—Crimen y castigo ¿eh? —una voz me sacó de dentro del libro, para levantar la vista y encontrarme con la oscuridad de la noche, en esos dos ojos que me hipnotizan.—Sí, me ha gustado, una amiga me lo recomendó y ha pasado a ser de mis favoritos, ¿tú lees? —pregunté cuando comencé a guardar mi libro en mi bolsa. —¿Quieres sentarte o ir a otro lugar? —agregué.—Últimamente no mucho, no tengo tiempo, el trabajo es muy absorbente —¡Uy no! otro hombre sumido en el trabajo sin tiempo de nada, pensé y suspiré pesadamente —, bueno, pensándolo mejor, no tenía mucho tiempo. El restaurante tuvo unos pequeños cambios para poder tener algo más de tiempo —. Decía eso, al tiempo que se sentaba a un lado de mi sobre la mantita, era demasiado pequeña, nuestros cuerpos quedaron bastante cerca.La manera tan natural de comportarse, me hacía sentirme bien, que, aunque tenía poco de conocerlo, me sentía tranquila con su presencia.Así pasamos platicando de cosas triviales, el trabajo, los horarios, mi coc
POV FABIOAl entrar en la casa con ella en brazos, solo cerré la puerta con el talón de mi pie izquierdo. Mirarla tan vulnerable y en mis brazos me hacían sentir bastante afortunado, al mirarla pude notar que ya no había esa timidez de la otra noche, al parecer se sentía bien con mi compañía.—¿Dónde te dejo? —le pregunté, al quedarme de pie en la entrada.—En la sala está bien, por favor —contestó amable y desinhibida, eso es buena señal, ya que ahora no trae copas encima.Avancé hasta quedar frente al sillón, la bajé despacio y con cuidado. Solté ligeramente mis manos para incorporarme, pero no pude hacerlo. Sus manos aún seguían aferradas a mi cuello, sus ojos se cruzaron con los míos, de una manera muy sugerente, entendí a la perfección el punto. Sería un estupid0 sí no.Me relajé y subí mis manos a su cintura para poder atraerla un poco hacia mí. Sentía su aliento sobre mi rostro y sus ojos, aun sin dejar de ver los míos. Fueron solo un par de segundos, pero los estaba disfrutand
No había pensado en eso, definitivamente yo quería una relación seria con ella. Quería conocerla más, saber sus gustos y sus miedos, ver más películas como el día de hoy, simplemente lo quería todo.—Seremos lo que tú quieras que seamos, ¿Quieres ir lento? Seamos amigos —le di un fugaz beso en sus labios —solo que los amigos no se besan —. Le guiñé un ojo y me incorporé para irme.—Tal vez no debí preguntar. Pero de verdad necesito saber dónde estoy parada. Perdón —confesó. Me agrada que se sienta libre de ser sincera y aunque ella no lo sabe, entiendo perfectamente a que se refiere.—Está perfecto que lo hayas preguntado. Nunca te limites a preguntar, expresar o pedir cualquier cosa frente a mí —La apreté contra mi pecho y besé su cabeza.Ella sonrió, se le veía feliz, ya no tenía en sus ojos esa nube que al parecer le atormentaba. Justo así, era como quería que ella se sintiera siempre.—¿Necesitas que te llevé a tu habitación? —necesitaba dejarla lo más cómoda posible antes de deja
POV ANDREALlegamos un poco antes de mi entrada a trabajar. Fabio insistió en que un doctor me revisara. Ya me sentía mejor, pero aún sentía dolor y tenía bastante inflamación.Llegamos a recepción, la chica en turno nos dio el buen día y la bienvenida. Le comenté lo que necesitaba e inmediatamente me dio un turno para pasar con el doctor de guardia.Pasamos a las sillas en la sala de espera. Todo el tiempo Fabio me ayudó a caminar ofreciéndome su brazo para sostenerme, nos sentamos y tomó mí mano. Entrelazo sus dedos con los míos, me encanta cada detalle que tiene conmigo, hasta este que para muchos sería insignificante, para mi es mucho.Apreté sus dedos contra los míos y le sonreí contenta. Luego me recargue en su hombro, así estuvimos por un rato, de hecho, el pie comenzaba a doler un poco más. Por fin tocó mi turno de entrar a consulta.Estaba sobre la cama del consultorio, llevaba unos zapatos de tela tipo flats para que no me lastimara el tobillo. Aunque la inflamación ya era m
