POV ANDREALlegamos un poco antes de mi entrada a trabajar. Fabio insistió en que un doctor me revisara. Ya me sentía mejor, pero aún sentía dolor y tenía bastante inflamación.Llegamos a recepción, la chica en turno nos dio el buen día y la bienvenida. Le comenté lo que necesitaba e inmediatamente me dio un turno para pasar con el doctor de guardia.Pasamos a las sillas en la sala de espera. Todo el tiempo Fabio me ayudó a caminar ofreciéndome su brazo para sostenerme, nos sentamos y tomó mí mano. Entrelazo sus dedos con los míos, me encanta cada detalle que tiene conmigo, hasta este que para muchos sería insignificante, para mi es mucho.Apreté sus dedos contra los míos y le sonreí contenta. Luego me recargue en su hombro, así estuvimos por un rato, de hecho, el pie comenzaba a doler un poco más. Por fin tocó mi turno de entrar a consulta.Estaba sobre la cama del consultorio, llevaba unos zapatos de tela tipo flats para que no me lastimara el tobillo. Aunque la inflamación ya era m
POV ANDREADespués de que Fabio me dejó en mi casa, llegó Emily. Me reclamó por no decirle antes lo de mi accidente, pero comprendió las razones por lo cual no lo hice. Junto con ella trajo un par de muletas para poder desplazarme por la casa más cómodamente, preparo el almuerzo y lo llevó hasta la sala, creo que esto me está gustando.—Por lo que veo ya hay algo más entre tú y el chefcito, ¿Cierto? Y estoy muy segura de que no me equivoco —soltó mientras yo bebía de mi jugo de naranja, casi me ahogo cuando me lo cuestiono.—Ayer la pasamos muy bien, nos besamos —ella puso cara de incredulidad mientras su mandíbula caía por la sorpresa. Por mi parte, me sorprendió la manera tan natural que lo dije.—¡Qué perra, qué perra, qué perra mi amiga! —gritó junto con una súper carcajada, yo solo me encogí de hombros y sonreí —. Sabía que terminarían en algo, pero ¿solo está eso por contar?—Pues platicamos sobre lo que pasaría después de… tú sabes… ¡No loca, eso no! —interrumpí sus acalorados
Desperté sobresaltada, como si hubiera tenido una pesadilla. Aunque, no recuerdo estar soñando nada. Miré mi reloj de noche y vi que marcaba las 3:47 de la madrugada, quise ir al baño, le atribuí a eso, el hecho de que despertara de esa manera, hice mis necesidades y regresé a mi cama.Pasaron algunos minutos y yo no podía conciliar el sueño. Ya eran las 4:30, me sentía ansiosa, pero no sabía a qué se debía, no sé cuánto más tiempo pasó, hasta que por fin cerré los ojos y caí en un sueño profundo.Así pasaron los días, la rutina era la misma. Emily pasaba temprano para hacer el almuerzo y Fabio llegaba por la tarde a encargarse de la comida. Ya era viernes, mi recuperación estaba casi completa, ya había dejado a un lado las muletas para poder caminar por mí misma. Lo que seguía ocurriendo, era el hecho de despertarme en la madrugada, no tenía hora de hacerlo, simplemente lo hacía.La inflamación había cedido por completo, ya solo era un poquitín de dolor y un moretón que resultó a un
POV ANDREA¡Oh-por-dios! Mis piernas no respondían. Esto que había sentido es lo máximo, qué manera de hacerme tocar las estrellas. Mi mente estaba nublada aún por el éxtasis. Mis ojos no se abrían, mi respiración seguía agitada, me sentía como una vil esponja.Unos besos en mi abdomen me hicieron reaccionar, levanté mi rostro y me encontré con unos ojos como de felino ante su presa, denotaban pasión y deseo. Hizo un camino de besos hasta mis labios, comenzó a besarme despacito como casi siempre lo hacía, el sabor salado de mi entrepierna extrañamente me prendió, nunca nadie había hecho esto.Pasé una de mis manos por su cabello, despeinándolo, apresándolo para que no se despegara de mis labios. La otra estaba posada en su espalda desnuda, la deslicé ahora a su pecho, podía acariciar cada músculo de su torso. Sabía que cuidaba de su cuerpo, pero era más que perfecto, delineaba cada músculo con mis dedos en un suave toque, se sentían duros, no sé si por el ejercicio o por la tensión s
