Xana sabía que si salía corriendo en ese preciso momento escaparía de todo aquello. No tendría que casarse, podría ser libre sin la preocupación de tener que compartir tanto su cama como vida al lado de un hombre al que no quería, pero eso traería consecuencias. No era que le importase mucho donde viviría después… podría buscar otro pueblo o vivir en alguna de las muchas cuevas de la zona y comer lo que cazara, había sido muy bien entrenada para ello. Sin embargo, si simplemente vacilaba lo más seguro era que la vida de Ans se viera afectada y hasta muriera en el proceso.Y él no debería morir por su culpa. El cazador la había ayudado mucho desde pequeña, casi había sido un padre, mucho mejor que el suyo biológico… entonces, no podía simplemente hacer de la vista gorda y dejar todo detrás.Otra lágrima escapó de su ojo que no pudo ser vista debajo de su velo. Podía escuchar los comentarios a su alrededor de los aldeanos que la miraban preguntándose porque no seguía. A todos se les hab
Xana sentía que su cuerpo se movía de un lado a otro, sobre una superficie algo dura. Iba sentada y su cabeza se golpeaba a cada rato como si donde estuviese fuera inestable. Lentamente abrió los ojos donde sus párpados pesaban y apenas podía hablar. Su garganta estaba sumamente seca.Estaba mareada y su cabeza dolía y no era más. Había reconocido el olor en cuando había sido puesto en su nariz. Su hermana, Aurora, la había drogado y ella sabía bien cuál era la intención. Después de todo ella era la que sería enviada como sacrificio a los lobos.Y las cosas no se quedarían así.Y Xana la conocía bastante bien para saber qué haría aquello. Intercambiar sus lugares. Y prueba de ello era el cambio de ropa, ahora ya no tenía los ropajes rojos, sino un vestido de tela blanco largo y mangas hasta las muñecas que tenía amarradas en su regazo, y un velo blanco que a diferencia del rojo que cubría su rostro de su esposo, este lo ocultaría de su verdugo. Quiso reír. En otro momento no le hubier
Su cuerpo se sentía caliente, tanto que lo estaba quemando de adentro para afuera y lo enloquecía. White odiaba cuando le veía el celo. Su cuerpo era un horno el cual no podía apagar o encontrar alivio, sobre todo porque lo pasaba solo. Y sabía muy bien las consecuencias de pasarlo con una loba. Lo más seguro era que terminara muerta dada la intensidad de su celo.Y este se había hecho más fuerte después de… después de conocerla. Tuvo sus sospechas al inicio. Su cachorra humana olía demasiado bien. Había sido así desde la primera vez que la había conocido. Normalmente no hubiera mostrado interés en un humano, si podía mantener distancia de ellos mejor, aun si permitía que los tributos vivieran en su manada, pero nunca pensó que…En su momento lo negó, debía haber sido una equivocación, aunque nunca se había comportado tan familiar con un cachorro humano, y lo que vino después fue una mezcla de sucesos que lejos de desagradarle, le gustaban, sobre todo en su segundo encuentro, allí don
Xana se sintió asfixiada. Primero el lobo la estaba rodeando de lo que parecían feromonas que la engatusaban y la mantenían en un estado excitado aún si era en contra de su voluntad, porque realmente no tenía forma de justificar la forma en que su cuerpo se estaba comportando. Antes no le había importado nada de lo relacionado con el sexo, y de buenas a primeras se encontraba húmeda y con su interior palpitante por un lobo extraño que solo había visto tres veces en su vida incluyendo esta.Y sí, eso había sido antes, ahora la razón por la que sentía que perdía el aire era porque el brazo de ese mismo lobo le rodeaba la cintura tan fuerte apretándola contra su cuerpo que realmente sintió que se la quebraría. Incluso soltó un quejido de dolor y golpeó el pecho de él con su puño en vano, porque él no le prestó atención.El rostro desfigurado de aquel hombre, con los ojos dorados muy brillantes, el ceño muy fruncido y sus colmillos completamente desenfundados estaban en dirección a los re
