CAPÍTULO 93: AMENAZA CUMPLIDASavannahEl latido de mi corazón es un tambor en mi pecho, tan rápido y fuerte que parece que va a reventar. Mi pierna sangra sin cesar, la herida abierta arde como si estuviera en llamas. Con las manos temblorosas, arranco un trozo de mi camisa y lo amarro alrededor de la pierna, creando un torniquete improvisado. El dolor es tan intenso que mis labios se separan en un grito ahogado, pero me obligo a apretarlos. No puedo permitirme hacer ruido ahora.Me escondo en las raíces del árbol caído, tratando de calmar mi respiración. Cada jadeo parece una señal que le indica dónde estoy. A través de las sombras, lo veo. William está a unos metros de distancia, caminando entre las hojas secas y canturreando como un lunático. Sus pasos son lentos, seguros, como si disfrutara de mi sufrimiento.—Savannah… —canturrea, alargando mi nombre con una voz burlona—. Sal, sal, dondequiera que estés.El pánico me paraliza. Contengo el aliento rogando que no me vea, que no es
CAPÍTULO 94: HORRORLoganEl rugido del motor llena el silencio del camino mientras conduzco hacia la mansión Davenport. Mis manos están tan tensas sobre el volante que los nudillos se me han puesto blancos. Una y otra vez, las palabras de Savannah se repiten como un bucle implacable en mi cabeza.Sacudo la cabeza, tratando de alejar ese pensamiento. No puede ser verdad. Ella no lo decía en serio. Savannah es terca y malhumorada, pero no es cruel. No de esa forma. Estoy seguro de que hay algo más detrás de esas palabras.El camino se siente interminable, como si la distancia se estirara con cada kilómetro que recorro. Finalmente, la silueta imponente de la mansión aparece frente a mí, pero algo está mal. Muy mal.El lugar está desierto. La verja está abierta, lo cual ya es extraño, pero lo que más me inquieta es la ausencia de movimiento. No hay empleados deambulando por los jardines, ni el habitual ajetreo de coches entrando y saliendo. Todo está sumido en un silencio antinatural.Sa
CAPÍTULO 95: LA LLAMADA QUE SALVÓ MI VIDAMelanieEstoy en la sala de la casa balanceando suavemente la cuna portátil donde Olivia duerme. El leve susurro de su respiración me calma un poco los nervios, pero no lo suficiente. Mi teléfono vibra en mi mano por quinta vez en diez minutos, pero lo ignoro. Otra vez.—¿Qué haces, Mel? —La voz de Tony interrumpe mis pensamientos. Mi hermano mayor está recargado contra el marco de la puerta, mirándome con los brazos cruzados—. Déjate de tonterías con el celular y haz algo útil, ¿no?Levanto la vista y le dedico una mirada que espero sea suficientemente letal.—Estoy cuidando a Olivia. ¿Qué más quieres? —murmuro, pero él rueda los ojos.—Sí, claro. Cuidándola mientras te hipnotizas con esa pantalla. ¿Qué pasa, eh? ¿Novio nuevo o algo? —Su tono es burlón, pero cada palabra me hace hervir la sangre.—Cállate, Tony. —Mi voz es más cortante de lo que pretendía, y lo sé porque él se encoge de hombros con una sonrisa que me dan ganas de borrarle de
CAPÍTULO 96: DARÍA MI VIDA POR TILoganEl motor de la camioneta ruge bajo mis manos mientras piso el acelerador a fondo. Las luces de los semáforos pasan como manchas rojas y verdes en mi visión periférica. No me importa. Mi única meta es llegar a la granja. Llegar a ella.—¡M4ldición! —gruño, golpeando el volante con el puño.Debí haberlo sabido. Las palabras de Savannah, su tono, todo en esa conversación me gritaba que algo no estaba bien. Pero como un idiota, las dejé pasar. Ahora podría ser demasiado tarde, y eso es lo que me consume.El camino hacia la granja parece eterno. Los árboles y las cercas se desdibujan mientras la camioneta corta el viento como un cuchillo. Mi pecho sube y baja con una respiración agitada, me siento lleno de ira y miedo; y no logro controlarlo.Cuando cruzo la reja principal que delimita mis tierras, todo cambia en un instante.Primero lo siento, una onda expansiva que sacude la tierra bajo las ruedas de la camioneta. Luego lo veo: una explosión que il
