—Ahórrate tus palabras, no puedes venir aquí sin antes no llamar —mi lado frío sale a relucir, mostrando mi verdadera personalidad—, y tú Norma, no comprendo cuál es tu molestia, me cuesta entenderte.—Eso piensas —cabecea entre sí—, crees que es normal que de la noche a la mañana tengas a uno que otro hombre en nuestro apartamento, ¿dime quiénes son ellos?—¿Te están amenazando? —enarco una ceja, no puedo evitar sacar lo peor de mí, no la estoy tratando, pero si la estoy enfrentando—, puedes darme un momento con él—propongo.El novio se interpone entre nosotras, y sin prevenirlo, él se pone de mi parte diciéndole que es mi vida personal, y que tengo el derecho de que me dé espacio.—Pero…—Vamos, la puedes esperar en la cocina o en su habitación, amor, tenemos que darle su espacio, ella te lo ha dado a ti —concuerdo con las palabras de él y le agradezco porque presentí que las cosas se iban a salir de control.—Amor, ella me…—¿Qué quieres escuchar? —me cruzo de brazos—, lo único que
—Por favor, no me gusta este silencio, lo siento, mis celos hicieron que cometiera la locura más estúpida, crucé los límites —abro mis ojos, puedo ver como se orilla para detenerse—... Olivia, tu amiga está en peligro, ellos saben tu ubicación, por favor, no te molestas conmigo, no trato de ser el héroe del cuento.—Ya, eso ya pasó, no se puede retroceder el tiempo, pero si mejorarlo y por eso te pediré que me tengas informada de todo, también de los cambios.Mis intenciones son que él entienda que no me gusta trabajar a ciegas, el equipo es lo primordial y el amo es el primero que tiene que mover sus cartas para proteger a mi amiga y no permitir que mis armas sean de baja calidad.***—Nena, hemos llegado —mis ojos se abren de par en par, volteo a ver hacia la venta y me descoloco al ver que estamos en la playa, ¿qué hacemos en la playa?Quiero entender a este hombre, hace un par de horas atrás llegó a mi apartamento y ahora me trae de vacaciones. Yo no quiero esto, se supone que est
***—Mierda, nos tenemos que levantar, parece que alguien está llegando —doy un pequeño respingo al escuchar un auto acercarse—. Todo estuvo fantástico, pero la fiesta ha acabado—salgo del sofá como un relámpago.No puede ser que me haya quedado dormida, este hombre tiene algo, sí, ese tremendo miembro que me ha dejado un poco adolorida. Ah, ese que me ha partido en dos y no me importa sentir el dolor en mi entrepierna, pero si duele es porque ese animal valió la pena hasta hacerme gritar como una puta loca.No cambiaría al ruso por nada del mundo o por el momento cuando me canse de él.—No importa, que de una vez se enteren de que somos pareja—aclara su garganta—, recuerda que el infeliz ese quiere algo contigo, no lo niegues porque escuché los audios de mi apartamento—ah, lo tuvo que mencionar.Dejé de buscar la pijama y mi ropa interior para verle el rostro. Lo que está diciendo es verdad, pero no pienso rendirme y quedarme con las manos cruzadas porque eso sería una estúpida perde
(...)La despedida entre Oliver y yo fue un poco incómoda, quiero decir “dolorosa”, él se ha quedado devastado pensando en todo lo que haré para que el plan tenga éxito. Saliendo de esa casa, Esther me ha llevado a mi nuevo apartamento, ese que viviré con ella temporalmente.Ella no pierde el tiempo y me pone al tanto de lo que debo hacer y como debo actuar cuando de un paso dentro de la empresa de Noah. Ser la segunda secretaria de Noah es algo inusual, pero no imposible, ya que se puede justificar diciendo que hay mucho trabajo que hacer o hay áreas que están siendo abandonadas.La chica me ha proporcionado ropa, todo lo que una mujer necesita, al parecer sabe de mis gustos y eso me agrada, en confianza y confianza le pregunto que se siente trabajar con una mujer que es impredecible. Ella sonríe y me dice que es un placer y que de ambas aprendemos lo que una y la otra puede hacer.Me agrada, ahora que me muestra un poco de ella me ha dicho que se pintará el cabello en negro y yo deb
