POV ANDREAMi teléfono suena insistentemente, estaba tomando un baño antes de salir al aeropuerto cuando lo escuche sonar. Solo dio dos tonos, pero después de un rato, sonaron otros dos tonos, así estuvo todo el tiempo mientras me bañé.Cuando terminé la ducha, fui directo a revisar las llamadas. Era un número desconocido, así que lo ignoré, ya no volvió a sonar.Preparamos todo y una hora después, ya estábamos abordando el avión con destino a Verona Italia. Fue un viaje larguísimo y cansado. Pasamos más de diecisiete horas en el aire, pero por fin llegamos al aeropuerto internacional Valerio Catullo, a eso de las tres de la mañana horario de México, solo que aquí, son apenas las diez de la mañana.Así que tenía demasiado sueño, pero aquí el día estaba comenzando.Fabio no me dejó cargar mi maleta ni un solo metro. Se le veía entusiasmado, contento, y eso me hacía feliz a mí.Ya con maletas en mano, salimos a la sala de espera, ahí estaba un matrimonio, que por la manera en que Fabio
POV FAVIOEra poco más de medio día, habíamos desayunado todos juntos y mi princesa se estaba arreglando para salir a conocer un nuevo lugar. Me encontraba en la cocina con la abuela Gia, estábamos horneando pan de elote, que a mi padre le gustaba y a la abuela igual.Mis abuelos aman la comida mexicana. Es algo extraño y divertido, cuando estoy en México, soy un chef italiano, ahora que estoy en Italia, soy un chef mexicano.Me gusta eso.Escuché sus pasos por las escaleras. Se escuchaban algo apresurados, eso hizo que mis alertas se dispararan, ella no podía correr por las escaleras en su estado.Me encaminé hacia el pequeño corredor para interceptarla, pero pasó tan deprisa justo frente de mis narices, que ni pude decir media palabra.Abrió la puerta principal y salió a toda prisa, dejando incluso la puerta abierta. Fue entonces que me quité el delantal y caminé tras ella.Ya había llegado hasta la avenida principal, estaba tratando de parar un taxi, pero ¿qué le pasa? ¿A dónde va?
POV ANDREAEl señor del taxi solo avanzó, no esperó siquiera a que le dijera a donde llevarme. Así estuvo por aproximadamente diez minutos, hasta que volví del letargo en el que me encontraba, estaba llorando a mares.—¿Hay algún lugar al que la pueda llevar? —me dijo en perfecto español, con ese bonito acento del lugar.Era un hombre de aproximadamente cincuenta años, tal vez un poco más, llenito, cara redonda, no me había dado cuenta lo que habíamos avanzado, ni tampoco tenía idea hacia dónde ir.—Por favor al aeropuerto —sin decir más giré mi rostro a la ventanilla. Miraba la bella ciudad que había sido testigo de una de mis más dolorosas decepciones.Mi teléfono comenzó a sonar, era él. No tenía ni la más mínima intención de contestar, así que estuvo insistiendo un par de veces y mejor decidí apagarlo para que no me estuviera molestando.Tardamos poco más de media hora en llegar, no tenía boleto, ni siquiera sabía si habría vuelos a esta hora para México.—¿Podría pedirle un favor
POV EMILYEscuché mi teléfono sonar. Me desperté de un profundo sueño, después de la buena noche que tuvimos Isaac y yo, entre esposas, mermelada y juguetes.Amo a este hombre, nos completamos perfectamente. Sometido a mí esta noche, disfrutando de todo, ya me tocará cambiar roles un día de estos.Como pude, busqué el teléfono a tientas en la mesita de noche. Aún estaba con los ojos medio cerrados por el sueño.¿Quién llama a estas horas de la madrugada? Si, para mí aún es de madrugada, nuestro turno para trabajar es por la tarde, así que nos podemos dar el lujo de despertar a mediodía.Miré la pantalla y cuando vi el nombre de contacto, me despabilé por completo. Esto no podría ser nada bueno y menos por la hora en que llamaba.—Hola Emily —sonó un Fabio evidentemente preocupado.—¿Qué pasa? Y no intentes suavizarlo, que sabes que conmigo no hay necesidad de eso —me senté en la cama y sentí que Isaac se removió.—Hace un rato que Andrea salió a toda prisa de la casa, pero no sé por q
