CAPÍTULO 29: TE JURO QUE NO LO SABÍASavannahCinco días después…Espero fuera de la sala del juzgado, con las manos sudorosas y el corazón latiendo a mil por hora. No pensé que estaría tan nerviosa. En teoría, todo está preparado y mi padre me ha asegurado que el juez estará de nuestro lado, pero nada me quita este malestar en el estómago, como si algo no estuviera bien.Finalmente, llaman a las partes y camino con mi abogado hacia el interior de la sala. Mi vista se posa en Logan, que está sentado al otro lado con una postura tensa y un ceño profundo. A su lado, un hombre de tez oscura con una mirada determinada —su abogado, imagino—, y al otro, la abuela Helen. Ella ni siquiera voltea a verme, y no puedo evitar sentir un vacío en el pecho. Esta mujer que alguna vez me trató con afecto, ahora me mira como si fuera una extraña.El juez comienza a hablar, pero sus palabras apenas llegan a mis oídos. Todo parece tan lejano, y mis nervios me mantienen al borde de la silla, mientras trat
CAPÍTULO 30: PEDIDO DE AYUDA INESPERADOSavannahRegreso a casa sintiéndome como si estuviera hecha pedazos. Mis pensamientos están llenos de todo lo que sucedió en el tribunal, del odio en la mirada de Logan, y de las palabras del abogado sobre esa supuesta cláusula. Intento calmarme mientras cierro la puerta tras de mí, pero la furia y el desconcierto se imponen. Voy directo al despacho de mi padre, que ya se encuentra ahí, revisando unos documentos con total tranquilidad, como si nada de lo que acabamos de hacer hubiera tenido consecuencias.—Necesito una explicación —le digo sin rodeos.Él levanta la vista, sin inmutarse.—¿Una explicación de qué, Savannah? Todo salió perfecto, exactamente como planeé.Me acerco, tratando de contener la rabia que se acumula en mi pecho.—¿Por qué no me dijiste nada sobre la cláusula de infidelidad? —le espeto—. Tenía derecho a saberlo. ¿Por qué jugaste esa carta sin decirme nada?Él se reclina en su silla, con una sonrisa despreocupada, como si mi
CAPÍTULO 31: DESAGRADECIDOSavannahLa espera en la sala de hospital se alarga más de lo que puedo soportar. Me habían dicho que la operación de Melanie duraría una hora, pero ya ha pasado más del doble de tiempo. Cada minuto que pasa siento cómo la ansiedad se enrosca más y más en mi pecho, oprimiéndome. A mi alrededor, otras personas esperan también con miradas cansadas y preocupadas, pero yo me siento atrapada en mi propio y pequeño infierno.Mis manos tiemblan, así que decido bajar a la cafetería a buscar un café, con la esperanza de mantenerme ocupada. Quizás un poco de cafeína me ayude a despejar la mente y a calmarme. Mientras espero en la fila, mi mente sigue volviendo a la última conversación que tuve con Melanie, al miedo en sus ojos, a su necesidad de que guardara silencio sobre todo esto. Pero ¿y si algo sale mal? ¿Debería llamar a Logan? Sé que ella no quiere que se entere, pero no puedo evitar pensar que tal vez él debería estar aquí.Con el café en mis manos, regreso a
CAPÍTULO 32: CHIQUILLA INSUFRIBLELoganEntro en la habitación de mi hermana con el corazón acelerado, puedo escuchar el retumbar en mis oídos, que no se acompasa con el rítmico pitido del monitor al lado de la cama de Melanie. Entro despacio; mi mirada se encuentra con la de mi hermana, y veo cómo el miedo destella en sus ojos antes de que los baje rápidamente. Aprieta las sábanas con sus manos y tiembla como si temiera lo que estoy a punto de decirle.—Logan —susurra—… ¿qué haces aquí? Te juro que puedo explicarlo, por favor… —empieza a decir apresurada, como si tuviese miedo de que yo le hiciese daño, ¿así es como me ve?Me acerco sin dudarlo y sin decir una sola palabra la envuelvo en un abrazo. No suelo ser de los que muestran afecto abiertamente, pero hoy es diferente. La noto encogerse al principio, sorprendida, y luego se rinde, hunde el rostro en mi hombro y suelta un llanto que parece salirle del alma.—Lo siento tanto —dice entre sollozos—. Te mentí.Noto cómo mi mandíbula