***El tiempo ha pasado a mi favor, saliendo del apartamento, logré agarrar un taxi, ese que me llevó hasta la empresa del insoportable de Noah. Es en la misma ciudad, solo que ahora me queda un poco lejos del centro de Auckland.En todo el camino del apartamento a la empresa estuve maquinando un poco de lo que diré, aunque tengo los documentos, no sé lo que pueda suceder cuando él me vea.Como toda una mujer valiente salí de ese auto y con la frente en alto me adentré al enorme edificio; la empresa textilera de Noah. El señor que se encarga de la seguridad del edificio me pregunta que es lo que necesito, mi respuesta lo descoloca. Sin embargo, no me deja ahí, me pide los documentos para confirmar mi identidad, nervioso me dice que todo es un requisito que se pide a todo aquel que entra y sale. Asentí y colabore sin ánimos de discutir, luego de que él confirmara mi identidad me dice que pase y que recepción me ayude o pueda preguntar.Le agradezco por la amabilidad para luego entrar,
¡Qué maldito cabrón! ¿Qué se cree para hablarle así a una mujer?La rubia alisa su vestido y arregla su cabello, para luego desaparecer ante la mirada de nosotros. Siento lástima por ella porque eso me confirma que es más que una quita calentura.—¿No te llenó las expectativas? —¡Y ahí estoy yo! Siempre metiendo la pata.—No me jodas, y mejor dime qué es lo que haces aquí, ¿qué quieres? Cómo es eso que eres mi secretaria —esperando que la rubia desaparezca, el hombre explota.—El amo —contraataco, al mismo tiempo encojo mis hombros—, mejor dicho, en esta vida todo se paga.—¿Qué? Quieres vengarte de mí —levanta una ceja—, maldita sea, esta no es forma de querer vengarte de mí, te has visto al espejo, pareces una mujer importante y no una simple secretaria—me señala con el dedo moviéndolo de arriba hacia abajo.***Han pasado las horas y la furia de Noah no ha cesado, antes de que explotara junto con él tomé asiento y sin poder evitarlo agarre mi nuevo móvil y empece a ver noticias irr
Se aparta de mis labios y me mira con fijeza mientras respira con dificultad, con los ojos oscuros cargados de ansias y lujuria.—Espero que hayas usado condón con la rubia que se ha ido.—¿Celosa? —se inclina y me besa, me acaricia suavemente la lengua con la suya, mueve las caderas y hace que me tense para aliviar el ardor que siento entre las piernas—. Te encanta jugar con fuego, no soy nadie para negarlo—estamos cara a cara, declaró con un golpe de cadera.Le rodeó los hombros con los brazos y le beso los labios húmedos y exuberantes. Es mi manera de decirle que acepto, aunque el día de mañana me esté arrepintiendo.—¿Será posible? —lo provoco.—Te lo demostraré —lo dice en un tono sexual tremendamente serio—, y no te arrepentirás—me pone de pie en el suelo y me da vueltas para bajarme la cremallera de mi fino vestido.Me quita el sujetador y lo tira a un lado, de la misma forma me quita el vestido y lo lanza hasta quedarme con mis bragas diminutas y los tacones puestos. Se inclin
No voy a negar que Noah tiene el cuerpo de un atleta, bonito y de una fuerza contundente.Mientras lo miro, me doy cuenta de las ganas extrañas que tengo de tocarlo de nuevo. No por complacerlo o porque sea lo que espera de mí, sino porque me apetece. Quiero saber cómo es tocar sus músculos con la yema de los dedos, si su piel bronceada es lisa o áspera. Quiero lamerle el cuello, colocar la lengua en el hueco por encima de su clavícula y descubrir cómo sabe esa piel de aspecto cálido.No tiene sentido, pero lo deseo. Lo deseo a pesar de estar dolorida por su pene duro e incluso sabiendo que esto solo es una misión y nada más.Apenas respiro cuando lo tengo al lado, se detiene y se pone en cuclillas.Mi respiración se acelera de nuevo, el calor surge a través de mi cuerpo mientras presiona un beso en mis pliegues cerrados, sus labios suaves y dulces.Apenas ejerce presión sobre mi clítoris, pero soy tan sensible a causa de mis orgasmos anteriores que incluso ese toque ligero me vuelve