Hola, disculpen mi ausencia. Tengo a mi abuelo muy enfermo, tiene 93 años y fue diagnósticado hace dos días con cáncer de estómago y metástasis en el cuello. Espero por favor me entiendan, a partir de hoy retomaré los capítulos.
El bosque Ziara iba por el bosque camino a la manada, se sentía cansada y débil, casi no había podido dormir y comer, su padre cada día era más severo con ella. Ahora también estaba Gastón, ella no sabía cómo sacarle información a Alian o mejor dicho no quería. No quería hacerle daño a la única persona que la amaba, en su familia nadie lo hacía y era obvio, sus padres ni siquiera se amaban entre ellos. Su padre la había tenido sólo para calmar al pueblo y al consejo, porque era una ley que no podía evadir, todo rey debía tener un heredero, podía ser que el hecho de ser mujer y no hombre lo cambiara todo, pero que había con su madre? Por qué no la quería? Su actitud con ella era tan fría, que Ziara parecía sólo una empleada del castillo. Iba sumergida en sus pensamientos, cuando de repente sintió que alguien la seguía y vigilaba, se sentía observada. Se volteo rápidamente y miró a su alrededor, todo parecía normal, las hojas de los árboles no se movían debido a la gran cantidad
Alana Tres días habían pasado de su cumpleaños, tres días de haber encontrado a su compañero. Tenía muchas expectativas sobre su relación, quería que todo fluyera bien y que su vida fuera más fácil en ese sentido. Para este día su celo la estaba matando, su olor era tan fuerte que hasta ella misma podía percibirlo, no había podido salir de su habitación porque cuando lo hacía llamaba la atención de todos y aunque eso le encantaba, no se sentía bien. Su cuerpo quería liberarse pero todo parecía estar en contra. Y por si fuera poco, tenía esos tres días sin ver a Gastón. Su papá estaba muy molesto, lo había dejado ver con su actitud hacia ella, casi no había hablado con él, ya le había dejado claro que no le gustó que lo aceptara pero que iban a darle el beneficio de la duda. Y como si con su mente pudiera llamarlo. La puerta de la habitación fue tocada con más fuerza de la necesaria, Alana se lo pensó antes de responder, pensaba ignorar el sonido, pero esta vez la puerta fue toca
Alana Alana caminaba de un lado a otro. Rechazarlo? Su padre había dicho Rechazarlo? De sólo pensarlo le dolía la cabeza, había llegado a pensar que había algo en su cabeza, algo que quería dominarla, algo que quería apoderarse d ella y con lo que luchaba a diario, no quería pensar en. qué era, porque no quería más problemas para su vida. Pero ahora realmente se sentía ofuscada, necesitaba ver a Gastón hoy mismo, no podía terminar su relación con él, aunque claro no había comenzado del todo. Debía buscarlo, Pero dónde? Y fue en ese momento en que volvió a caer en cuenta de que conocía tan poco de él. No sabía dónde vivía ni nada más allá de lo poco que le había contado. Suponía que esa era una de las cosas que más le molestaba a su padre. Odiaba lo desconocido. De pronto la duda comenzó a crecer dentro de ella, y si Gastón mentía sobre su vida? Si tenía una familia y no quería que ella los conociera? Las preguntas comenzaron a aparecer en su mente, una detrás de otra. Que tal y si
El Alfa y Su luna, estaban en la oficina, Eva caminaba de un lado a otro. Silas veía su andar. - Detente mujer, abrirás un hueco al piso. - Tengo miedo. - Confesó entonces, tomando por sorpresa a su esposo. - ¿De qué? - Aún lo preguntas? Para que crees que Tadeo quiera vernos? - No lo sé, Pero no todo puede ser malo. - No digo que todo lo sea, Pero tengo algo por dentro que me dice que algo anda mal. - Trata de calmarte. - No puedo, has visto la actitud de Alana? Parece un zombie, camina de aquí para allá y sin hablarle a nadie, ni siquiera a sus amigas, no me gusta a dónde va esto. - Ya le di un ultimátum. - ¿ Qué ? ¿Un ultimátum sobre qué? - Bueno, ese chico Gastón tiene hasta mañana para venir a hablar con nosotros, si no lo hace Alana tendrá que Rechazarlo. - Te volviste loco? Cómo puedes pedirle algo así? La harás sufrir. - La haré sufrir yo? Eva, de verdad? La hará sufrir el mismo, que no la ha tomado en serio. Esto es algo serio y que me preocupa mucho, no le veo
