Tomó a Eyra, la puso contra la pared y la besó. Hundiendo sus dedos en su cabellera rubia, jugó con su lengua mientras que una de sus manos se aferraba con fuerza a su cadera. >> Está chica me enloquece… <
El gran momento llegó, la semana de fuego para lo alumnos, esa era su prueba definitiva para saber si eran capaces de estar en ese Central o no. Habían dado las 8:30, el turno matutino comenzaba y todos los alumnos estaban por llegar, pero nadie los preparaba para lo que verían una vez cruzaron las puertas de la Central. Pero una vez llegaron, todos se quedaron en la puerta en shock.La vista era magnifica, todos en la Central sabían de esa prueba porque alguna vez llegaron a pasar por ella y despues algunos se unian solo por sentirse comodos y joder un poco a la sociedad. Los comisarios, el Superintendente, los tres oficiales de ayer que jodieron al chico con falda, todos ellos estaban cómodamente mostrándose y contoneándose por la Central. Demostrando que su masculinidad no es frágil.Konstantin estaba sentado sobre la barra donde tomaban las denuncias, tenía las piernas cruzadas luciendo a la perfección sus piernas con varios tatuajes, tenía puesta una falda color vino que le ll
Konsatntin estaba sentado en su despacho, masajeando sus pies porque los tacones tres días seguidos ya le habían cansado. Fue convencido por Maximus de usarlos y ahora se arrepentía. Además, que también fueron un regalo de Alina, a quien no ha visto desde hace justamente tres días después de que lo invitó a comer. Casi no había tenido tiempo de hablar con ella porque estaba con el papeleo y hablando con su jefa sobre asuntos de la nueva mafia y con la propuesta de presentarse como Director seguía en pie, pero debía estar estable y ser un hombre casado lo haría ver mejor. Alina sigue siendo su opción lógica, pero su corazón se niega a ella, quiere a alguien más. Alguien que ha estado evitando por eso mismo, le asusta sentirse enamorado profundamente y cree que estando lejos de ella solucionara ese problema, pero parece que estar lejos de ella es peor. La quiere, la necesita. Sus pensamientos fueron interrumpidos porque alguien tocó a su puerta. — Adelante – dijo antes de volverse a
Los Dixon fue creado por una idea de Konstantin, a su jefa le gusto pero él no podía estar al mando de una familia criminal cuando era Superintendente, sí, había visto que era su oportunidad de irse de esa mierda, pero no lo dejaría ir tan fácil. Entonces Nacho sería el líder de la familia y Konstantin sería su mano derecha, en la familia había lazos de hermanos, tíos, sobrinos, padres, hijos adoptivos y demás. Konstantin era por así decirlo el tío mayor, el hermano de Nacho. Así era su presentación cuando algo pasaba y en ese momento sabían que algo andaba mal.Estaban frente a una de las mafias que abastece droga como el opioide, metanfetamina y polvo de ángel, al resto de grupos, pandillas o mafias. Si la tiraban abajo, podrían detener demasiadas cosas y tomar el control de todo por fin. Konstantin necesita el control de la droga. Pero también temía que todo se volteara hacia ellos y acabará mal.>> Relajate, solo es un caso más, nadie va a morir por esto. <
— ¿Cómo te sientes? Fue un día difícil – dijo Elizabeth dándole un vaso con whisky a la rubia.>> Me quiero morir, así me siento. <<— Quiero arrancarme el cabello, quiero encontrar a Konstantin, pero me mandaron a casa – suspiro cansada, pasó la mano por su cabello y lo jalo hacia atrás – Lo tienen secuestrado y yo aquí sin poder hacer nada.— Nena, somos alumnos y es obvio que aun no estamos capacitados para esto pero nos tendrán en cuenta – le sonrió tratando de darle ánimos. – Y el super estará bien.— No lo sé – susurro antes de beber un gran trago de su whisky – Todo pasó muy rápido, estábamos tan bien y de pronto.Sabe que ser policía consiste en eso, pero ahora… no quería sentir algo por alguien y que se lo arrebataron tan rápido. — Bueno somos policías y a eso nos atenemos Eyra – suspiró la morena – Y al decir mal día me refería con lo de Nick ¿Qué pasó con él?— Mierda, otra cosa más que jodio el día – terminó todo su whisky, no puede hablar de él estando sobria. – Vino a r
Konstantin entraba con Ethan y Alonzo, mirando a Nacho y Max, manchados de sangre y a Trujillo en el piso jadeando y escupiendo sangre. >> Vaya que se divirtieron en mi ausencia. > Ni un día tengo de vuelta y ya me están sacando de quicio todos. <<— Max, saca el Audi – le sonrió – Iremos a dar una vuelta – se acercó a Trujillo – Hola Truji ¿Qué tal llevas los golpes? – soltó una risita.Trujillo se removía en el piso, miró a Konstantin casi suplicando porque no lo mataran.— Te… Te lo diré todo – se quejó.— Los dos sabemos que si yo te traía hasta acá no sería para hablar – le sonrió – Subanlo – los miro - ¿Quién quiere divertirse?El términ
Eyra terminaba de hacer una pasta con una salsa especial mientras miraba cada tanto a Konstantin que estaba en su terraza hablado por teléfono con alguien, hacía demasiados ademanes, parecía estar furioso y a veces se calmaba, no entendía qué pasaba, en sí no entendía nada de lo que pasaba en ese día. Sacó una botella de vino y cuando volvió a dirigir su mirada hacia Konstantin ya estaba con él en la cocina.— Huele delicioso eso – sonrió Konstantin y le pareció increíble lo relajado que estaba cuando hace unos segundos se veía estresado – No debiste hacer la cena, podíamos ordenar algo – dijo, llevando una de sus manos a la mejilla de la rubia.— Quería prepararte algo – sonrió Eyra, disfrutando el roce.— Me encanta – susurró revolviendole el cabello provocándole una risita – Excelente vino – dijo tomando la botella para abrirla - ¿Dónde están tus copas?— En esa puerta.Eyra tenía una sonrisa que nadie le podría quitar, tenía al hombre más sexy de la Central de Mando de California,
Konstantin acariciaba el culo de la rubia, escuchando como soltaba un gemido. Con pasos torpes, llegaron hasta la habitación, se alejó un segundo para reparar la habitación con la mirada antes de volver a posarla en los ojos azules de Eyra, cargados de pasión y lujuria. Eyra se acercó a él para acortar toda distancia una vez más, pasando sus manos por su torso, palpando lo bueno que estaba su jefe. Comenzó a desabotonar la camisa con prisa, sus bragas estaban empapadas desde que la beso y necesita más, necesita apagar ese fuego en su interior. — ¿Tienes prisa gatita? – dijo Konstantin, sosteniendo su rostro para besarla. — Cállate – susurró. – Estoy enojada contigo, te extrañe, creí que estabas muerto – le quitó la camisa bruscamente, lastimando un poco el hombro herido del pelirrojo. — ¿Y quien dice que yo no estoy molesto? – tomó su cabello, jalando para que lo mirara. — Nena estoy furioso desde que te pasaste de lista con ambas mafias, estoy furioso porque un hijo de puta llega