Alexa Tenía muchas cosas en mi cabeza, tenía muchos miedos, pero no me podía rendir; tenía que enfrentarlos. Así que decidí encontrarme con el comandante. Necesito poner la denuncia, pues no voy a esperar a que me vuelvan a atacar en mi propia casa. Pero mataría dos pájaros de un tiro, pues también había citado al hombre que me había mandado aquel mensaje en el mismo lugar, con una hora de diferencia. Así que, cuando salgo de mi oficina, mi secretaria se me acerca. Apenas menciono el nombre de Fernando y yo vuelvo los ojos con fastidio; ese hombre me tiene harta.—Lo lamento, Alexa, pero Fernando dijo...Yo volteo y la miro con los ojos entrecerrados; ya no me importa lo que Fernando diga.—Dile a Fernando que tengo demasiado trabajo para darle importancia a sus rabietas. Ya hablaré con él cuando tenga tiempo. Ahora no me esperes, tengo una reunión con uno de los patrocinadores de Roxy. Tengo que averiguar por qué todos lo han abandonado.Ella solo me sonríe y asiente. Subo al elev
Alexa Había salido del restaurante. La verdad es que estaba muy confundida. Hasta ahora, Roxy me había demostrado que todo lo que se decía de él era falso, pero ¿y si es verdad? No puedo quedarme con la intriga; tengo que saber la verdad. Así que conduzco lo más rápido posible a su departamento. Sé que quedamos en vernos más tarde, pero no puedo esperar. Cuando llego al edificio, de inmediato subo al elevador. No tarda mucho tiempo cuando las enormes puertas metálicas se abren. Ingreso al departamento y jamás pensé encontrarme con esta escena, pero era de esperarse. Así que carraspeo un poco y me cruzo de brazos. Ellos de inmediato se separan y Roxy me ve con los ojos muy abiertos, al lado de Melina, que está con una enorme sonrisa. Él empieza a negar y trata de hablar.—No, no es lo que parece.Yo sonrío y suspiro. Dios, en serio, todos los hombres aplican la misma frase. Que ya la cambien, esa está demasiado desgastada.—Sí, lo que sea, solo sacala de aquí. Tenemos que hablar.Él
RoxyAl verla ahí dormida, sonrío, pues jamás había pasado una noche tan increíble con una mujer. Acaricio su espalda, pero creo que está demasiado cansada, pues no despierta. Me pongo de pie y voy a tomar una ducha. Cuando estoy bajo el agua, cierro los ojos y sonrío al recordar sus gemidos cada vez que entraba en ella. Tan duro, Dios, solo de recordarlo, mi falo ya está listo de nuevo, pero tengo que controlarme. Por más que quiera estar metido en la cama todo el día a su lado, sé que no es posible. Suspiro y tomo una toalla, me enredo en ella y salgo hacia mi vestidor, pero solo coloco unos boxers. Bajo las escaleras y escucho un teléfono sonar constantemente. Lo veo encima de la mesa y es mi teléfono. En la pantalla, la fotografía de mi madre se muestra, así que solo suspiro y contesto.—Hola.—Rosbaldo Fernández Iturbide, ¿dónde carajos estás? Sabes que tu madre aún tiene vida para patearte las pelotas si así lo quisiera.Yo volteo los ojos con fastidio, pero mi sonrisa no se bor
Alexa Abro los ojos y suspiro. Dios, no debí de nuevo, pero es que este hombre tiene, Dios, algo que me vuelve loca. Aunque no quiera aceptarlo, con solo tocarme se me olvida completamente todo. Hacía tantos años que no me sentía de esa manera, tan deseada. No puedo decir amada porque lo que sentimos es simple deseo. Aunque él besa y acaricia mi cuerpo como si fuera lo más valioso que ha visto, siento cómo empieza a acariciar mi espalda y reparte besos en ella. Yo suspiro porque es tarde y tengo que irme, pero parece que sus intenciones son otras.—Roxy, no hagas eso. Sabes que tengo que irme.Él se queda en silencio, pero sigue besando mi espalda y pega su miembro a mi trasero. Puedo sentir qué tan listo se encuentra.—Mmm, ¿por qué no te quedas aquí conmigo? Creo que estás más segura aquí que en cualquier lado. Además, tus hijos ya son adultos, ellos estarán bien. Llámalos y te prometo que mañana te llevo a tu oficina temprano.Yo me volteo boca arriba. Puedo ver sus lindos ojos a
