Capitulo 14

Alexa

Abro los ojos por el sonido constante de mi teléfono. Extiendo la mano hacia donde debería estar mi mesita de noche, pero no está. Me duele la cabeza, me duele todo el cuerpo. Dios, creo que hasta las pestañas me duelen, o es que acaso esas no duelen, no lo sé. Cuando de pronto abro los ojos, todo llega a mi mente: cómo me besaba, cómo me tomaba por la cintura tan fuerte. Sus penetraciones iban más y más fuertes. Jamás había sentido tantos orgasmos en una misma noche; ni siquiera sabía si esto era posible. Tapó mis ojos con mi brazo, pues la luz cala cuando escucho un carraspeo. No, no quiero ni siquiera verlo.

—Lexi, tus hijos llaman.

Cuando me dice de esa manera, yo frunzo el ceño, pero cuando escucho que mis hijos llaman, de inmediato me siento en la cama. Veo que trae mi teléfono en sus manos y se ve tan fresco; acaba de tomar una ducha. Su cabello, que está un poco largo, golpea su frente y apenas lleva boxers. Yo suspiro. En serio, Dios, ¿no me vas a dar una señal para arr
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