POV FABIOEn unos días ya tenía a un fortachón plantado en la casa. Su nombre es Fernando Colmenar, recomendado por Reséndiz, fue uno de sus hombres en el pasado, pero le era más redituable trabajar de escolta que de investigador.Un hombre de casi uno noventa de alto, fornido y, sobre todo, con un buen manejo de armas y defensa personal, justo lo que necesitamos, me sentiría más tranquilo con su presencia.Lo contraté para que estuviera durante el día, esté yo o no. Por la noche me encargaría personalmente.Arreglado el asunto de la seguridad, comencé a ver los trámites del seguro del restaurante. Es bastante tedioso todo lo que se tiene que hacer, pero con eso podré volver a ponerlo en función.Sé que no será pronto, pero el Bianchi volverá a ser lo que era o tal vez hasta mejor.Ya tengo comprado el local de mi nuevo restaurante y mucho del mobiliario del que necesitaré, así que solo necesitaba concentrarme en lo que faltaba.La idea que tenía en un principio era que abriría mi res
Como lo teníamos previsto, en dos semanas se cubrieron todos los detalles que faltaban en el restaurante. Ya tenía listos los proveedores de los productos a utilizar en las comidas, ya tenía el menú, los uniformes, prácticamente todo para arrancar.Las invitaciones se enviaron, colegas, socialités, actores y actrices, prensa, todo aquel que fuera fundamental para que este lugar tuviera el mejor de los comienzos fue invitado.La invitación sólo decía que se inaugurará un nuevo restaurante llamado Priorita pero no decían quién invitaba, ni quien era el chef encargado dé este, solamente la dirección. Se enviaron a cinco días del evento, para que no hubiera mucha especulación.Aún con eso, los noticieros locales hablaban de ese restaurante, más que nada del misterioso chef. La expectativa dio lugar a más publicidad gratis.—¿Estás lista? —di dos toques a la puerta de nuestra habitación en casa de mamá y pregunté a mi princesa.—En cinco minutos, espérame en la sala—avancé hasta donde me i
Darío conducía y Reséndiz iba de copiloto. Ambos hablaban por teléfono, no sé qué tanto decían, yo solo podía tener la mirada al frente, tratando de encontrar aquel auto.—¡Ahí! —apunté con mi dedo índice en una intersección, donde el sedán había girado a la derecha. Darío puso su teléfono en altavoz y continúo hablando, dando instrucciones por dónde íbamos.No había mucho tráfico por la hora que era, pero sí el suficiente como para que se pudiera perder entre los autos.Además, de que estábamos en las calles de la ciudad, no podía ir a alta velocidad, al parecer aún no se daba cuenta de que estábamos pisándole los talones.La llamada de Darío era a un oficial de policía, le daba indicaciones por donde estábamos pasando. Habían llegado a la conclusión que estaba tratando de salir de la ciudad, dirigiéndose a la autopista México-Toluca.—Lo mejor es que la dejen avanzar hasta la autopista, ahí hay menos afluencia vehicular, pon refuerzos en la caseta, ahí la tomaremos por sorpresa, nos
POV ANDREALos invitados comenzaron a retirarse casi al instante de que todo el revuelo comenzará, algunos reporteros salieron al estacionamiento y tomaron fotos del auto en llamas.Los bomberos llegaron y apagaron el coche. La policía llegó y acordonó el área, no creo que vengan por él, además los bomberos ya habían definido las causas del incendio. Incluso Fernando declaró lo que sucedió, mañana será un día largo de declaraciones e investigaciones.Los nervios que tenía me estaban matando, el tiempo pasaba y no teníamos noticias de Fabio, no quería marcarle porque no sabía si podía o no contestar el teléfono.Los minutos se hacían eternos, Rosy caminaba de un lado a otro junto a la barra, el doctor Contreras la acompañaba.—¿Quieres un trago? —él le ofreció a mi querida suegra. Se ve que se preocupa por ella.—No acostumbro beber, pero hoy lo amerita, ¿me sirves whisky? —él rodeó la mesa y ella se sentó en uno de los bancos altos.Fernando, Violeta y yo estábamos junto al ventanal,