POV ANDREADespués de que Fabio me dejó en mi casa, llegó Emily. Me reclamó por no decirle antes lo de mi accidente, pero comprendió las razones por lo cual no lo hice. Junto con ella trajo un par de muletas para poder desplazarme por la casa más cómodamente, preparo el almuerzo y lo llevó hasta la sala, creo que esto me está gustando.—Por lo que veo ya hay algo más entre tú y el chefcito, ¿Cierto? Y estoy muy segura de que no me equivoco —soltó mientras yo bebía de mi jugo de naranja, casi me ahogo cuando me lo cuestiono.—Ayer la pasamos muy bien, nos besamos —ella puso cara de incredulidad mientras su mandíbula caía por la sorpresa. Por mi parte, me sorprendió la manera tan natural que lo dije.—¡Qué perra, qué perra, qué perra mi amiga! —gritó junto con una súper carcajada, yo solo me encogí de hombros y sonreí —. Sabía que terminarían en algo, pero ¿solo está eso por contar?—Pues platicamos sobre lo que pasaría después de… tú sabes… ¡No loca, eso no! —interrumpí sus acalorados
Desperté sobresaltada, como si hubiera tenido una pesadilla. Aunque, no recuerdo estar soñando nada. Miré mi reloj de noche y vi que marcaba las 3:47 de la madrugada, quise ir al baño, le atribuí a eso, el hecho de que despertara de esa manera, hice mis necesidades y regresé a mi cama.Pasaron algunos minutos y yo no podía conciliar el sueño. Ya eran las 4:30, me sentía ansiosa, pero no sabía a qué se debía, no sé cuánto más tiempo pasó, hasta que por fin cerré los ojos y caí en un sueño profundo.Así pasaron los días, la rutina era la misma. Emily pasaba temprano para hacer el almuerzo y Fabio llegaba por la tarde a encargarse de la comida. Ya era viernes, mi recuperación estaba casi completa, ya había dejado a un lado las muletas para poder caminar por mí misma. Lo que seguía ocurriendo, era el hecho de despertarme en la madrugada, no tenía hora de hacerlo, simplemente lo hacía.La inflamación había cedido por completo, ya solo era un poquitín de dolor y un moretón que resultó a un
POV ANDREA¡Oh-por-dios! Mis piernas no respondían. Esto que había sentido es lo máximo, qué manera de hacerme tocar las estrellas. Mi mente estaba nublada aún por el éxtasis. Mis ojos no se abrían, mi respiración seguía agitada, me sentía como una vil esponja.Unos besos en mi abdomen me hicieron reaccionar, levanté mi rostro y me encontré con unos ojos como de felino ante su presa, denotaban pasión y deseo. Hizo un camino de besos hasta mis labios, comenzó a besarme despacito como casi siempre lo hacía, el sabor salado de mi entrepierna extrañamente me prendió, nunca nadie había hecho esto.Pasé una de mis manos por su cabello, despeinándolo, apresándolo para que no se despegara de mis labios. La otra estaba posada en su espalda desnuda, la deslicé ahora a su pecho, podía acariciar cada músculo de su torso. Sabía que cuidaba de su cuerpo, pero era más que perfecto, delineaba cada músculo con mis dedos en un suave toque, se sentían duros, no sé si por el ejercicio o por la tensión s
Un sonido nos despertó a los dos. Pareciera como un golpe sobre la madera, se escuchó al parecer afuera, o no estaba segura. Eran pasadas las dos de la madrugada, esa sensación que venía sintiendo en noches pasadas regresó.Se incorporó y se puso el pantalón así sin ropa interior y avanzó al pasillo. Yo me levanté y tomé su camisa roja a cuadros para cubrirme y salí detrás de él. La casa estaba a oscuras, solo las luces de la calle se colaban por las ventanas.Encendí la luz del pasillo y nos dirigimos a explorar el resto de la casa en silencio. También, encendí la luz de la sala, mientras él hacía lo mismo con la de la cocina. Todo estaba en su lugar, me acerqué a la puerta de entrada, me di cuenta de que olvidé ponerle el seguro.—¿Qué sería lo que se escuchó? —rompió el silencio, asomándose por la ventana que da al patiecito.—No lo sé. Pero he estado despertando casi toda la semana por la noche, probablemente sean los gatos en la calle, que han estado perturbando mi sueño —comenté