-Aaaahhhh-Xana no pudo evitar el grito que salió de su boca mientras caía sin poder evitarlo, no podía aferrarse a nada y estaba tan oscuro allá abajo que ni siquiera con sus sentidos podría saber que tan profundo era.De repente algo la rodeó por la cintura y evitó que cayera quedando colgada, aunque sentía que su alma se desprendía de su cuerpo del susto. Apenas si tuvo fuerzas para protestar. Temblaba de pies a cabeza. Como que morir así sin más si asustaba realmente.Entonces se abofeteó mentalmente para reconocer la presión alrededor de su cintura que la fue alzando hasta ponerla en una posición derecha en el borde del barranco, pero estando a salvo… si a eso se le podía llamar a salvo.Su corazón latía fuerte en su pecho tras sentir aquel calor familiar en su espalda y no solo eso, sino lo caliente y húmedo que recorrió su nuca, allí donde estaba la cicatriz de dientes.-Espera, espera- ella intentó agitarse, pero al notar lo cerca que estaba del barranco se estremeció y tragó e
White llevó a su pareja aún más adentro de la cueva, justo la zona donde se hacía un claro y estaba más iluminado por los cristales. En medio había un pequeño estanque del manantial y las rocas allí eran suaves. Era el mejor lugar para que su pareja descansara y su unión se llevara a cabo.A pesar de su celo tenía una leve constancia de conciencia que había aparecido en el momento que la había olido. Su cuerpo la reclamaba como lobo hambriento y deseoso, pero gracias a su fuerza de voluntad no había terminado de follarla minutos atrás. Porque eso era lo que más deseaba.Jadeó con solo la idea y la apretó más contra él al detenerse en una zona relativamente cómoda. Las rocas eran más lisas y no cortarían la piel de ella. Odiaba lo débiles que podían ser los humanos. Y aún se preguntaba porque su mate era precisamente una humana tan pequeña, joven y delicada que podría cortarle la garganta con sus garras si lo quisiera. Eso sí, tendría que domarla. Tenía una lengua suelta y afilada que
Decir que estaba adolorida como si la hubieran molido a golpes en un entrenamiento era lo más cercano a la realidad. Porque sí. Así era como se sentía. Su piel ardía en varias partes y apenas podía sentir su cuerpo. Como si estuviese drogada. Incluso le costó mucho trabajo despertarse y salir de su letargo preguntándose qué había pasado.Entonces a su mente vinieron todos los recuerdos del día anterior. Desde el viaje, la lluvia, el maldito lobo encadenado que se había vuelto un hombre hermoso y que el muy cabrón quería follársela, los otros lobos, ella corriendo y el barranco, ese agujero oscuro que… que…-Aaaaahhh- gritó abriendo los ojos de golpe. Su respiración era agitada y efectivamente su cuerpo dolía- pero qué carajo- su voz salió pastosa e intentó sentarse para quedar completamente tendida de nuevo.Solo que en una superficie más cómoda de lo que pensó. Era suave, cómoda y peluda ¿peluda? Espera. Lo único peludo a su alrededor era… era. Oh dios mío. Miró a un lado para encont
Si a Xana le hubieran dicho que estaría en aquella situación mientras estaba dentro de la caseta que la transportaba como tributo no se lo hubiera creído para absoluto, porque era una cosa ilógica. Incluso la opción de ya no estar viva era mucho más tangible, pero no… la vida siempre la impresionaba.Y tuvo que apretar sus labios con fuerzas para no dejar salir un vergonzoso gemido.-Te digo que ah, no- aun así, cuando habló no pudo evitarlo arrugando en entrecejo.Y era como si hablara por gusto con la bestia. No le hacía el menor caso y es que al ver sus pupilas en parte dilatadas el temor de que hiciera algo ilógico la amenazaba. Lo que más la estresaba era que apenas podía hacer algo para defenderse. Su cabeza parecía estar sumida en una nebulosa que le hacía llegar a pensamientos extraños… en torno al lobo y su cuerpo aun cuando su boca decía que se detuviera, este hacía todo lo contrario.Para ese momento el lobo había logrado desgarrar la braga de ella y metido su cabeza entre