POV FABIODespués de recibir las noticias de Emily, no sabía si estaba más tranquilo o peor que como estaba antes.Por un lado, no sabía el paradero de mi mujer y mi hijo, por otro, no entendía las fotos.Era yo, sí que lo era.Le conté a mamá lo que pasaba, estaba muy preocupada también.—Me iré en el primer vuelo a México —le dije decidido. No podía ir a ningún otro lugar, más que a casa.—Entiendo, yo también iré —sentí el apoyo que quería darme.—No es necesario, es algo que necesito resolver yo y no quiero que dejes a los abuelos solos en esta situación —aunque no conocían mucho a Andrea, sabía que les preocupaba bastante.—Pe… Pero —no la dejé continuar.—Por favor, necesito hacer esto por mi cuenta, necesito resolver esto, aunque no entiendo la mitad de lo que está pasando.Llamé a la aerolínea para reservar el vuelo, solo espero que salga hoy mismo.Pero como el karma es una perra, no tuve suerte, me dijeron que hasta pasado mañana había vuelo.Busqué en otras aerolíneas, enco
POV ANDREA—Bien, seré rápida porque necesito apagar el teléfono, solo quiero avisarte que no regresaré a México…—¿Pero, estás loca?, ¿Cómo que te quedaras allá? —no me dejó continuar.—Sí, me quedaré, pero solo un día más. Es solo que ya estoy aquí, quiero conocer y despejar mi mente lejos de todo lo que me va a recordar a Fabio —sonreí tímidamente. No estaba en estos momentos para turistear, pero como dije, ya estaba aquí y necesitaba tiempo para pensar lejos de todos.—¡Me habías asustado! Creí que te quedarías a vivir allá —me regañó. La culpa es de ella por interrumpir.—Bueno, solo quiero estar lejos un día más. Solo quería avistar eso, cuídate y sobre todo, pórtate bien —sabía que se estaba conteniendo las ganas de ir a partirle la cara a la tal Eva.—Siempre me porto bien —las dos soltamos la carcajada. Extraño a mi loquita, la que me hace reír hasta en los peores momentos.Nos despedimos y apagué nuevamente el teléfono. Cada que lo encendía, había por lo menos diez llamadas
Está de más decir, que me quedé sin sangre en mi cuerpo, pareciera que toda se había alojado en mis pies. Si no estuviera sentada en aquel sillón, me hubiera ido de bruces contra el suelo.Es que esto es una mald1ta pesadilla, no salgo de una cosa para entrar en otra peor.Me llevé las manos a la cara, tratando de detener las lágrimas que salían como si el mundo se estuviera secando y necesitara de ellas.Ya no sabía qué pensar, ya había decidido hablar con Fabio de las estup1das fotos, pero ahora no sé qué hacer. Si bien yo estoy embarazada de él, pero ¡otra! Otra mujer también lo está. Esa mujer es su amante.—Andrea, pe… pero, no sabemos… si eso es cierto —Emily se acomodó junto a mí y me pasó su brazo por la espalda, acercándome a ella para reconfortarme.—No sería raro que fuera verdad, las fotos son bastante explícitas, de que saben cómo fabricarlo —mi voz era cansada y llorosa.—Lo siento —recargó su cabeza en la mía. Me sentía tan vulnerable y ni Emily, haciendo todo por reco
POV FABIOEn el momento en que Eva gritó aquella confesión, me quedé como hielo, por no sé cuánto tiempo en el pasillo. Podía escuchar los murmullos de todos mis empleados, no podía creer que esta clase de cosas estuvieran pasándome.Me dirigí al almacén y tomé varias botellas. Ni siquiera sabía qué clase de licor eran, me encerré en la oficina y comencé a beber directo de la botella.—¡¿Vino tinto?! Esta m1erda no me hará olvidar absolutamente nada —renegué.Terminé esa botella y no sé cuántas más, estaba abriendo otra, cuando escuché unos toques en la puerta.—¡LÁRGUENSE! —no quería ver a nadie.—Fabio, abre por favor —era Alonso. No sabía cuánto tiempo llevaba aquí, ya era el cambio de turno.—No quiero ver a nadie. Vete —. Le dije con voz cansina, al parecer me obedeció, ya no insistió.Seguí intentando abrir la botella y me di cuenta de cuál vino era, Pinot Blanc, es el favorito de mi princesa. Quise seguir siendo fuerte, pero no pude más, me derrumbé en el escritorio, una mano s