Selene escucho con total atención aquellas palabras, quedandose impactada por la completa y total honestidad que enmarcaba todo lo que Dimitri decía.—¿Me amas?—pregunto ella sintiendo como su corazón se aceleraba, mientras intentaba volverse ligeramente hacia Dimitri para observarlo directamente a los ojos.Pero los brazos del alfa estaban apretados a su alrededor, aferrados a ella como si al liberarla ella se desvanecería en humo y sombra.Fue la respiración densa y pesada de Dimitri la que le advirtió que el sueño ya habia llegado hasta el, transportándolo muy lejos de aquel mundo cruel.—Descansa, Dimitri—susurro ella mientras se acurrucaba con calma entre los brazos del hombre—. Creo que podría enamorarme de ti… de la versión real de ti.Luego de decir aquellas palabras, el sueño se encargo de reclamarla.o o o o oLas sombras se agolpaban mas y mas, volviéndose un nido hermosamente espantoso. Los pasillos parecian cernirse sobre mi, volviéndose mas angostos conforme me adentra
Castiel no habia exagerado en lo mas mínimo. Toda la corte estaba en la sala del trono, temblando y apartados del centro donde se encontraba el Alfa.Selene no podia oler el miedo, no como lo hacían los lobos, pero sin lugar a dudas podia verlo reflejado en sus miradas intranquilas y sus semblantes encogidos. Sin lugar a dudas, ellos estaban aterrados.—¡Busquenla debajo de cada maldita roca del reino, si es necesario!—rugio el alfa, de pie observando a la multitud con furia y desesperación anidando en sus ojos azules. Una peligrosa combinación—. Las personas no desaparecen asi, sin mas.Un cuerpo yacia tendido sobre el suelo del lugar, a un par de metros de distancia del propio Dimitri.—¡Hermano!—llamo Castiel, cuya mano no se aparto ni un solo instante de la espalda alta de Selene.Al oir aquel llamado, toda la corte se volvió hacia el hibrido. Sus portes se relajaron al ver a Selene sana y salva, caminando en compañía de Castiel.El hibrido habia tenido la gentileza de permitirle
—Jamas imagine que la muerte se podia personificar—dijo Selene en su cuerto, mientras mordisqueaba un troso de queso.Tanto Dimitri como Castiel habían insistido en que pasara el dia preparándose para la noche, dejandole a ellos la tarea de protegerla y custodiarla. Encargandose asi de su seguridad.La cazadora acepto a regañadientes.No le agradaba demasiado la idea, a fin de cuentas, ella deseaba mas empuñar una espada que enfundarse en un lustroso vestido. Pero no tenia otra opción. Selene sabia perfectamente que aquella noche ella seria la carnada.—No se si la muerte se puede personificar, pero creo que puede entrar dentro de un hombre y envolverse a sus deseos—respondio Pixi arrojada en un sillon, mientras jugaba con la punta de una daga afilada.—¿Qué tan poderoso crees que sea ese enemigo?—pregunto la cazadora, mientras su labio se torcia ligeramente hacia un costado.El rostro de Pixi se movio ligeramente, encontrándose con la mirada de la cazadora. Aquella mujer de cabello d
—Esto es una mala idea—dijo Dimitri, mientras cruzaba los brazos sobre su pecho, estirando el cuello hacia debajo de la escalera.Mas allá de ellos, el sonido de la música, la diversión y el baile se hacían eco. El castillo estaba lleno de invitados, todos ellos parecian estar disfrutando fervientemente del evento.Todos menos Dimitri y Castiel, quienes aun no habían asomado sus rostros en el lugar.—Pienso igual que tu, hermano—admitio Castiel, mientras se acomodaba la corbata del traje.El hibrido odiaba utilizar trajes. Detestaba tanto aquella marca de etiqueta, porque lo hacia sentir prisionero en su propia piel.Al oid las palabras de su hermano, Dimitri le lanzo una mirada asesina que Castiel ignoro con gran elegancia.>—Esto de utilizar trajes es una idea pésima… atenta contra la cordura misma—bromeo el hibrido, mientras le obsequiaba un guiño de ojo a su hermano—. Tranquilo, Dimitri, todo va a salir perfecto.—No quiero que salga perfecto, solo que Selene no resulte herida—sus
