***El tiempo ha pasado a mi favor, saliendo del apartamento, logré agarrar un taxi, ese que me llevó hasta la empresa del insoportable de Noah. Es en la misma ciudad, solo que ahora me queda un poco lejos del centro de Auckland.En todo el camino del apartamento a la empresa estuve maquinando un poco de lo que diré, aunque tengo los documentos, no sé lo que pueda suceder cuando él me vea.Como toda una mujer valiente salí de ese auto y con la frente en alto me adentré al enorme edificio; la empresa textilera de Noah. El señor que se encarga de la seguridad del edificio me pregunta que es lo que necesito, mi respuesta lo descoloca. Sin embargo, no me deja ahí, me pide los documentos para confirmar mi identidad, nervioso me dice que todo es un requisito que se pide a todo aquel que entra y sale. Asentí y colabore sin ánimos de discutir, luego de que él confirmara mi identidad me dice que pase y que recepción me ayude o pueda preguntar.Le agradezco por la amabilidad para luego entrar,
¡Qué maldito cabrón! ¿Qué se cree para hablarle así a una mujer?La rubia alisa su vestido y arregla su cabello, para luego desaparecer ante la mirada de nosotros. Siento lástima por ella porque eso me confirma que es más que una quita calentura.—¿No te llenó las expectativas? —¡Y ahí estoy yo! Siempre metiendo la pata.—No me jodas, y mejor dime qué es lo que haces aquí, ¿qué quieres? Cómo es eso que eres mi secretaria —esperando que la rubia desaparezca, el hombre explota.—El amo —contraataco, al mismo tiempo encojo mis hombros—, mejor dicho, en esta vida todo se paga.—¿Qué? Quieres vengarte de mí —levanta una ceja—, maldita sea, esta no es forma de querer vengarte de mí, te has visto al espejo, pareces una mujer importante y no una simple secretaria—me señala con el dedo moviéndolo de arriba hacia abajo.***Han pasado las horas y la furia de Noah no ha cesado, antes de que explotara junto con él tomé asiento y sin poder evitarlo agarre mi nuevo móvil y empece a ver noticias irr
Se aparta de mis labios y me mira con fijeza mientras respira con dificultad, con los ojos oscuros cargados de ansias y lujuria.—Espero que hayas usado condón con la rubia que se ha ido.—¿Celosa? —se inclina y me besa, me acaricia suavemente la lengua con la suya, mueve las caderas y hace que me tense para aliviar el ardor que siento entre las piernas—. Te encanta jugar con fuego, no soy nadie para negarlo—estamos cara a cara, declaró con un golpe de cadera.Le rodeó los hombros con los brazos y le beso los labios húmedos y exuberantes. Es mi manera de decirle que acepto, aunque el día de mañana me esté arrepintiendo.—¿Será posible? —lo provoco.—Te lo demostraré —lo dice en un tono sexual tremendamente serio—, y no te arrepentirás—me pone de pie en el suelo y me da vueltas para bajarme la cremallera de mi fino vestido.Me quita el sujetador y lo tira a un lado, de la misma forma me quita el vestido y lo lanza hasta quedarme con mis bragas diminutas y los tacones puestos. Se inclin
No voy a negar que Noah tiene el cuerpo de un atleta, bonito y de una fuerza contundente.Mientras lo miro, me doy cuenta de las ganas extrañas que tengo de tocarlo de nuevo. No por complacerlo o porque sea lo que espera de mí, sino porque me apetece. Quiero saber cómo es tocar sus músculos con la yema de los dedos, si su piel bronceada es lisa o áspera. Quiero lamerle el cuello, colocar la lengua en el hueco por encima de su clavícula y descubrir cómo sabe esa piel de aspecto cálido.No tiene sentido, pero lo deseo. Lo deseo a pesar de estar dolorida por su pene duro e incluso sabiendo que esto solo es una misión y nada más.Apenas respiro cuando lo tengo al lado, se detiene y se pone en cuclillas.Mi respiración se acelera de nuevo, el calor surge a través de mi cuerpo mientras presiona un beso en mis pliegues cerrados, sus labios suaves y dulces.Apenas ejerce presión sobre mi clítoris, pero soy tan sensible a causa de mis orgasmos anteriores que incluso ese toque ligero me vuelve
