Celeste miraba a la mujer que sonreía en dirección a sus hijos. Ambas estaban sentadas en la terraza trasera de la casa del alfa, y en el patio jugaba los dos cachorros hijos de este, junto con el suyo propio.-Te ves hoy mucho más feliz que otros días- le dijo Celeste sintiendo alivio por ella.Fue entonces que Xana se dio cuenta de la expresión que tenía en su rostro. Aunque Celeste no mentía. Ese día al menos hasta el momento estaba yendo mejor de lo que esperaba dado que estaba sola con sus hijos. A pesar del despertar medio traumático para los tres, los cachorros habían desayunado sin problema, aunque ella lo que más recordaba era haber podido cargar a Nill.El pequeño se sentía tan suavecito, esponjocito, tan calentito, olía a leche… su corazón se había enternecido.Tras esto no habían protestado… mucho para seguir la estricta rutina que tenían y que Xana también siguió asistiendo incluso a sus clases, y aunque tras almorzar no había encontrado de nuevo a Lilya, Celeste había tr
Por su parte ella, Xana estaba intentando esconder las ganas de reírse. Es que aquella escena era realmente cómica, mientras Nill parecía un algodón de azúcar de ternura, su hermano tenía tantos cambios de humor en un momento por lo sensible que era que sacaba una sonrisa. Eran tan contrastantes, pero se notaba que cada uno estaba muy pegado al otro.Quizás Sibyl no se había dado cuenta, pero más que ser dominante con su hermano era súper mega protector con él, como si cualquier cosa pudiera quebrar al menor por eso se comportaba así. Mientras Nill, aunque tenía su carácter y lograba con sus ojos de cachorro lo que quería… no dejaba el lado de SibylXana se sentó en la cama y abrió el libro buscando uno de los cuentos hasta que encontró uno en la quinta página que tenía incluso dibujos. Lo alzó y se los mostró.-¿quieres que te lea este?- le preguntó a Nill donde incluso Sibyl miró.-Los conejos son feos- dijo él último- aunque saben rico. Pero no quiero oír de ellos.Una gota de sudo
Mmmm, mmmmXana protestaba soltando sonidos de su garganta mientras golpeaba sin mucha fuerza la espalda del alfa que no soltaba su boca. La lengua de él invadía con ansias su cavidad y casi parecía que la quería devorar. Todo había sido tan rápido desde que ella había aceptado que le diera un beso a agarrarla por los muslos, alzarla contra él, darse la vuelta para pegarle la espalda contra el árbol y presionarla allí, hasta casi le estaba haciendo perder la cabeza.-Espera… - Xana apenas pudo decir cuando White le soltó los labios para que ella tomara una profunda respiración y se quedara jadeando.El alfa sonrió ligeramente y le besó la mejilla.-Ah, quiero volver, esto no es suficiente- bajó su boca para atrapar la de ella, pero Xana reaccionó y se la cubrió con la mano. Él solo bufó. Y le besó la palma- Bueno, al menos quedo un pcoo satisfecho. Me tengo que ir ahora- dijo acariciando la mano de ella con su aliento.-¿Ir?- tras esto la mano que cubría los labios de él cubrió la de
Xana estaba sentada en la terraza mirando a lo lejos, completamente aburrida. Un largo suspiro salió de sus labios. Debía encontrar que hacer para no sentirse así.Esa tarde, después del almuerzo los cachorros ya no la habían acompañado. Lilya esta vez sí estaba en su casa y pues ellos… fueron a jugar con ella.¿Le gustaba la idea?No, para nada, pero prohibirles así de golpe que no fueran a verla cuando ella era la que había estado a su lado desde que ellos tenían memoria pues sería un serio problema. Ya bastante con que el alfa ya no le permitía a ella compartir el tiempo en la mesa o dentro de la casa.Ver el rostro de alegría de los cachorros cuando la veían era realmente doloroso.-Debo ser fuerte- se repetía Xana una y otra vez. Sin embargo, dolía.-Xana- escuhcó la voz de Celeste que se acercaba a ella después de volver de la tienda- ¿y los cachorros?Xana la miró por encima del hombro y sonrió levemente.-Ellos fueron a jugar con Lilya.Al momento el rostro de Celeste se torci
