— No es una buena idea – dice Lebrant mientras Konstantin camina de un lado a otro. – Enfrentarse a los irlandeses es una muerte segura.— Te enfrentaste a ellos y saliste ileso.— Sí, pero eso era cuando no estabas presente, contigo despierto no estoy al cien y lo sabes.— Si eso quieres te daré el control cuando estés con ellos – suspiro. – Sabes bien que no puedo perder a Eyra, la necesito a salvo y eso es lejos de todo esto y lejos de mí.— ¿De verdad lo crees? Konstantin puedes hacer una vida nueva, tienes que dejar de pensar en tu maldito pasado, no puedes arruinar esto.— Oh creeme que ya lo arruine Lebrant
Todo pasaba muy lento, las contracciones eran cada vez más fuertes, Akemi se mantenía en su habitación, tratando de calmarla, pero nunca estuvo en ningún parto de sus hijos. — ¡Dios! Que esto acabe – Eyra se sostenía del borde de su cama. — Tranquila todo…— Si dices que todo estará bien juro que te cortaré las bolas aquí mismo Akemi. Levantó las manos y suspiró. – Buscaré al doctor.— Sí, haz eso – Eyra seguía soportando las contracciones. – Maldita sea Konstantin, te necesito aquí cabrón de mierda. Escuchó la voz de Akemi fuera de la puerta, entró seguido del doctor. — Bien Eyra – dijo el doctor. – Vamos a revisarte. Akemi la ayudó a subir a la cama, Eyra abrió las piernas y el doctor revisó cuan dilatada estaba.— Estás en el punto mamá, llamaré a la enfermera y tu obstetra ya está aquí, prepárate vas a ser mamá.Eyra le sonrió y suspiró sintiendo otra contracción, Akemi se acercó a ella cuando el doctor se fue. — ¿Lista? Pronto vas a tener a tu bebé.— Estoy lista desde ha
La casa de seguridad de Santoro era enorme y estaba bien protegida, tenía un jet en la parte trasera que se alistaba, solo descansará un par de horas antes de partir, no podían estar en territorio del enemigo, solo estaría a salvo hasta llegar a Italia. Eyra estaba en una habitación, estaba muy agotada así que en cuanto llegó a la cama quedó profundamente dormida, Konstantin velará el sueño de Eyra y de Alexandra. — En cuanto todo esté listo vamos a irnos de aquí – dijo Enzo. – Es seguro de que Akemi ya sabe y no nos enfrentaremos a una guerra contra la yakuza aquí, sabiendo que perderemos. Iremos a Italia. — Perfecto, iré a dormir entonces – dijo Nacho. Cada uno tomó su lugar algunos para dormir y otros para hacer rondas y que no los tomarán desprevenidos. Beth se acercó a la habitación de Eyra, tocó y entró sin hacer mucho ruido.— ¿Qué pasa? – dijo Konstantin. — Nada, me quedaré con ella, ve y asegúrate de que todo esté bien – lo miró. – Vamos, quiero estar con mi amiga. — Bi
— No me puedes hacer esto, acabo de salir del puto psiquiatra, déjenme en paz, maldición.El pelirrojo se echaba sobre el sofá de esa obstinada oficina, toda su apariencia le hacía creer a la mujer de traje que estaba viviendo en las calles, pero sabe que Konstantin solo ha sido descuidado con su aspecto desde que salió del psiquiátrico. — Sabes que si fuera por mí te dejaría en paz, pero...— Tus amigos del coñac me quieren joder - suspiro cansado - ¿Porque no simplemente me matan? Así me dejaría en paz.— Es una salida fácil - lo miró - En verdad lo siento.— ¿Qué quieren que haga? - dijo resignado.No tenía opción y no quería regresar a estar en el centro psiquiátrico, no después de todo lo que vivió ahí. — Quieren que vayas a California, ellos limpiarán toda la mierda - suspiro - Serás el Superintendente de Sacramento.— Genial, tener a mi cargo a puros payasos - soltó una risa amarga - Bien, lo haré pero diles a tus amiguitos que será lo último que hago y si me joden más el tra
