—Trajo consigo un buen ahorro, con el cual compró este terreno. La casa tenía unas pequeñas bardas ya hechas, con el resto de su ahorro, terminó de construirla.—Mi madre le reclamó el hecho de que no le había enviado ese dinero a ella y que, de ser así, ya estuviera viviendo en algo mejor desde hace tiempo y no en la pocilga en la que rentábamos. Sinceramente —suspiré —, dudo esa parte, se hubiera gastado el dinero en más bebida.—Mi padre, no le dio una gran explicación. Solo le dijo que ya estaba el terreno y la casa para vivir felices. Mi madre puso el grito en el cielo, al enterarse de que me había puesto la casa a mi nombre y él cómo albacea claro. Por supuesto que ella se sentía excluida, siempre reemplazada por mí.—Yo, en ese tiempo, no entendía de todas estas cosas de adultos. No sabía de envidia, ni odio o recelo, aunque sabía que la manera en que mi madre me trataba no era normal. En el fondo, tenía esperanza de que todo mejoraría para mí, a partir de ese momento en el que
—El tipo se abalanzó sobre mí. Yo estaba del otro lado de la cama y él, al tratar de alcanzarme, se subió a esta para acortar la distancia. Gracias a lo borracho que ya estaba, su pie se enredó con la sábana y cayó sobre la cama. Yo la rodeé a toda velocidad y me dirigí a la puerta, la abrí y no me detuve hasta que salí a la calle.—Pude sentir la mirada de mi madre y de su acompañante, al verme salir hecha un rayo al atravesar el pasillo. Corrí como nunca, llegué hasta un parque en medio de la noche, ahí estuve hasta que amaneció. No sabía dónde estaba, solo comencé a caminar sin rumbo. Estaba asustada, por lo que había pasado por la noche, pero también lo estaba por estar sola sin saber a dónde ir. Ya casi por la noche del siguiente día, decidí buscar el camino de regreso a casa.—Necesitaba tomar algunas cosas e irme lejos. Había decidido no regresar al lado de esa mujer. Después de todo lo que me había hecho pasar, ni siquiera la podía llamar madre. De cualquier manera, yo era aut
POV FABIOSon las 4:24 de la madrugada. Desperté hace algunos minutos, no puedo dejar de pensar en todo lo que pasó mi princesa durante su vida. Ha sido muy fuerte, otra en su lugar hubiera tomado las decisiones equivocadas y tal vez ya no estaría aquí.No puedo creer, que una madre sea capaz de vender a su propia hija a un depravado, solo para tener dinero para sus vicios. Eso es asqueroso, lo que más me encabron@, es imaginar a ese hijo de put@ queriendo tocarla. Sacudo mi cabeza, para que ese pensamiento desaparezca, si le hubiera hecho algo, lo buscaría hasta en el mismísimo infierno para matarl0.Por otro lado, recordar las palabras que me dijo, me hacen sentir completo. Confirmarme que siente lo mismo que yo, me hace el hombre más feliz sobre la tierra. Además, de que mi proyecto ya casi está listo. Por fin, me decidí en abrir mi restaurante, hace mucho que tengo la solvencia económica necesaria para hacerlo.No he concretado nada, porque sentía la responsabilidad de seguir con
—Tenemos una conversación pendiente —le dije al separarme de ella.—¿Cuál? —cuestiono. Hice una mueca de indignación sobreactuada, como si me hubiera herido por el olvido.—¿Cómo que cuál? Mi madre quiere conocerte. Ya he alargado el suceso lo más que pude, porque no quería presionarte. Ya suficiente era, que aceptaras ser mi novia en tan poco tiempo de conocerme —me recosté nuevamente y la atraje hasta que quedó a horcajadas sobre mí.—¡Cierto! Perdón lo había olvidado —bajó su mirada apenada —. Tú dime para cuando tienes planeado y por supuesto que voy. La verdad es que, si me gustaría conocer a tu madre —me besó efusivamente. Se le veía más feliz que antes y más relajada.—Este fin de semana, en casa de mi madre —ella insistió que fuera en su casa, no le gusta mucho salir.—Perfecto, tú me dices que llevo, ¿un postre tal vez? O ¿una botella de vino? —miraba al techo tras pensar lo que me decía. Solo la acerqué a mí para besarla, no aguantaba más tenerla en esa posición, me estaba m
