Selene estaba terminando de colocarse la camisa holgada, color blanco hueso, cuando Dimitri ingreso a la habitación. Al instante el alfa se quedo petrificado, totalmente anonadado ante la visión de la cazadora en su habitación.—Lo lamento, Dimitri, ya me iba—se apresuro a explicar ella, mientras pasaba una mano por su cabello con cierto nerviosismo.Dimitri cerró la puerta detrás de él, caminando por la habitación con gracia y elegancia, mientras fingía no estar observando a la cazadora con su mirada periférica. El la deseaba, la necesitaba tanto como al aire en sus pulmones.Pero Selene no era aire, ella era fuego para Dimitri. El alfa podría arder en los brazos de aquella mujer con mucho gusto si conseguía algo de paz a su lado.—No es necesario que te disculpes por nada, Selene—hablo el alfa, mientras se sentaba en un mullido sillón de cuero blanco—. Las puertas de mi cuarto estarán siempre abiertas para ti.Selene asintió, mientras comenzaba a ponerse de pie, preparándose para sa
Un frio abrazador se apodero del cuerpo de Selene, mientras sentía como su corazón se detenia, petrificándose en un latido. Una corriente de electricidad acaricio su columna vertebral por completo, mientras la carne se le ponía de punta al escuchar aquellas palabras.—¿La asesinaste?—susurro ella, sintiendo como las palabras se volvían arena en su boca. Resultaba repulsivo el simple echo de pronunciarlas. Concebir la idea era algo aun mas grotezco y perverso.La mirada de Dimitri estaba colmada por una tristeza que parecía estar a punto de derrumbarlo, mientras el tragaba duro, buscando el modo de encontrar un mínimo espacio de aire fresco que lograse llenar sus pulmones. Pero su respiración era pesada y dura, producto de una angustia que parecía estar atada al tiempo.—No pude protegerla… ella murió en mis brazos—exhalo el alfa, con una angustia que parecía ser arrancada desde lo mas profundo de su ser, en contra de su voluntad—. Era alegre, feliz, amable… de los tres, Catherine sie
Ciento cincuenta años atrás:El corazón de Katherine latia con una furia desmedida, mientras se deslizaba por los pasillos del castillo, hundiéndose mas y mas en las profundidades de la sombra y oscuridad de aquel reino submarino.Conforme mas se adentraba en las profundidades, el sonido de gritos de guerra, rugidos y choques de espadas se volvía mas débil y casi inexistente. Cuando finalmente su pie se coloco sobre la superficie plana de la piedra, era el silencio quien llenaba sus oídos. Pero no cualquier tipo de silencio, uno totalmente aterrador y desolado.Tenia miedo, muchísimo miedo. Las dudas se aglomeraban en las cavernosas recamaras de su mente, mientras continuaba avanzando por el jardín de piedra. Ella sabia lo que iba a ocurrir, y por eso estaba aterrada.Justo cuando le faltaban un par de metros para llegar al árbol, Katherine se detuvo, tragando duro. No podia hacerlo.—¿A que le temes, Katherine?—susurro una suave voz femenina a sus espaldas—. Yo estoy contigo.La pr
—Es imposible, Dimitri—siseo Castiel con los dientes apretados, en un intento por contener la rabia que anidaba en el centro de su corazón—. Yo mismo la vi desangrarse hasta la muerte, luego de cortar su garganta.Un escalofrio recorrio el cuerpo de Selene, mientras volvía ligeramente el rostro hacia el hombre que estaba allí de pie, a escasos centímetros de ella. Sin lugar a dudas, el rostro del hibrido reflejaba una frialdad que parecía impropia de el.Nunca, ni siquiera en su peor momento, Castiel habia mostrado tal actitud como la que exponía en aquel instante.—Victoria era la bruja mas poderosa que jamás hhubieramos conocido… ¿en verdad crees que le seria imposible burlar a la muerte?—pregunto el alfa con tono sarcastico, mientras luchaba por esconder el miedo que se asomaba a través de su mirada color océano.Selene trago duro, mientras intentaba comprender lo que estaba ocurriendo. La información fluia a través de ella, mientras los engranajes en su mente giraban sin pau
