POV ANDREA¡Oh-por-dios! Mis piernas no respondían. Esto que había sentido es lo máximo, qué manera de hacerme tocar las estrellas. Mi mente estaba nublada aún por el éxtasis. Mis ojos no se abrían, mi respiración seguía agitada, me sentía como una vil esponja.Unos besos en mi abdomen me hicieron reaccionar, levanté mi rostro y me encontré con unos ojos como de felino ante su presa, denotaban pasión y deseo. Hizo un camino de besos hasta mis labios, comenzó a besarme despacito como casi siempre lo hacía, el sabor salado de mi entrepierna extrañamente me prendió, nunca nadie había hecho esto.Pasé una de mis manos por su cabello, despeinándolo, apresándolo para que no se despegara de mis labios. La otra estaba posada en su espalda desnuda, la deslicé ahora a su pecho, podía acariciar cada músculo de su torso. Sabía que cuidaba de su cuerpo, pero era más que perfecto, delineaba cada músculo con mis dedos en un suave toque, se sentían duros, no sé si por el ejercicio o por la tensión s
Un sonido nos despertó a los dos. Pareciera como un golpe sobre la madera, se escuchó al parecer afuera, o no estaba segura. Eran pasadas las dos de la madrugada, esa sensación que venía sintiendo en noches pasadas regresó.Se incorporó y se puso el pantalón así sin ropa interior y avanzó al pasillo. Yo me levanté y tomé su camisa roja a cuadros para cubrirme y salí detrás de él. La casa estaba a oscuras, solo las luces de la calle se colaban por las ventanas.Encendí la luz del pasillo y nos dirigimos a explorar el resto de la casa en silencio. También, encendí la luz de la sala, mientras él hacía lo mismo con la de la cocina. Todo estaba en su lugar, me acerqué a la puerta de entrada, me di cuenta de que olvidé ponerle el seguro.—¿Qué sería lo que se escuchó? —rompió el silencio, asomándose por la ventana que da al patiecito.—No lo sé. Pero he estado despertando casi toda la semana por la noche, probablemente sean los gatos en la calle, que han estado perturbando mi sueño —comenté
POV FABIOPasar la noche con esa mujer es verdaderamente genial. Realmente no sé qué me pasa, me tiene embrujado la condenada. Su manera tierna de ser es lo máximo, pero la manera de estar en la intimidad hace contraste con su personalidad, eso me encanta.Al llegar a mi casa para tomar una ducha e ir al trabajo, fue lo siguiente que hice después de salir de su casa. La extrañaré todo el tiempo que no esté con ella. De verdad me alegro tanto de haber arreglado los horarios para poder tener más tiempo libre.Terminé de arreglarme, me coloqué unos vaqueros y una camiseta tipo polo azul celeste, me dirigí de inmediato al restaurante.Aparqué y fui directo a abrir, ya en la puerta me estaba esperando Eva. Al parecer madrugó, era la única que se encontraba en el lugar.—Buenos días, Fabio —me saludó enérgicamente con una gran sonrisa.—Buen día —respondí inmediatamente, y sin poder evitarlo, mi vista se fue directo a ese pantalón de licra que llevaba. Le quedaba como mantequilla en pan, sa
A eso de las tres de la tarde, Fabio me llamó. Me comentó que debía quedarse un poco más en el restaurante por algunos pendientes que tenía. “Extrañaré su comida” pensé. Pero me invitó a salir más tarde, ahora si disfrutaría de la noche y más a su lado.Quedamos que pasaría por mí a las nueve, sería algo tranquilo, iríamos a un bar en el centro, más tranquilo que el de la otra noche.Busqué algo para comer y después me fui a bañar, para así comenzar a arreglarme para la cita con mi novio. Me encanta estar con Fabio, aunque aún no se iba totalmente la culpa por comenzar algo tan rápido tras lo de Óscar.Emily tenía razón, no fue mi culpa, en primer lugar. Como último recurso yo iba a intentar terminar nuestra relación con la esperanza, de que se diera cuenta de que estaba pidiendo atención a gritos, pero él, con su calentura, lo terminó de echar todo a la mierd@.Tomé un largo baño, el agua tibia caía sobre mi cuerpo, se sentía muy bien. Mis manos pasaban por cada curva de mi anatomía