POV FABIOYa era más de medio día, estaba algo nervioso por la cena, no me preocupaba que mi madre aceptara a Andrea, sé que lo hará, se llevaran de maravilla. Pero me siento ansioso, desesperado, debo tranquilizarme. Para mi fortuna, ha habido mucha gente hoy, así puedo distraerme en el trabajo.Al parecer Eva lo notó —¿te pasa algo? —preguntó con interés.—Todo bien, solo debo hacer algo —avancé a la oficina y la dejé trabajando. Le enviaré un mensaje a mi princesa, para tratar de estar listos antes y pasar a casa de Alonso, a ver cómo está su bebé, no he podido ir. Ya salgo muy tarde de aquí, así que hoy, aprovechamos que me iré temprano y de ahí partimos a casa de mi madre.«Princesa, ¿Cómo va tu día?»Dejé el mensaje y seguí en el trabajo. Pasó más de media hora y aún no le llegaba, estaba sin conexión. Tal vez se le terminó la carga, pensé. Algo me decía que no era eso, ella es muy cuidadosa de siempre tener con carga su teléfono.«Amor, quisiera que fuéramos a casa de Alonso an
Emily llega en un taxi hasta aquí. Sigo en la casa de Andrea por si regresa, entra como torbellino, yo me encuentro en la sala. No sé qué más hacer, giro el rostro hacia ella y nuestras miradas chocan, son unas miradas de angustia. Ella está igual que yo, sus ojos se aguadan por las lágrimas que se asoman.—Ella no es así —dijo, haciendo pucheros —. Cualquier cosa que tendría pensado hacer, me lo hubiera dicho, por lo menos a mí —no aguanta más y comienza a llorar —algo le paso.—Esperemos que no sea así —trato de tranquilizarla, aunque yo esté peor —. Necesito ir a la policía, si ella no te dijo nada, algo no anda bien
POV ANDREAAl decir aquellas palabras y ponerse en cuclillas a un lado de mí, tomó la tela que me cubría los ojos y la sacó por arriba de mi cabeza. Unos ojos enfurecidos lo veían. No podía creerlo, pero mis ojos me lo confirmaban. Óscar me había secuestrad0, no entendía la razón.Él tenía una media sonrisa pintada en los labios. Se puso de pie y caminó hasta la mesa, y medio recargarse en ella. Desde ahí, me miraba con ojos de suficiencia, como si fuera el ganador de alguna competencia. Yo no dejaba de mirarlo con evidente odio y confusión.—¿Estás cómoda en tu suite? —preguntó con sarcasmo —. Oh, perdón, olvidaba la mordaza, no quería que despertaras en el camino y armaras un escándalo —. Se acercó nuevamente, me quitó la mordaza, luego se paró de espaldas a mí, frente a la mesa.—Pero, ¿qué te pasa? ¿Por qué me tienes aquí? —le grité inmediatamente al sentir mi boca libre.—Eso es fácil de responder —se giró para estar otra vez frente a mí, yo seguía recostada de lado mirándolo y l
—No sabía quién era el cretin0 ese, así que lo seguí. Llegamos a su casa y después lo seguí hasta su trabajo, ahí me di cuenta de que es ese cocinero de mierd@, de donde te gustaba ir, ahora sé por qué, debo reconocer que el 1mbecil pega duro —ponía sus manos en la cabeza y continuaba caminando.—Necesitaba tenerte controlada, mientras seguía tratando de recuperarte. Yo te amo, y tú eres mía —se acercó a mi rostro con las manos en su pecho y ojos suplicantes. Me daban demasiado miedo, su mirada no era normal, parecía estar desquiciado.—Así que zafé algunos cables de la marcha de tu coche, de esta manera, podría ir por ti a la hora de tu salida y llevarte a comer algo. ¡Pero no! Solo por haber llegado cinco minutos tarde ya no estabas. Entonces tuve que ir a tu casa nuevamente, esperaría hasta que aparecieras —de verdad me estaba asustando, ¿desde cuándo hacía eso? Prácticamente desde que lo dejé, me pregunté y me respondí a mí misma.—Nunca imaginé que llegarías con ese tipo, en su c