Un sonido nos despertó a los dos. Pareciera como un golpe sobre la madera, se escuchó al parecer afuera, o no estaba segura. Eran pasadas las dos de la madrugada, esa sensación que venía sintiendo en noches pasadas regresó.Se incorporó y se puso el pantalón así sin ropa interior y avanzó al pasillo. Yo me levanté y tomé su camisa roja a cuadros para cubrirme y salí detrás de él. La casa estaba a oscuras, solo las luces de la calle se colaban por las ventanas.Encendí la luz del pasillo y nos dirigimos a explorar el resto de la casa en silencio. También, encendí la luz de la sala, mientras él hacía lo mismo con la de la cocina. Todo estaba en su lugar, me acerqué a la puerta de entrada, me di cuenta de que olvidé ponerle el seguro.—¿Qué sería lo que se escuchó? —rompió el silencio, asomándose por la ventana que da al patiecito.—No lo sé. Pero he estado despertando casi toda la semana por la noche, probablemente sean los gatos en la calle, que han estado perturbando mi sueño —comenté
POV FABIOPasar la noche con esa mujer es verdaderamente genial. Realmente no sé qué me pasa, me tiene embrujado la condenada. Su manera tierna de ser es lo máximo, pero la manera de estar en la intimidad hace contraste con su personalidad, eso me encanta.Al llegar a mi casa para tomar una ducha e ir al trabajo, fue lo siguiente que hice después de salir de su casa. La extrañaré todo el tiempo que no esté con ella. De verdad me alegro tanto de haber arreglado los horarios para poder tener más tiempo libre.Terminé de arreglarme, me coloqué unos vaqueros y una camiseta tipo polo azul celeste, me dirigí de inmediato al restaurante.Aparqué y fui directo a abrir, ya en la puerta me estaba esperando Eva. Al parecer madrugó, era la única que se encontraba en el lugar.—Buenos días, Fabio —me saludó enérgicamente con una gran sonrisa.—Buen día —respondí inmediatamente, y sin poder evitarlo, mi vista se fue directo a ese pantalón de licra que llevaba. Le quedaba como mantequilla en pan, sa
A eso de las tres de la tarde, Fabio me llamó. Me comentó que debía quedarse un poco más en el restaurante por algunos pendientes que tenía. “Extrañaré su comida” pensé. Pero me invitó a salir más tarde, ahora si disfrutaría de la noche y más a su lado.Quedamos que pasaría por mí a las nueve, sería algo tranquilo, iríamos a un bar en el centro, más tranquilo que el de la otra noche.Busqué algo para comer y después me fui a bañar, para así comenzar a arreglarme para la cita con mi novio. Me encanta estar con Fabio, aunque aún no se iba totalmente la culpa por comenzar algo tan rápido tras lo de Óscar.Emily tenía razón, no fue mi culpa, en primer lugar. Como último recurso yo iba a intentar terminar nuestra relación con la esperanza, de que se diera cuenta de que estaba pidiendo atención a gritos, pero él, con su calentura, lo terminó de echar todo a la mierd@.Tomé un largo baño, el agua tibia caía sobre mi cuerpo, se sentía muy bien. Mis manos pasaban por cada curva de mi anatomía
Pedimos hamburguesas con papas. Cenamos tranquilos, disfrutamos del tiempo, conversando de nuestro día. Aunque, toda la semana hemos estado conviviendo, no me es suficiente el tiempo que paso junto a él. Se está volviendo una necesidad más que otra cosa.—¿Quieres algo de beber? —me preguntó, refiriéndose a alguna bebida alcohólica de la barra, yo aún tenía nauseas de la borrachera anterior.—Creo que no es buena idea, ¿acaso no recuerdas la vez anterior? —le dije con pena.—Es que quiero llevarte borrachita a tu casa nuevamente —sus ojos felinos aparecieron nuevamente, sabía perfectamente a qué se refería y eso me estaba prendiendo demasiado.—No necesitas emborracharme para irnos hasta…. Mi casa —le dije juguetona, respondiéndole a esos ojos de depredador —. Pero una copa está bien, ¿Tequila?Él solo rió por lo bajo. Me dirigí contoneándome coqueta hasta la barra y pedí un par de caballitos de tequila. Me recargué en esta y volteé con una mirada sugestiva hasta donde se encontraba é