Amores, perdonen la demora en actualizar, no se imaginan como ando como loca corriendo de aquí para allá, apenas y me queda tiempo para respirar jajajaja ya estamos en los caps finales
CAPÍTULO 86: EL VERDADERO MOTIVO DE LA VENGANZASavannahLas palabras de William se repiten en mi cabeza como un bucle, dejándome paralizada. No puedo creer lo que acaba de decirme. ¿Quiere destruir a mi familia? ¿A los Davenport? Mi primera reacción es pensar que está loco, que esto es alguna venganza personal porque lo dejé plantado en el altar.—¿Todo esto es por eso? —le pregunto, con una incredulidad teñida de asco—, ¿por qué te dejé plantado en la boda?William estalla en carcajadas. No la risa amigable o divertida que recuerdo de él en el pasado, sino algo cruel, frío y completamente ajeno.—¿De verdad, Savannah? —me dice entre risas—. ¿De verdad crees que el mundo gira a tu alrededor? No, esto no tiene nada que ver contigo. Tú solo eres un peón en este juego, una herramienta para lo que realmente quiero.—¿Entonces por qué? —exijo, incapaz de contenerme. Mi corazón late con fuerza, y mi mente se llena de preguntas.William se inclina hacia adelante, sus ojos arden con un odio
CAPÍTULO 87: FURIA CIEGALoganMi corazón late con una furia contenida, mi mente se llena de imágenes de Savannah subiendo a ese maldit0 auto, alejándose de mí. No, no alejándose, siendo arrancada de mi lado. Ya el sol se ha ocultado y la noche helada apenas acaba de comenzar.Camino de un lado a otro en la sala de la granja, las botas golpean el suelo de madera con fuerza. Mis manos se cierran en puños, y cada músculo de mi cuerpo está tenso, listo para explotar.—¡Maldit4 sea! —gruño, lanzando un puñetazo a la pared. El dolor en los nudillos me trae un poco de alivio, pero no lo suficiente.—Logan, tranquilízate —dice Tony cruzando los brazos mientras me observa con preocupación y cautela. Él sabe que estoy al borde.—¿Tranquilizarme? —me vuelvo hacia él, mi voz es un gruñido bajo y amenazante—. ¿Cómo diablos voy a tranquilizarme, Tony? La dejé ir con ese… ese desgraciado. Estoy harto de perderla, harto de que cada vez que la tengo entre mis brazos, algo sucede.—No podías hacer nad
CAPÍTULO 88: AYUDA INESPERADASavannahEl aire en la habitación es frío, o tal vez soy yo quien no puede dejar de temblar. No sé cuánto tiempo llevo aquí, encogida en el rincón como un animal herido. La ventana con barrotes deja entrar una luz tenue de luna que apenas ilumina el suelo desnudo. Mis ojos arden de tanto llorar, pero las lágrimas ya no caen. Me siento vacía, como si el miedo y la desesperación hubieran absorbido todo lo que quedaba en mí.De repente, el sonido de la cerradura girando me sobresalta. Mi corazón se acelera y me hago aún más pequeña contra la pared. Por instinto, llevo mis manos a mi pecho, intentando protegerme de lo que sea que venga.Cuando la puerta se abre, me preparo para ver la figura imponente de William. Pero no es él.—Abuela… —susurro.Julia Davenport, siempre tan impecable, tan altiva, entra al cuarto con pasos vacilantes. Su rostro, normalmente impasible, está pálido y sus ojos vidriosos. Me observa con horror y una lástima que no puedo soportar.