Pedimos hamburguesas con papas. Cenamos tranquilos, disfrutamos del tiempo, conversando de nuestro día. Aunque, toda la semana hemos estado conviviendo, no me es suficiente el tiempo que paso junto a él. Se está volviendo una necesidad más que otra cosa.—¿Quieres algo de beber? —me preguntó, refiriéndose a alguna bebida alcohólica de la barra, yo aún tenía nauseas de la borrachera anterior.—Creo que no es buena idea, ¿acaso no recuerdas la vez anterior? —le dije con pena.—Es que quiero llevarte borrachita a tu casa nuevamente —sus ojos felinos aparecieron nuevamente, sabía perfectamente a qué se refería y eso me estaba prendiendo demasiado.—No necesitas emborracharme para irnos hasta…. Mi casa —le dije juguetona, respondiéndole a esos ojos de depredador —. Pero una copa está bien, ¿Tequila?Él solo rió por lo bajo. Me dirigí contoneándome coqueta hasta la barra y pedí un par de caballitos de tequila. Me recargué en esta y volteé con una mirada sugestiva hasta donde se encontraba é
POV FABIODesperté y una tonta sonrisa se pintó en mis labios. Recordaba que había tenido toda la noche en mi cama, a la mujer más hermosa de todo el mundo. Al estirar mi brazo para acercarla a mí, solo encontré un espacio vacío.Me senté sobre la cama para ver si estaba en la habitación. Escuché unos pequeños ruidos, salí hasta la cocina, que era de donde provenían. Y ahí estaba ella, solamente con el mandil puesto, sus nalg@s al aire me perturbaban, pero al mismo tiempo me invitaban a tocarlas. Se veía excitantemente bella, pero sobre todo sexy, me acerqué por detrás y la pesqué de repente.Soltó un grito del susto y luego nos echamos a reír —Buenos días, princesa —le dije sugerentemente al oído —¿Por qué escapaste esta mañana? Tenía planes para ti y no estaba incluido ese mandil.—No escape, solo quería regresar el gesto que tuviste conmigo. La primera vez que te quedaste en mi casa, hiciste el desayuno y quiero compensarte. Y si es por el mandil, pues me lo quito si quieres, eso n
Y efectivamente, no habían pasado ni quince minutos cuando escuché a la loquita gritarme. Ni siquiera se molestó en tocar, solo se anunció desde el patio y entró hasta la sala donde yo me encontraba.—Ya vine. Ya estoy aquí. ¡Ya llegó por quien llorabas! —se acercó y me dio un sonoro beso en la mejilla y un abrazo apretado. Amo a esta loca.—Me alegra mucho verte —le devolví cada cariño que me hizo.—¿Qué tienes de comer? ¿No te dejo nada el bombón de mi jefe? —salió disparada a la cocina a buscar algo.—Pues déjame decirte, que hoy no durmió aquí —volvió con un puchero en la cara, parece una cría —. Ni yo.—A ver, ¡cuentaaaa!! ¿Cómo está eso? ¿Cómo que tú tampoco dormiste aquí? Detalles, detalles, necesito detalles —no sé, ni para qué le cuento. No se queda con mi explicación, siempre quiere detalles.Le conté lo de nuestra salida, de que me invitó a su casa y aunque ella quisiera más detalles de la noche, me limité a solo decirle que es el mejor y más maravilloso hombre que he conoc
POV FAVIONo hemos dejado de tener mucho trabajo en estas semanas. Me he tenido que quedar la mayoría de los días, a cubrir por una o dos horas más después de mi turno, aun así, hago espacio para mi princesa, aunque la he notado un poco distante.Estamos en otro fin de semana ajetreado. Es sábado y la gente parece que no cocina los fines de semana, no es queja. Me alegro de haber contratado a Eva porque es muy eficiente, aunque los roces entre ella y Emily continúan.Hoy, en cuanto se miraron se torcieron la boca mutuamente, si no fueran dos adultas en el trabajo, se mirarían hasta tiernas como dos niñas en preescolar. Aunque la verdad no entiendo el porqué de su actitud.—¿Ahora si escribiste bien la orden? —preguntó Eva venenosamente a Em.—Lo supieras, si te hubieras graduado de la primaria —contraatacó de inmediato la fierecilla.—Mejor dedícate a otra cosa, donde sepas exactamente cuál es tu lugar —los ojos de Emily se encendieron al instante. Creí que le saltaría encima en ese p