Blanca miró el techo, la noche fue exhaustiva para ella, Víctor le ordenó una misión y no fue tan fácil como lo pensó. Ella suspiró profundamente al verse recordando lo que pasó hace varios días entre ella y Víctor. Ambos supieron detener las cosas antes de que escalaran, pero aun así no puede evitar pensar en como el corazón de Víctor latía tan fuerte cuando paseaba las manos por su cuerpo y la hacía jadear al apretarla. Desde entonces se ha comportado un poco más frío con ella y le duele, pero lo acepta. Víctor por su parte, no ha hablado del tema con nadie, él olvidó por completo aquel “incidente” como le llama él y se centró en la misión. Los lycan que había logrado poner de su lado aprovechando la ambición por el trono, estaban firmes, pero ese imbécil que asesinó a su hija ha logrado presionarlos. ―Es hora de enviarla. ―Dijo Víctor mirando a su colega. ―Ya ha matado a varios lobos, eso te debe dejar tranquilo. ―El hombre lo miró, había algo en ella que no le terminaba de conv
“Quiero que hagas algo por mí, elimina al rey lycan, él me hizo mucho daño” Las palabras de Víctor se repitieron como un bucle infinito en su cabeza.La batalla pareció pausarse, todos miraron como el rey fue derribado con tanta facilidad por una loba que, si bien tienen mucho poder, él podría haberlo evitado y contra atacar, pero simplemente estaba ahí tirado en el suelo recibiendo ataque tras ataque. Por la cabeza de Balto no pasaba nada, es como si su mente se hubiera quedado en blanco, ¿Por qué su mujer lo ataca? ¿Por qué apareció de la nada y lo atacó directamente a él? La profunda mordida en su cuello lo hizo salir de su shock, él giró para quitársela de encima, pero no la atacó. ―Yo lo hago. ―Susan apareció de la nada, pues comprendió la mirada de Balto y desapareció con Blanca después de ser noqueada por Balto. ―¡No pueden permitir que se la lleve! ―Gritó uno de los cazadores. ―El líder nos dio una orden, ¡Rastréenla! ―Balto arrancó la cabeza del hombre de un zarpazo así co
La tristeza de Balto no se compara con nada, él estuvo al borde de la muerte por los ataques de Blanca y solo por su beta salió con vida aquella vez. Él no deja de culparse y la depresión lo está consumiendo por completo.Deseaba tenerla junto a él nuevamente, pero ahora que eso pasó parece que es incluso más doloroso. ¿Por qué lo odia tanto? Ella parece estar en perfecto estado, solo con el hecho de que parece no conocerlo ni a ninguno en la manada.Mónica es la única que se puede acercar a ella porque no supone una amenaza, pero ni siquiera ella ha podido hacerla entrar en razón. Blanca se comporta hostil con todo el que se le acerca y para que Balto no salga nuevamente herido, es ella quien debe estar presente.La aflicción que siente Balto al saber que la madre de su hijo está ahí, pero que no puede ser su madre es enorme. ¿Cómo pudieron perderla de esa manera? ¿Por qué no dejó sus responsabilidades a mano de su beta y se marchó con su mujer para cuidarla? ¿Por qué no la buscó más
―¿Y cómo piensas hacerlo? ―El joven sonrió. ―A los prisioneros los ponen a hacer trabajo pesado en la manada. ―Todos lo miraron sin comprender, ¿Quién quiere trabajar para esas bestias? ―Hay servidumbre, chicas hermosas e ingenuas que a pesar de no tener un lobo y ser humanas, sienten fascinación por los del mundo humano. ―Alzó el mentón. ―Solo es cuestión de seducir a una y el resto será muy fácil. ―Víctor sonrió. ―Me agrada tu pensar. ―Lo señaló. ―¿Qué piensas hacer para que te tomen como prisionero? ―Sintió curiosidad. ―Desde la guerra fallida, a cualquiera que se le vea en la frontera y no sea del mundo sobrenatural, se es presentado ante el rey, eso dicen los rumores. ―Víctor sintió un rayo de esperanzas deslumbrante. ―Tú y yo tendremos una conversación, los demás salgan de mi vista. ―Gruñó echándolos a todos. Víctor escuchó atentamente al chico y se sintió orgulloso de tenerlo en sus filas, la posibilidad de recuperar a su mejor guerrero estaba por ser un hecho y n
