en el fondo no deseo verla. No deseo ver a nadie. Mientras estoy sentada en el suelo, me froto las muñecas justo
Alex. Aproximadamente dos meses después.Creo que vi esa luz de la que todos hablan, ese camino brillante que te guía a esa supuesta vida que hay después de esta, pero no había nada del otro lado, negro, todo negro, al menos es lo que mi subconsciente me ha puesto en la cabeza cada vez que me hacen la pregunta. “¿qué había más allá? Me propuse a decir siempre lo mismo; nada. Fue muy extraño lo que sentí y vi en esos muchos días en los que estuve inconsciente. La mayoría de las cosas ni siquiera las recordaba, ni siquiera me acordaba de haber hecho eso en vida. En esos días se oscuridad, postrado en una cama, inconsciente, dentro de mí yo podía sentirlo todo, yo podía sentir las visitas, los tactos, cuando me hablaban y cuando no, pero casi siempre estaba entretenido con lo que pasaba allá adentro. Casi siempre tenía mi atención en los recuerdos de mis padres, recuerdos de cuando no teníamos dinero y llegó a mi mente el pensar de que fuimos más felices en esos momentos, éramos más uni
Alex Lennox está decidido a recuperar su vida, su empresa, sus negocios y al amor de su vida, aprovechando que sus enemigos lo dan por muerto, sin embargo, sus planes comienzan a desmoronarse cuando descubre que las cosas han cambiado y que hay acciones que no se pueden remediar, que el amor no lo puede todo y que tal vez ha perdido a Jennifer. En esta segunda parte de esta maravillosa historia, cada vez más emocionante, adéntrate en la venganza mejor planeada de nuestro CEO mafioso favorito mientras enfrenta desafios a cada minuto, muertes, traiciones, engaños, complots e incluso nuevos deseos y amores.