Alana caminaba con prisa dentro del bosque, ese día hacía un frío espantoso, deseaba tanto que pasara rápido el invierno. Cada día era más frío que el anterior. Sus labios que habían sido pintados con un delicado brillo rosa, amenazaban con resecarse debido a la brisa. Sus botas se hundían en la nieve con cada paso que daba. Caminaba por el camino que creyó era el correcto, siempre veía a Gastón alejarse por ese lado, no sabía que tanto iba a caminar, pero por lo menos haría el esfuerzo. Estaba segura de que Gastón tenía una razón justificable para no haber vuelto a la manada. Y si era miedo? Pensó, también era valido, a cualquiera le daría miedo lo desconocido. Llevaba al menos una media hora caminando, lamentaba no haberse puesto uns bufanda, la necesitaba, estaba segura que sus mejillas estaban rojas cuál tomate debido al frío. Siguió caminado hasta que sintió que se había alejado mucho de la manada y no parecía llegar a ningún lado. Comenzó a preocuparse y si se perdí
Bosque - ¿Que haces aquí? Estás muy lejos de tu hogar - Vine a buscarte, pero la verdad acabo de arrepentirme, no pareces pero ni un poco feliz de verme. Su voz fue mordaz, algo que no le gustó a Gastón, porque no aceptaba que nadie lo tratara de esa forma, el único al que se lo permitía era Isan y sólo por sus planes. La miró y trató de tragar todo aquello que de verdad quería decirles. - ¿ Qué hablas? Es sólo que esto por aquí es peligroso y está sólo Alana dudó que así fuera, cuando su mirada se cruzó con la de ella después de la caída, el le dió la mirada más fría que alguien pudo haberle dado nunca. - Creo que me iré mejor, sólo quería decirte que, si no hablamos hoy o a más tardar mañana con mi familia, lo nuestro se acaba. Al Vampiro no le gustaron las palabras que salieron de la boca de la loba, no podía alejarse, no todavía. - Yo iba a eso, hacia tu casa. - Pensé que no te importaba esto. - Alana, yo te dije que tenía cosas que hacer. - No dijiste que
Los ojos de Gabriel eran fuego puro, como si el mismo infierno se encontrara en su mirada, los miró a los dos, pero la mirada que le dió a la loba fue fugaz y casi imperceptible, sintió las venas de su frente tensarse de sólo tenerlo frente a él, había algo más de ese chico que no le agradaba y no, no era sólo el hecho de que estuviera con Alana y aceptaba para si mismo que si, estaba celoso. Celoso y arrepentido de haberse dado cuenta tan tarde, porque bastó tocarla una vez, sentir su piel una vez, sentir sus labios, sentir el calor de su cuerpo, el olor que emanaba, ese brillo cautivador en su mirada, la forma en como le hablaba, como se mantenía cerca de él, como si su cuerpo buscara el suyo. Lo había sentido tantas veces, tuvo muchas oportunidades, oportunidades que la misma loba le había dado y que el se encargaba de rechazar, le dolía ser el culpable de haberlo perdido, pero lo que más le dolía era verla junto a otro, ese día de su cumpleaños la sintió suya, sintió la conexió
Caos... - Y bien? Preguntó el Alfa a Gastón, empezará a hablar usted o lo haré yo. El vampiro guardó silencio por unos segundos y luego se aclaró la garganta - Yo, eh, bueno vengo por mi relación con Alana, todo esto es nuevo para mí, pero haré lo posible por apegarme a sus leyes. Alian sintió su sangre hervir, al escucharlo hablar. No era posible que no hubiera nadie en la manada que le cayera bien este chico, sólo a Alana. No, no, es que Alian tenía el presentimiento de que ese hombre de ahí escondía algo y que la que saldría más afectada era Alana y no lo iba a permitir, así tuviera que arrancarle la cabeza de un jodido mordisco. Decidió no mirarlo y tratar de concentrar su mente en otra cosa, porque si dejaba que su instinto tomara el control la cosa se iba a poner fea. - Bueno, lo primero es que debes olvidarte de tu mundo, Alana es hija de un Alfa, no saldrá de esta manada a menos que tú fueras un lobo, pero en vista de que no - El Alfa se tomó unos segundos para seguir