1 Semana DespuésEyra entraba a la Central, siempre puntual y lista para el servicio. Su uniforme bien arreglado y pulcro. Fue hasta su casillero dejando sus cosas, tomando sus armas de servicio y ajustándose el chaleco antibalas. Se miró al espejo, su cabello rubio estaba sujeto por un moño alto, no usaba maquillaje, si acaso bálsamo de labios y sus pestañas rizadas. Era lo mínimo que podía usar como alumna.Tras dejar todo, entró a la cafetería donde algunos de sus compañeros ya estaban desayunando o solo perdiendo el tiempo hasta que iniciara su turno. — Buenos días – saludo con una pequeña sonrisa. — ¿Qué tal Wayne? – saludaron algunos.Se acercó a la cafetera, tomó una taza y sirvió un poco de café, se recargó en la pared y tomó tranquilamente su café.— Oh Wayne, ya estás aquí – dijo Rogelio – Hoy patrullamos en el lado Sur.>>¿Otra vez?<<— Está bien – asintió.No ha visto a su jefe desde el día de la presentación, o más bien desde el día en el que creía que la besaría sin ra
Konstantin llegaba a la Central, bastante tarde y con resaca, la noche fue más larga con Alina sobre él. Estaba tan cansado que no quería ir a trabajar pero Max dijo que debía ir porque necesitaban hablar de algo. — Adelante – dijo Kosntantin cuando tocaron la puerta de su despacho.— Kons – sonrió Maximus al entrar. — ¿Qué quieres? – refunfuñó molesto. — Joder, te vez como la mierda.— Me siento como la mierda – declaró, antes de tomar un par de aspirinas con su café. — Alina se divirtió mucho, eh – sonrió divertido.— Muchísimo diría yo – rieron - ¿Qué pasa? ¿Para que me querías aquí?Se quitó sus lentes oscuros, pasó una mano por su alborotado cabello, dejando ver algunos rizos que tenía. — Bueno, después de lo que pasó ayer quería venir a verte – le sonrió – Esa chica ya va como 5 veces que dice que no estás con ella. — Que fastidio, no quiero imaginarme de esposa, estará sobre el pobre cabron que sea su marido todo el puto día – masajeo el puente de su nariz. — Por favor,
Eyra aún mantenía su mente en lo ocurrido en el despacho de Lodbrok, y él sabía que su alumna pensaba en eso. Le gusta jugar no solo con sus cuerpos, sino también con su mente.— Vamos a comer algo, muero de hambre – dijo Konstantin.— Está bien – dijo Eyra sin mirarlo.— Lodbrok y Wayne harán 10-10 – informó Konstantin por la radio – Gambino te quedas en H50 y Fredriksen te quedas en Z20 – escucho un 10-4 de parte de ambos, desconecto su radio. - ¿Qué te apetece comer Eyra?— Lo que sea está bien, no tengo mucha hambre, señor. — ¿Volvemos a lo de señor? – la miró. – Nena, ¿no seguirás sentida por lo que pasó está mañana?Eyra tenso la mandíbula pero no dijo nada.— Tomaré eso como un sí.— Tómelo como usted quiera. — Bueno, te llevaré a un lugar increíble – dijo, dando marcha a ese lugar que por cierto, era suyo – Y dime Eyra ¿Qué te trajo a la Central de mando de Sacramento?No podría seguir molesta todo el día, además era su jefe, por ende tenía la responsabilidad de responder.
Kosntantin llegaba a la Central y lo primero que ve son unos chocolates, sus favoritos para ser especifico, sonrió de inmediato.— Querido Kosntantin, adore como me follaste la noche anterior, toma esto como mi amor por ti – dijo Max burlándose dándole los chocolates.— Callate – sonrió Konstantin entrando al despacho para dejar la caja de chocolates. - ¿Qué mierdas haces tan temprano aquí? Igual que yo, tú odias estar aquí. — Oh ya sabes, quería ver la Central de mañana.Kosntantin abrió la caja y tomó un chocolate metiendolo en su boca, mientra lo miraba raro. — Jamás llegas temprano, porque según tú, debes seguir un ritual de belleza – se burló el pelirrojo mientras salían del despacho e iban a la armería para tomar sus armas – No sabia que Volkov llegaba temprano.— No es por él – lo miró – Oliver volvió.>> Ese cabrón se dignó a regresar y dar la cara. <<— ¿Qué? – susurro mirándolo - ¿Cómo? – tomó su arma y la puso en la pistolera de la pierna— Si, volvió – suspiro – Está du