Cuarto para las ocho de la mañana. Mi pulso está acelerado, tengo las pupilas dilatadas, mi cuerpo sudoroso, mi hombre semiinconsciente a un lado de mí, y otro espasmo en mi entrepierna me hace gemir.¡No, no acabo de tener s3xo! ni mucho menos un orgasm0, ¡estoy a punto de dar a luz a mi pequeña! Siempre supe que a Fabio no le gustan los hospitales, ahora veo la razón, no aguantó ver más la labor de parto y cayó al suelo inconsciente.Las enfermeras no sabían si atenderme a mí o a él. Otra contracción se acerca.—¡AAAAAHHH! —Esto es demasiado doloroso. Cuando la contracción pasa, me recargo nuevamente en la cama de expulsión.—Vamos Andrea, ya casi está aquí, puedo ver su negra cabellera, una más y estará afuera…. Ahí viene —hice otro esfuerzo de empujar, pude sentir como resbalaba por mi canal uterino hasta afuera, me dejé caer exhausta.Pude escuchar el sonido del llanto de la pequeña. Escucharlo compensa todo el dolor que pude haber sentido minutos antes, no puedo explicar la sens
Unos cuantos meses pasaron, Rosy y Emily me han ayudado mucho en la preparación de la boda. Será algo sencillo, pocos invitados, al fin nuestro círculo de amistades y familia no es muy grande, nos casaremos solo por lo civil, tal vez en un tiempo más lo hagamos por la iglesia, no lo sé.Opté por un vestido corte sirena que acentúa cada curva de mi cuerpo, únicamente tiene detalles plateados en las pequeñas mangas que caen en mis hombros, son delicados y muy sencillos, tiene un pronunciado escote en la espalda y es largo hasta el suelo.Mi cabello lo recogí en una coleta baja, con algunos mechones sueltos alrededor de mi rostro, decoré con unas cadenas como diadema, el maquillaje como siempre, algo no muy cargado, pero resaltando mis ojos, estoy tan feliz, me gusta mucho como me veo.La puerta se abre, veo a Emily y a Rosy entrar, se acercan a mí y yo les sonrió.—¡Te ves preciosa! —exclamó Emily, ella igual se ve divina, trae un vestido, verde esmeralda pegado al cuerpo y su cabello r
Viernes por la tarde, recostada en mi cama mirando al techo. Mi mente divagaba en sí asistir o no.Por una parte, quería verlo, quería saber que estaba bien y estar más tranquila; por otro lado, mi orgullo me decía, no seas tonta, no te quiere, no le importas.Ya eran las 7 de la tarde, la cita era a las 9, mi celular sonó en tono de mensaje, era él... “¿Vendrás?”Había quedado con mi novio para cenar. No sabía qué contestar, no quería mostrar interés.Me metí a la ducha, sabía que mis deseos de verlo eran mayores a mi orgullo, al salir del baño le contesté el mensaje diciendo un simple… "si, ahí nos vemos"Me arreglé un poco, maquillé mis mejillas y mis pestañas, puse un poco de lápiz labial, algo sencillo, escogí ropa interior negra y de encaje, sabía que lo volvía loco. “Es solo por si acaso” me decía a mí misma, me puse un capri color negro y una blusa blanca con escote en redondo que resaltaba mis pech0s. Es verano, así que no necesito nada de abrigos.Salí de casa hasta llegar a
Ahí estaba yo, de noche, sin coche, con un extraño dispuesto a llevarme a casa ¡¡¡en una motocicleta!!!—¿Es en serio? —la pregunta más tonta para el momento, limosnera y con garrote.—¿Apoco te da miedo? —me dijo socarronamente, con una sonrisita de medio lado.—Eh... no.… para nada. ¿Dónde está? —Balbuceé envalentonada por las copas que traía encima.—Está por allá al fondo, pero espérame aquí, tengo que entrar nuevamente —me dijo y se dio media vuelta, creo que ya se arrepintió —No tardo, no te muevas de aquí.No tardó mucho, al salir traía un casco en la mano y no dejaba de sonreír.—¡Listo!, ahora sí vamos —me cedió el paso —. Ah, toma esto es para ti —me tendió el casco que traía en la mano.—Gracias ¿Y tú que usarás? —le dije mientras caminaba y miraba el casco que me dio.—No te preocupes, mi casco está en la moto, este es de un compañero que no lo necesita hoy —me comentó mientras avanzaba hasta nuestro… ¿Vehículo?Le quitó el candado que ataba el casco a la moto y se lo colo