Las palabras de Dimitri flotaron en el aire hasta deslizarse dentro de la mente de la cazadora. Lentamente, estas comenzaron a germinar, iluminando una nueva zona de conocimiento en su mente.—¿En verdad eres tan tonto, Dimitri?—pregunto ella sosteniendo la mirada del hombre sin inmutarse un solo instante.El alfa parpadeo, al mismo tiempo que tragaba duro. Sin lugar a dudas no se esperaba aquella respuesta, en lo absoluto.—No estoy de humor para tus tonterías, Selene—escupio Dimitri en un gruñido, mientras buscaba la manera de mantener la distancia entre ellos.Pero la cazadora no lo dejaría escapar, no con tanta facilidad, y menos ahora que logro vislumbrar el juego que estaba jugando el hombre de pie ante ella.Con covimientos suaves, lentos pero decisivos, Selene acorto la distancia que los separaba, mientras le sonria de manera perezosa.Dimitri trago duro, mientras un leve destello de temor afloraba en sus ojos. Fue entonces cuando la cazadora supo que las cosas habían cambia
Los labios de Dimitri tenian un dulce sabor, tan embriagador que parecía llevar a Selene al limite de la cordura y la razón. Sin embargo, en contra de todo pronostico posible, el beso de Dimitri no era violento, agresivo ni demandante.El alfa ya habia besado a Selene en otras oportunidades, aun asi, aquel resultaba ser un beso diferente al que jamas le hubiera dado.Sus labios eran suaves, calidos, de un modo que la hacían sentir segura y confiada. Aquel, sin lugar a dudas, era el beso que Dimitri le hubiera dado a Selene si las cosas hubieran funcionado de otro modo entre ellos. Si el destino no se hubiera esforzado tanto en jugarles una mala pasada.—Dimitri…—comenzó a decir ella, en un suspiro que intentaba en bano controlar su respiración.—No digas nada, Selene—pidió el alfa, con tono suplicante.Algo en el pecho de la cazadora se apreto con gran fuerza. Un nudo se ciño alrededor de su corazón, mientras escuchaba aquel tono suplicante abrazar las palabras que salían de sus labio
Durante algunos instantes, Dimitri no supo que hacer o como reaccionar. El simplemente observo a Selene dutante un largo momento, intentando discernir si aquello que estaba ocurriendo pertenecia al mundo real o era meramente producto del mundo de los sueños.Selene, su compañera, la fuente de todos y cada uno de sus deseos estaba allí, ante el, pidiendo por el… deseándolo a el.El alfa trago duro, antes de besar los labios de la cazadora nuevamente, mientras sus manos se envolvían alrededor del cuerpo de Selene. Sin embargo, mas pronto que tarde un pensamiento surco su mente, y al instante se aparto.—Eres virgen ¿no es asi?—pregunto Dimitri con la voz irregular al igual que su respiración.El rostro completo de la cazadora se torno rojo como el atardecer en verano, antes de que ella asintiera lentamente con la cabeza.>—En ese caso, no pienso tomarte aquí… no la primera vez—susurro el contra sus labios, antes de tomar su mano, enredando sus dedos con los de ella—. Ven conmigo.La caz
Dimitri la sostuvo en sus brazos, aferrándola con fuerza contra su cuerpo, sin apartarla un solo centimetro de el. Cuando finalmente llego hasta la cama, el la recostó sobre esta con gran suavidad y delicadeza.Una que sorprendio a Selene. Muy lejos habia quedado el asesino, la pesadilla convertida en carne, el terror de los terrores. Ahora, ante ella solo estaba Dimitri, un hombre extremadamente atractivo que parecía tratar a la cazadora como si fuera una hermosa excultura de arte frágil.Dimitri observo a la cazadora sobre la cama durante algunos segundos antes de obsequiarle una sonrisa que calentó cada parte del cuerpo de ella. En cualquier momento del dia, Dimitri resultaba en extremo seductor, sin embargo ahora, en ese preciso instante, el alfa parecía llevar las cosas a otro nivel. A un extremo demasiado intenso incluso para la cazadora.—No te imaginas la cantidad de veces que soñe con tenerte asi, en mi cama—dijo Dimitri, con su respiración irregular, mientras tragaba duro.E