Alexa Había decidido que era momento de hablar con mis hijos, pero primero tenía que hablar con Tommy para saber exactamente qué le había dicho. Cuando mi hijo se va a su habitación, él me mira con una sonrisa que casi parte su cara. Yo niego; parece que él nunca va a cambiar. Él suspira y me señala.—No me mires así. Tenía que hacerle entender que su mamá tiene derecho a disfrutar su vida. No he mentido con lo que dije: todos en esta vida tenemos derecho a disfrutar, a tener sexo casual, a que nos quieran. ¿Cuál es el problema? No veo por qué estés molesta.Yo suspiro y tomo asiento en una de las bancas que están en el mesón de la cocina.—No es fácil que mis hijos acepten que su madre tiene sexo, pero creo que no es eso lo que me preocupa.—Ah, no. ¿Y entonces por qué esa cara? Pensé que te había ido mejor con tu joven amante.—Creo que Roxy se está enamorando de mí, o al menos me lo dijo cuando pensó que estaba dormida.Él empieza a aplaudir y a saltar como loco. Yo solo cierro lo
Roxy Cuando abro mis ojos, sonrío al recordar todo lo que había pasado. Ella está recostada en mi pecho y yo acaricio su larga cabellera oscura, pero cuando suspiro, el aroma que desprende su cabello es diferente. Así que, de inmediato, me pongo de pie y ella se levanta junto conmigo, manteniendo una enorme sonrisa en su rostro y está completamente desnuda. Yo la miro confundido. ¿Qué diablos está haciendo ella aquí en mi cama? Como si de verdad yo hubiera pasado la noche con ella. Pellizco el puente de mi nariz y niego.—¿Qué diablos haces aquí metida en mi cama? ¿Y dónde rayos está Lexi?Ella me mira confundida y, de pronto, estalla en carcajadas y empieza a negar. Yo camino hacia el vestidor y me coloco unos boxers. Ella sigue completamente desnuda, sin pudor alguno.—¿De qué hablas, Roxy? Vaya que estabas ebrio. ¿Y quién diablos es Lexi? No te entiendo.Ella no para de reír, como si yo estuviera loco, y aquí la única loca es ella. Yo empiezo a tomar su ropa. Estoy furioso. Ella
Alexa Cuando salgo de casa, prácticamente voy corriendo, me subo al coche y empiezo a conducir hacia el departamento de Roxy. La verdad es que demasiadas cosas se vienen a mi cabeza: ¿cómo hace esta tipa para entrar a su departamento así de fácil cuando se supone que es un penthouse privado? Esto también hay que averiguarlo. Cuando llego al edificio, muchos reporteros ya se encuentran ahí. Apenas me bajo del coche y todos se vienen encima de mí. Trato de alejarlos, pero son demasiados. Reconozco a uno con el que tuve un pequeño accidente; él me ve y yo lo señalo.—Tú, aléjate de mí, no te quiero cerca.Él sonríe y niega.—Vamos, señor Alexa, solo queremos cubrir la nota. ¿Es cierto que Roxy se casará pronto con la chica de las fotos? Parece que usted lo tiene que estar sacando de la mierda. Creo que el hombre, a pesar de sus años y de su experiencia con los medios, no aprende.Yo lo miro mal y niego. El guardia de seguridad del edificio me ayuda a entrar; yo le agradezco. Cuando subo
Alexa Es momento de enfrentar mis miedos. Es momento de enfrentar al mundo. Bueno, eso era lo que Roxy tenía planeado, pero hasta que no desperté, ya era muy tarde por la noche. Me lo hizo saber; estaba sentada en el sillón, él se para frente a mí y me sonríe.—¿Qué dices, lo hacemos público? Solo recuerda que el ataque hacia ti vendrá de todos lados. Obviamente, trataré de protegerte, pero...Él guarda silencio y yo lo entiendo completamente. Suspiro y me pongo de pie, tomo su rostro entre mis manos y le sonrío.—Necesito que tú estés seguro de lo que vas a hacer, pues aquí el famoso eres tú. Sé que conmigo vendrán muchos ataques, pues no es bien visto que una mujer mayor esté con un hombre más joven, pero sinceramente, los únicos que me preocupan son mis hijos y, para tu desgracia, tendrás que ir a hablar con ellos.Él abre los ojos sorprendido y yo no dejo de sonreír. Eso sí, quisiera verlo si él pensaba que solamente diríamos al mundo que estábamos juntos e ignoraremos sus comen