Capítulo 81 - Cicatrices ocultas

Llegamos a la iglesia, ingresó conmigo tomados de la mano, al otro lado tenía a Emmanuel que anda de un amor con su padre, y no lo juzgo, José Eduardo es un amor de ser humano, aunque ya le conocí su lado oscuro. Nos encontramos a David.

—¡Qué alegría verlos! —Me dio un beso en la mejilla—. No pensé encontrármelos, los hacía aun paseando.

—No alcancé a llegar a misa en la mañana como acostumbro con Maju y mis padres. Pero ya me salté dos domingos.

En esto sí era un poco reglamentaria. A mí me gustaba mucho esta parte de mi comunión con el de arriba, no obligo a nadie a asistir, pero en mi rutina de vida el congregarme es importante.

—Sí, todos vienen a misa de las siete. Yo prefiero el anonimato. —Ya iba a comenzar.

—David te invito a cenar a nuestra casa. —Le dijo José Eduardo.

—¡Claro! Detesto cocinar para mí solo. Guillermo se fue el fin de semana a Bucaramanga a pasar unos días con la familia de Santos. Llega mañana a primera hora.

El niño quedó en medio de los dos, y David a mi l
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