Sus pasos eran lentos, y cada vez más pesados. Los mareos se volvieron constantes, y aunque la distancia no era precisamente larga sentía que esta se extendía cada vez más. Tuvo que detenerse a la mitad a tomar un respiro.-¿pero qué me está pasando?- jadeó con el cuerpo más caliente que antes- En la mañana estaba bien- se palpó la frente.No estaba sudando, pero si su temperatura corporal era un poco más alta de lo normal, le dolía la cabeza, y su estómago estaba algo revuelto, con razón no había comido tanto a la hora de cenar.-Solo tengo que descansar- se dijo para sí misma. No solía enfermarse mucho, su salud era bastante buena.Se forzó a llegar a la habitación y sin poderse cambiar de ropa se dejó caer en la cama. Al momento fue como si un calor acogedor la envolviera. Ese olor familiar. White podía haberse ido, pero había dejado tantas feromonas rociadas por todos lados que estas aún danzaban e impregnaban las sábanas.Se hizo un ovillo en el medio de la cama y estiró la mano
-AAAAAHHH- un grito desgarrador inundó toda la habitación.-Puja, tu puedes- una voz femenina dio aliento.-Duele- otra respondía en medio de jadeos y llanto para después gritar de nuevo.El vientre abultado se movía de un lado a otro de forma anormal casi como queriendo desgarrar la piel desde adentro. La mujer estaba empapada en sudor junto a su cabello dorado todo pegado a su frente, su piel erizada por completo, la sábana debajo de ella manchada de sangre, y aun así no había atisbo de esperanza que diera a luz. Y es que era natural… lo que llevaba adentro no era un bebé humano.Jadeó con fuerza con las lágrimas empañando su vista e intentó mover sus manos de forma forzosa, pero estas se encontraban amarradas tan reciamente que sus muñecas tenían un halo rojo y las sogas que la aguantaban tenían rastros de sangre.-Ahhhhhh- Xana gritó para después apretar sus labios, llorar y gritar no la sacaría de ese momento tan tortuoso. Se concentró y respiró profundo a pesar de las olas de do
La prioridad eran sus cachorros, esos que gemían en la pequeña cesta en sus brazos envueltos en un paño para que no le diera el aire frío.Xana corría sin mirar atrás a pesar del dolor desgarrador de su interior. Después de haber dado a luz normalmente debería descansar, dormir, amamantar… bueno a sus hijos que en este caso no eran humanos sino dos pequeños cachorros de lobo, en cambio atravesaba el bosque huyendo de su pueblo que solo quería matar a sus hijos, hijos que habían sido concebidos debido a ellos mismos. Ahora querían limpiarse las manos.Ah, estaba tan agotada de todo, desde niña siempre había sido así, su destino siempre dependiendo de los demás, y solo cuando recibió un poco de afecto aún si era ilusorio en los brazos de aquel… lobo, estimulado por el celo había sentido que su vida podría terminar tranquila, pero no… ahora estaba allí corriendo con tal de salir de aquel lugar, poner a salvo a sus hijos y no ser atrapada.Xana no supo cuando tiempo corrió, pero tuvo que
Debía estar cerca. Era lo que se repetía Xana una y otra vez con cada paso que daba. Su cuerpo estaba llegando al límite y realmente deseaba descansar, pero eso era un lujo que no podía darse, sobre todo cuando sus cachorros dependían de ella. Al menos ya había dejado de sangrar, pero necesitaría una limpieza urgente en cuanto encontrara agua.Escuchaba un río cerca y eso le hizo palpitar su pecho. Sabía la geografía de la zona debido a sus aventuras cuando era joven y este era el límite entre el territorio humano y el de los lobos, una vez cruzara este estaría a salvo y más cerca del padre de sus hijos.Y necesitaba que fuera pronto. Sus pies se arrastraban por la tierra debido a la falta de comida y agua después de dos días y medio caminando y además alimentando a sus crías. Si a eso le sumaba que acababa de dar a luz y de la hemorragia que le siguió, solo su voluntad de madre la mantenía en pie.Avanzó con la esperanza de llegar al territorio lobuno. Desde tiempos que ella ni siqui