Las cosas entre Blanca y Balto habían mejorado muchísimo, ella todavía estaba algo escéptica, pues no puede olvidar fácilmente a Víctor y por alguna razón siente que lo está traicionando al convivir con el enemigo, pero es el padre de su hijo y por lo que todos le cuentan, estaban locamente enamorados antes de que se separan. Todavía no le habían contado la historia, pues ella se negaba porque consideraba que la podían engañar y no quería odiar a Víctor por mentiras. Balto, por su parte se sentía inmensamente feliz, si bien su pequeña loba no deja que la toque, puede pasar tiempo con ella y su hijo se ve más feliz que nunca. Lucius sigue dándole problemas a todas sus cuidadoras, el niño parece una travesura andante, todo lo que hace es travieso y no deja de comer, es la única manera que se le puede ver quieto sin ganas de tirarse por las escaleras o esconderse entre los muebles. Susan decidió retirarse, extrañaba a su esposo y además ella se encargará de rastrear al dichoso Víctor
Balto gruñó por ese repentino beso, él tomó las nalgas de su mujer y la apretó con fuerza a su cuerpo, a ninguno le interesó que estuvieran al descubierto, ellos se dijeron tanto con ese beso que las cosas quedaron claras. Blanca miró los hermosos ojos de su alfa y sonrió agitada, él realmente le ha quitado el aliento con ese intenso beso, incluso sus bragas han quedado empapadas.―“Tienes la mirada de: Cógeme” ―Le hizo saber. ―“¿Quieres coger?” ―Blanca muerta de la risa por como lo ha dicho, lo tomó de la mano y ante la atenta mirada de un hombre en específico se marcharon prácticamente corriendo. Balto no pudo evitar detenerla en ocasiones para probar sus tentadores labios, Blanca por supuesto no era menos, ella ya lo quería desnudar de una buena vez y probar si tomándolo como suyo ella finalmente recuerde algo que pueda desencadenar todos los recuerdos sin dejar ninguno por fuera. ―Mi rey. ―Gideon frenó, esos dos han pasado corriendo, él los miró asombrado, parecen dos adolescent
Blanca respiró profundamente al sentir ese poderoso agarré, ella abrió los ojos y giró la cabeza solo para encontrarse a su esposo ahí dormido. Ella sonrió, él tenía guardia en la noche y pensó que para cuando despertara él todavía no habría llegado, pero ella estaba tan profundamente dormida que ni siquiera lo sintió. Acariciando el enorme brazo que la rodea, ella cerró los ojos. Ha tenido días duros, no deja de cuestionarse algunas cosas y le busca explicación para lo que Víctor hizo, él jamás fue malo con ella y por eso no puede digerir lo que Balto y Mónica le dijeron. Ella por supuesto sabe que debe creerles, pues son dos los que le cuentan las cosas y es evidente que era su vida antes de perder la memoria, pero hay algo en ella que simplemente desea entender lo que Víctor hizo e intentar compadecerse de él, aunque el que la alejara de su hijo lo ha hecho ganarse todo su desprecio. Su vida es muy feliz y ya no siente ese vacío que sentía antes y sin duda la hace sumamente priv
Blanca quedó en shock, ella no supo ni como reaccionar y no por la presencia del hombre, sino por lo que había dicho. Eso pareció ser gritado con tanta fuerza que ella sintió como sus oídos dolieron por tan crudas palabras. ―“¿Víctor?” ―Él salió de las sombras y asintió mirándola con decepción, ella realmente se ve preocupada por ese imbécil, ¿Por qué se preocupa genuinamente por él? Decidió poner en duda la carta de su informante y pensar en la posibilidad de que ella se le había acercado para matarlo más fácilmente, ahora sabe lo estúpid0 que fue. ―“Ese hombre te compró cómo esclava por un par de euros” ―Fue fríamente cruel. ―“Para que lo satisficieras en la cama, para que fueras su put4 y por ese hecho todo el reino te odió, humilló y discriminó” ―Blanca miró a su esposo, Balto todavía no había desmayado, así que es consiente de todo lo que está pasando. Él deseó ponerse en pie y matarlo, pero le inyectaron demasiado sedante y aunque su cuerpo los quema rápido, no es como él dese