Selene jamas habia participado en una fiesta de ese estilo. Desde niña, ella habia sido entrenada para convertirse en una cazadora formidable, cualquier tipo de distracción fue dejada a un lado durante su tiempo de entrenamiento. Eso incluía las fiestas y cualquier tipo de evento social de aquel calibre.Por eso, la cazadora sintió una desesperada necesidad por escapar de allí a toda prisa en cuanto vio el mar de personas ante ella. Sin embargo, ella no escapo. Simplemente siguió avanzando, atrayendo las miradas de curiosos que se encontraban cautivados por su deslumbrante belleza.En ese preciso instante, a medida que avanzaba por el lugar y se sentía el centro de atención de todos los presentes, la incomodidad la llevaba a desear haber utilizado otro vestido, uno menos llamativo quizás. Pero ahora no habia vuelta atrás, debia mantener la cabeza en alto mientras luchaba con su deseo de correr a los brazos de Dimitri.Sin embargo, el alfa se encontraba mas allá, atendiendo sus asunto
La cazadora sigio a Pixy con pasos veloces, deslizándose por el castillo con gran soltura. Habia algo extraño en ella, algo diferente que no podia descifrar.En otro momento de su vida, aquello hubiera levantado las alarmas poniendola a la defensiva. Sin embargo, en ese preciso instante, la cazadora se deslizaba por el castillo casi hipnotizada, siguiendo con gran atención la silueta de Pixy como si se tratase de luz y ella no fuera mas que una mera polilla.Sumida en una especie de trance, la cazadora llego hasta el jardín de piedra del castillo, incapaz de negar sus pasos, sus movimientos volviéndose ajenos a ella, hasta que finalmente Pixy se detuvo, volviéndose hacia ella.Selene sabia profundamente en su corazón que allí habia algo extraño, nada era lo que parecía ser.—¿Quién eres?—siseo la cazadora, con los labios ligeramente apretados mientras sostenia su mirada con gran fiereza.—Tu ya sabes quien soy—canturreo aquella mujer con una sonrisa encantadora—. Me conociste en mi cu
El alfa se habia percatado de la ausencia de Selene en el baile casi al instante. Fue cuestión de lanzar una mirada furtiva a través del gran salón para notar que algo malo estaba ocurriendo.Sintio, poco después, el tiron del vinculo silencioso de Castiel. Lo estaba llamando. No de un modo altivo o demandante, sino con verdadera preocupación.Dimitri se excuso rápidamente con sus invitados, antes de salir del lugar a toda velocidad, siguiendo el tiron del vinculo invisible que guiaba sus pasos.Para cuando finalmente logro llegar al jardín de piedra, encontro a Castiel, gruñendo hacia Pixy con Selene desplomada a sus pies. La sangre de la cazadora se deslizaba lentamente hacia el sauce.—¡Termina con esto, maldito cobarde!—siseo Pixy con total veneno.Pero Castiel se mantuvo firme en su posición, interponiéndose entre la guardia y el cuerpo hinerte de la cazadora.Dimitri tardo un par de segundos en comprender lo que allí estaba ocurriendo. La delgada línea entre amigo y enemigo era
—Les queda poco tiempo, caballeros… en su lugar lo utilizaría para despedirme de la perra cazadora—se burlo Pixy, mientras reia de forma sarcástica.Sin embargo, aquella risa duro poco, cuando su cuerpo comenzó a endurecerse, volviéndose tan rigido como la piedra bajo sus pies.>—No… mi señor, no…—comenzó a decir ella.Pero era demasiado tarde, antes de tan siquiera comprenderlo, el señor de las sombras se habia desvanecido en el olvido, llevandose consigo la promesa de vida que le habia ofrecido.—Selene, lo logro—dijo duditativo Castiel, antes de volverse hacia la cazadora tendida en el piso. Demasiado palida, demasiado fría—. No… no… no… vamos Selene, no puedes morir.Dimitri fue el primero en lanzarse sobre ella, envolviendo su cuerpo entre sus brazos, mientras intentaba tomar sus pulsaciones. No habia respuesta.—No puedes morir, no asi… no es justo—gruño Dimitri, mientras la elevaba entre sus brazos—. Me niego a aceptarlo.—Hermano… dejala ir, ella ya no esta aqui. Es demasiado