Mi respiración se acelera cada vez más, como si pareciera que estuviera compitiendo en un gran maratón. Uno, dos, tres… ¡Lista! Me recojo el cabello, y me apresuro a ponerme la ropa.No sé cuanto tiempo me he llevado dentro del tocador, pero de que salí de ahí salí, y lo primero que hice fue correr tras Noah y decirle en un susurro que debemos de irnos porque la persona que me quiere muerta e igual a él está enterada de que estoy aquí y de que ambos trabajamos juntos.No quise gritarle porque todavía no es momento, por ahora tengo que salvar mi pellejo, tengo que sobrevivir.Esto parece una escena sacada de una película de acción.Él no deja de parpadear y yo le suelto un puño cerrado en su pecho, no tengo tiempo de lidiar con este tipo de cosas, no puedo esperar que alguien suba y nos mate a los dos. Él tose y me dice que tenemos que salir, pero, por otro lado, que lo más seguro es que ya estén subiendo por el ascensor.Me señala la otra puerta que según él nos dirige a la otra ofici
—¿Ahora quién es el celoso? —hable con sarcasmo—… Ahora suéltame, y escucha bien lo que te voy a decir—repetí las mismas palabras—, tú no eres nadie para darme órdenes y menos para adueñarte de lo que me pertenece, Oliver es mi novio y ni te atrevas a decirle que estuve contigo porque te cortara los pocos huevos que tienes.¡Toma puto! Ahora tú eres el celoso, cómo se siente cuando te dan una cucharada de tu propia medicina.Lo he dejado con la boca, además yo le advertí que conmigo no se debe meter y sí él me busca siempre me encontrará. Me logró zafar de su brazo y termino de poner la bendita llave para abrir la puerta.***Noah***Que vida la mía, sentado ahorcajadas en el sillón, con un vaso de vodka, mientras qué fuera de estas paredes hay infinidades de adversidades irremediables para ellos, pero para mí será un remedio completo si los extermino como ratas, bueno, ese no era mi trabajo, pero ahora que se han encargado de involucrarme creo que no me podré quedar con los brazos cru
***Olivia***Estoy afanada tomando esta rica sopa, mmmm… ¡Qué sabroso! Quien diría que el egocéntrico de Noah pensaría en mí, tan siquiera un poquito. Él es un Adonis sin remedio, pero me propuso educarlo y enseñarle como se trata a una mujer.¿Quién será ese amigo? Tengo la curiosidad de ir a averiguar, me pican los pies y los oídos por ir a curiosear, mis pies de caminar y mis oídos de escuchar. ¿Voy o no voy? Naaa… Mejor me quedo a disfrutar de esta rica comida. Y me espero aquí, quietita, hasta que esté mal educado, me presente con su amigo.Aaaahh… Me siento excesivamente aburrida, creo que me hace falta pelear con Noah y eso que él bota la gorra fácilmente igual que yo. Ja, ja, ja, somos el dúo dinamita.Me levanto, y decidí provocar la paz exterior e interior de Rafael. Me encamino sigilosamente hacia la sala, sin que nadie pueda escuchar mis pasos. Mis pies obedecen mi orden y cada paso que doy es un paso atormentador para mis pies, ya que mi orden es que no nos descubren.—Po
(...)Finalmente, la salida que utilizó con el amigo de Noah se ha cancelado porque al hombre no se le ha dado la gana de quedarse. Su excusa es porque seguimos en peligro y que en el lugar donde estaremos será permanente, todo mientras las cosas se solucionan.No pude negarme, él sabe lo que hace y la verdad que este lugar no me gusta para quedarme una noche, así que fui una de las primeras en salir de la habitación. Al salir del hotelucho nos despedimos del amigo y antes que el tiempo nos comiera nos apresuramos al auto, no pregunté dónde íbamos, solo me dediqué a cerrar los ojos y pensar que es lo que pasaría con mi vida.En todo el camino un silencio embriagador nos cubrió hasta el punto de no sentir el tiempo de todo el camino. Aunque debí grabarme el camino del hotel hasta el sitio donde me lleva.Luego de horas de camino le pregunto si tiene intenciones de detenerse o ya estamos cerca del sitio. Él me respondió que lo más probable es que lleguemos en la mañana, ya que hemos sal