Balto fue a la habitación de su hijo, su cachorro había estado irritable en toda la noche, no dejaba de llamar a su madre a gritos, no comió lo suficiente y mantenía llorando cada tanto, eso lo enfureció demasiado, ¿Cómo pueden hacer que su hijo sufra de esa manera?―Prometo que la traeré de vuelta y esta vez mataré a ese hijo de… a ese miserable que nos la arrebató por segunda vez. ―Lucius miró a su padre, él ya estaba sentado en su cuna. ―Mamá volverá a nosotros para quedarse, ¿Lo comprendes, hijo?―Mamá… ―Hizo un puchero listo para llorar, pero Balto lo tomó en brazos. ―Mamá.―Lo sé, amor… lo sé. ―Besó su cabeza. ―La traeré y entonces serás nuevamente feliz, lo juro. ―Saliendo de la habitación fue directamente con Mónica, Gideon y pudo proteger a la servidumbre y los cazadores solo se centraron en él, por lo que no hubo muertes inocentes.―Mi rey. ―Mónica hizo una reverencia. ―Venga aquí, joven príncipe. ―Tomó al niño en brazos y después miró a su rey. ―Usted la traerá de vuelta, ¿
―Si intentas convertirte esta daga envenenada se hundirá directo en tu cuello antes de que puedas siquiera sacar las garras. ―Blanca pasó saliva, ella miró a su esposo y sonrió, él supo que ella lo recordó todo, lo había dudado, pero ahí está su alfa.―Esto es entre tú y yo, ¿No? ―Balto detuvo a sus hombres. ―¿Por qué no arreglamos las cosas de una buena vez? ¡Usaste a mi mujer para llegar a mí! ―Gritó enfurecido, conteniendo a su lobo. ―Haz que valga la pena y ven a por mí, ¿O una mujer es más valiente que tú?―¿Crees que caeré en tus estúpid4s provocaciones? ¡Eres un maldit0 lobo! Acabarías conmigo de una vez. ―Negó. ―Y yo no puedo morir, no sin antes haberte hecho pagar por todo lo que hiciste. ―Balto frunció el ceño, es primera vez en su vida que lo ha visto y su olor no lo recuerda en lo absoluto.―Déjala ir, entonces, no la involucres más en esto…―¡¿Por qué no?! ―Gritó. ―¡Tú involucraste a mi hija! ¡Tú la mataste! ―Blanca se quedó en shock. ―¿Lo escuchaste preciosa? Ese imbécil
―“No desesperen por favor” ―Les pidió tranquilizándolas. ―“Mi hijo suele hacer eso, yo lo encontraré” ―Las mujeres estaban realmente asustadas. ―No podemos, majestad. ―Se negaron a dejarle el trabajo a ella. ―Fue nuestra culpa, por favor, permítanos ayudarla a encontrarlo antes de que venga el rey. ―Blanca suspiró, por supuesto, ellas están aterradas por como reaccione su esposo. ―“De acuerdo” ―Aceptó la ayuda. ―“Suele meterse en la cocina”―Lo buscamos ahí y no lo vimos. ―Saltó una, ellas están tan asustadas que ni siquiera hablan en señas, Blanca como siempre intentó leerles los labios. ―“Vamos a buscarlo nuevamente, no perdemos nada” ―Señaló a cinco. ―“Ustedes busquen en las habitaciones, no dejen rincones sin revisar, nosotros seis vamos a la cocina y comedor, los demás lo pueden buscar en el resto del castillo”―Sí, reina. ―Todos se movilizaron, pero cuando Blanca iba con su equipo listo para entrar a la cocina, Balto apareció llamando la atención de todos y dejándolos realmen
Balto miró a su mujer igual de asombrado, ¿Qué querría el jefe alfa de Asia con su esposa? Blanca siguió leyendo la carta e interpretándosela a su esposo y él le prestó toda la atención del mundo a su mujer y en cada línea que leía para él.―Bueno, espero que no quede como el de Europa. ―Bromeó mordiéndole la espalda a su mujer. ―Por otro lado, tú y yo tenemos algo pendiente. ―Blanca rodó los ojos.―“Tenías que hacerlo, eres tú quien malacostumbró a nuestro hijo, ¿Estás tan molesto por tener que ocuparse de su baño?” ―Balto gruñó.―“Estoy molesto porque mi mujer se molestó conmigo apenas yo llegando a casa, ¿No comprendes que la paso terrible cuando estoy lejos?” ―La miró con gesto duro.―“Yo igual sufro, Balto, pero debes aprender las cosas”―¿Me has llamado por mi nombre? ―Blanca se tensó. ―¿Desde cuándo?―“Desde que estoy molesta contigo” ―Se encogió de hombros. ―Mmmm. ―Jadeó por el tirón de pelo y gimió después por el desesperado beso que su esposo le dio.―Odio que te pongas así.