CAPÍTULO 97: UN RAYO DE ESPERANZASavannahEl peso de Logan en mis brazos parece demasiado para sostener, pero no me importa. Mi corazón late con fuerza mientras grito desesperadamente por ayuda. Su rostro está pálido, con gotas de sudor que caen por sus sienes. Cada segundo que pasa siento como si algo dentro de mí se rompiera.—¡Ayuda! ¡Por favor, alguien que nos ayude! —mi voz se quiebra mientras trato de presionar su herida para detener el flujo de sangre, pero es como intentar tapar una represa con las manos.Los paramédicos llegan corriendo y lo arrancan de mis brazos. Intento seguirlos mientras lo suben a la camilla, pero alguien me detiene.—¡No, suéltenme! Tengo que estar con él —protesto, lucho por avanzar mientras siento una punzada ardiente en mi pierna.Uno de los paramédicos me detiene suavemente, pero con firmeza.—Señora, también necesita atención médica. Ha perdido mucha sangre.—No me importa —grito entre lágrimas—. ¡Solo quiero estar con él!Mi fuerza se desvanece y
CAPÍTULO 98: SIEMPRE LO TENDRÉSavannahEl sonido del monitor cardíaco de Logan es lo único que llena la habitación. Sus pitidos constantes son una especie de consuelo y un recordatorio de que está aquí, vivo, conmigo. Llevo horas sentada a su lado, observando cada detalle de su rostro: las líneas marcadas por el cansancio, las cicatrices que parecen aún más profundas bajo la luz blanca del hospital, y la calma aparente en su expresión.Su mano está sobre la cama, grande y fuerte a pesar de todo lo que ha pasado. Yo no dejo de sujetarla, como si al soltarla pudiera perderlo.Cuando finalmente abre los ojos, mi pecho se inunda de alivio. Sus pupilas se enfocan lentamente hasta que me encuentran.—Hey —murmuro, pero la voz me sale quebrada por las emociones que he estado conteniendo.Él parpadea, parece desorientado al principio, pero su mirada se suaviza al verme.—Savannah… —dice con un tono bajo y rasposo, pero inconfundiblemente suyo.No puedo evitarlo; las lágrimas comienzan a caer
CAPÍTULO 99: TODAVÍA HAY MÁSSavannahLos días en el hospital parecen eternos. Entre las enfermeras entrando y saliendo, los médicos evaluándonos a Logan y a mí, y los momentos de absoluta soledad, siento como si el tiempo se hubiese congelado en un ciclo interminable de aburrimiento. Pero, cinco días después, al fin llega el momento en que nos dan de alta. A pesar de las heridas que aún nos recuerdan todo lo que hemos pasado, salimos juntos, más fuertes.Berth nos recibe en su casa como si fuésemos familia de toda la vida. Sus abrazos cálidos y las risas de todos llenan el espacio de una alegría que me resulta extrañamente reconfortante. Aunque nuestra situación no es ideal, estar rodeada de personas que nos cuidan me da un respiro necesario.—Esto es temporal —me dice Logan mientras se acomoda a mi lado en el sofá y Olivia acurrucada en sus brazos—. Pronto reconstruiremos todo.Le sonrío y asiento, aunque la incertidumbre aún me carcome. Necesito tiempo para procesar todo lo que ha p
CAPÍTULO 100: LA VERDAD OCULTASavannahEl aire en la sala de visitas de la prisión parece congelarse cuando mi abuela mira fijamente a William. Su postura en la silla de ruedas es erguida, y su expresión, aunque cansada, destila una fuerza que me intimida.—Tu venganza fue una inútil pérdida de tiempo —repite, sus palabras resuenan como un eco en mis oídos.William se ríe con esa malicia que ya he llegado a odiar profundamente.—¿De que mierd4 hablas, señora? ¿Eso crees? —responde, con una sonrisa torcida que me provoca escalofríos—. Davenport Inc. está en ruinas, nadie comprará esa mierd4 de empresa. Tu casa explotó y ninguno de ustedes salió ileso. ¿Eso te parece inútil? Los Langford no tienen nada que ver en esto.Se reclina en la silla, disfrutando su burla, como si estuviera triunfante. Pero mi abuela niega con la cabeza, lentamente, como si lo estuviera observando desde una posición de superioridad.—Eres un tonto, William —dice, con una frialdad que corta como un cuchillo—. Yo