Blanca no apartó la mirada de Balto, ella estaba totalmente paralizada, él había acabado con cinco salvajes enloquecidos con su olor a pesar de él mismo verse perjudicado por lo mismo y la protegió sin dudarlo por un segundo. ¿Acaso debería marcharse? Ella miró a sus espaldas, está cerca, ella podría correr un poco más y llegaría al mundo humano y con ello a Víctor, pero su corazón no se siente tranquilo al pensar eso. Ella volvió a mirar el cuerpo malherido del hombre y sin saber el motivo, se arrodilló y lo volteó para que descansara la cabeza en su regazo, ella acarició su barba y como nunca deseó poder gritar tan alto como pudiera, pero fue incapaz, de su boca no salía más que gemidos.Gideon que había seguido a su alfa después de asegurarse que la manada estuviera segura, llegó solo para ver la escena. Él de inmediato se montó a su alfa al lomo y mirando a su luna, la invitó a subir sobre el lomo del guerrero que lo acompaña. Ella un poco tímida por la desnudez, se cubrió, pero
―Papá. ―El pequeño Lucius trató de montar a la cama. ―Papá. ―Se agarró fuerte de las sabanas y logró escalar, él sonrió al ver a su padre dormido, intentó gatear, pero las sábanas se enredaron en sus piecitos y se tambaleó. ―Pa…―¡Hijo! ―Balto logró sostenerlo por el pie antes de que azotara contra el piso. ―No debes subir sin supervisión. ―Lo abrazó y se acostó con su hijo sobre él. ―¿Por qué te dejan vagar por el castillo sin supervisión?―Majestad. ―Mónica quien estaba en la puerta, se hizo notar. ―¿Puedo retirarme con el niño o desea que le deje al joven príncipe? ―Balto miró la sonrisa de su hijo y suspiró.―Puedes retirarte sin mi hijo, no hay problema. ―Balto estaba agotado, la guardia que montaron duró toda la noche y la debilidad de su lobo no ayuda, por lo que las ojeras son evidentes, parece un lobo enfermo. ―¿Y bien? ―Preguntó sin apartar la mirada de su cachorro. ―Ya tienes a papá despierto, ¿Qué deseas?―Ammmm, papá, ammmm. ―Balto soltó la carcajada, su cachorro es un im
Blanca miró a su alrededor al percibir algo de ruido, por un instante creyó que era su cabeza, pero ella aún así recorrió la habitación con la mirada y no vio nada, tampoco podía percibir ningún olor, pero la energía proveniente de debajo de la cama, la alertó, ella corrió y arrollándose se asomó solo para encontrarse a un bebé enredado con las sábanas.―“¿Qué haces ahí, bebé?”―Mamá… ―Lucius hizo un puchero listo para llorar, pero Blanca tiró de él y lo liberó de las sábanas, ella miró al niño impresionada, es la viva copia del rey, ¿Realmente es él su hijo? El abrazo de Lucius removió todo en ella.A Blanca se le saltaron las lágrimas, el niño ha iniciado a llorar de la nada y eso le partió el corazón, ¿Por qué llora? Se preguntó ignorando que solo expresa sus sentimientos con llanto. Ella lo arrulló y lo tranquilizó hasta que le pidió comida.Blanca sonrió al verlo comer con tanto gusto. Si ese es su hijo, ¿Por qué ella lo olvidó? ¿Por qué no preguntó por él una vez Mónica le dijo
Las cosas entre Blanca y Balto habían mejorado muchísimo, ella todavía estaba algo escéptica, pues no puede olvidar fácilmente a Víctor y por alguna razón siente que lo está traicionando al convivir con el enemigo, pero es el padre de su hijo y por lo que todos le cuentan, estaban locamente enamorados antes de que se separan. Todavía no le habían contado la historia, pues ella se negaba porque consideraba que la podían engañar y no quería odiar a Víctor por mentiras. Balto, por su parte se sentía inmensamente feliz, si bien su pequeña loba no deja que la toque, puede pasar tiempo con ella y su hijo se ve más feliz que nunca. Lucius sigue dándole problemas a todas sus cuidadoras, el niño parece una travesura andante, todo lo que hace es travieso y no deja de comer, es la única manera que se le puede ver quieto sin ganas de tirarse por las escaleras o esconderse entre los muebles. Susan decidió retirarse, extrañaba a su esposo y además ella se encargará de rastrear al dichoso Víctor