CAPÍTULO 89: SEMBRANDO DUDASLoganEstoy cansado de esperar. Puedo escuchar las voces al otro lado de las estructuras metálicas. Charlotte está hablando con un par de hombres que no reconozco. No sé cuánto más voy a poder contenerme.Mi instinto me grita que actúe, que me mueva, que la enfrente, pero sé que tengo que ser inteligente. No puedo arriesgarme a perder más de lo que ya he perdido.Tony me da una palmada en el hombro.—Tranquilo, hermano. Esperemos el momento adecuado.Le asiento con la cabeza, aunque la paciencia no es algo que tenga en este momento. La sangre me hierve. Solo quiero respuestas, y Charlotte va a dármelas, aunque tenga que arrancárselas palabra por palabra.Finalmente, veo cómo los dos hombres con los que habla comienzan a retirarse. Este es el momento. Sin decir nada más, salgo de las sombras con Tony a mi lado. Mis pasos son firmes y resonantes sobre el terreno. Charlotte gira la cabeza al escucharme, y su expresión cambia. No es sorpresa. Es irritación.—¿
CAPÍTULO 90: NO HA TERMINADOSavannahEl frío metal de la perilla de la puerta resbala bajo mis dedos temblorosos. Mi pulso es un tambor en mis oídos mientras lucho por girarla, pero la adrenalina me traiciona. No puedo controlar mis movimientos, mis manos no me obedecen. Cada segundo que pasa siento a William más cerca, su presencia es oscura y amenazante detrás de mí. Finalmente, la puerta cede. Un destello de alivio cruza mi mente, pero no dura. Antes de que pueda dar un paso, un tirón violento en mi cabello me arrastra hacia atrás, obligándome a gritar de dolor.—¿A dónde crees que vas, querida? —William susurra cerca de mi oído, su voz es helada mientras me presiona el cañón de una pistola contra la sien.Mi cuerpo tiembla como una hoja al viento, pero no me dejo quebrar. No del todo.—¿Por qué no disparas de una vez? —le digo con la voz quebrada, pero llena de desafío—. Acaba con esto. Eso es lo que querías desde el principio, ¿no?William ríe, una carcajada amarga que me revue
CAPÍTULO 1: EL DÍA QUE TODO CAMBIÓSavannahVoy sentada en el asiento trasero de mi auto, mirando mi reflejo en el espejo de mano mientras mi chofer conduce en silencio. El sol de Texas brilla a través de las ventanas y me hace entrecerrar los ojos. Llevo unos lentes de sol enormes, por supuesto, pero incluso eso no basta para contrarrestar el brillo molesto de este día interminable.—¡Ey tú! ¿Puedes acelerar un poco? —le digo. Estoy harta de este viaje. Apenas puedo concentrarme en revisar mi cuenta de 1nstagram con tantos baches y vibraciones.—Estamos yendo a la velocidad máxima permitida, señorita Davenport —responde Robert con esa calma irritante que me saca de quicio.—¡Ay, por Dios! No puede ser tan difícil ir un poquito más rápido, ¿o sí? Además, el aire acondicionado está demasiado bajo. ¿Quieres que me derrita aquí? —me quejo.Robert no responde, pero puedo ver sus nudillos apretándose en el volante. Por supuesto que no va a contestarme, sabe que tengo razón. Siempre la teng
CAPÍTULO 2: UN TRATO INTERESANTELoganEstoy de pie junto a mi camioneta, mirando la abolladura que esa mocosa le hizo al chocar su auto contra el mío. Mi mandíbula está tan apretada que siento los dientes rechinar. La camioneta es una de las pocas cosas que me quedan de mi padre, y verla así, maltratada por culpa de una niña rica, me llena de rabia. No puedo creer la falta de respeto con la que me trató, como si yo fuera un insecto bajo sus pies. Y luego se va riendo, como si todo esto fuera una broma.Respiro hondo, intentando calmarme. Podría seguirla y hacer que pague por el daño, pero sería perder mi tiempo y, francamente, no tengo paciencia para tratar con alguien como ella. Tengo cosas más importantes en qué pensar. Justo cuando estoy por subirme a la camioneta para ir a casa, mi celular suena en el bolsillo.—¿Qué? —respondo de forma cortante, sin siquiera mirar la pantalla.—¿Es Logan Carter? —pregunta una voz formal al otro lado de la línea.—Sí, ¿quién lo pregunta?—Richard
CAPÍTULO 3: ENTRE LA ESPADA Y LA PAREDSavannahCamino de un lado a otro en el pasillo fuera de la oficina de mi padre con el corazón acelerado. Pero eso no es lo que más me molesta en este momento. No, lo que me tiene al borde de un ataque de nervios es ese hombre. ¡El maldito hombre con el que choqué esta mañana!, no tengo duda de que vino a acusarme por lo del choque. ¿Cómo se atreve? Nadie me había confrontado nunca por algo tan insignificante, y menos alguien que no puede permitirse arreglar su destartalada camioneta.¿Qué le habrá dicho a papá? ¿Habrá intentado hacerme quedar mal? Estoy segura de que lo hizo. Y lo peor es que mi padre seguramente le dará la razón, como siempre hace con todos, excepto conmigo. Maldigo entre dientes y sigo caminando de un lado a otro, sin atreverme a entrar.Veo la puerta de la oficina abrirse, y él sale. Me paralizo por un momento, intentando no hacer ruido, y me escondo tras una columna antes de que me vea. Su paso firme y relajado me irrita. ¿Q