CAPÍTULO 33: ATRAPADA CON ÉLSavannahLa noche es más fría de lo que esperaba. Camino abrazándome los brazos mientras camino por las calles desiertas de la ciudad. Poco a poco el paisaje va cambiando, a medida que me acerco a las zonas donde hay clubes nocturnos y bares.Pero yo estoy más concentrada en la imagen de Logan. Su mirada encendida todavía me arde en la mente. Es un bruto, un idiota... ¿Por qué siempre tiene que ser así de altanero? Aprieto los puños y contengo las ganas de gritar para no parecer una loca.Los faroles parpadean y eso me pone un poco nerviosa. Aun así, estoy tan sumida en mis pensamientos que no oigo los pasos hasta que una mano me agarra del brazo con firmeza. Mi cuerpo se tensa, y doy media vuelta para encontrarme con la mirada intensa de Logan.—¿Qué estás haciendo? —espeto con sorpresa. No imaginé que fuese a seguirme.—No voy a dejar que te vayas caminando sola a estas horas, Savannah. Y menos en tu estado.Me río, pero no es una risa alegre, sino amarg
CAPÍTULO 34: HUYENDO DE LA VERDADSavannahEl aire se espesa de golpe. Mis dedos se cierran en un puño sobre la tela de la colcha, y mi mente busca una respuesta que no delate lo que guardo con tanto esfuerzo. Lo miro, queriendo transmitir una certeza que no siento, y mentir con una seguridad que no poseo.—¿Por qué tanta preocupación? Ya nos divorciamos —respondo intentando sonar despreocupada, pero mi voz tiembla en el último segundo.La frase suena como una barrera frágil que sé que Logan podría atravesar con solo mirarme. Y entonces ocurre, mi voz tiembla, justo al final, y veo cómo se le endurecen los ojos. No necesita decir nada; la decepción se refleja en cada línea de su rostro. Sé que eso le duele en el ego, lo veo en la manera en que su cuerpo se tensa, en la manera en que sus manos se crispan a sus costados.—No creas que soy estúpido, Savannah —su voz es más baja, más peligrosa—. Tú y yo nos acostamos.Trago con fuerza y aparto la mirada, sintiendo que mis barreras se debil
CAPÍTULO 36: DUDA RAZONABLELoganMe bajo de la camioneta de Tony en el hospital del pueblo acompañado por mis hermanos. Tony y Davina están a mi lado, sus rostros reflejan la misma preocupación y agotamiento que siento yo. El miedo por nuestra abuela; la matriarca que nos crio con más fuerza y amor del que merecíamos, se me agolpa en el pecho. Entro al hospital y el olor a desinfectante y angustia me llega a la nariz, recordándome aquel horrible momento en el que perdimos a nuestros padres.La situación aquella vez había sido diferente y yo solo era un muchacho de veinte años. Davina era una bebé y mis demás hermanos apenas eran adolescentes o niños. Sin embargo, mi nivel de responsabilidad en esto se siente igual.Nos acercamos al mostrador de recepción y, tras unos momentos de espera interminable, un médico de rostro severo aparece y nos explica que ya han estabilizado a la abuela, pero el infarto que sufrió es grave y requiere una operación que no pueden hacer aquí. Necesitamos tr
CAPÍTULO 37: YA LO SABESavannahEl sol de la tarde brilla con intensidad sobre el agua cristalina de la piscina, y el aire huele a flores frescas y a la brisa cálida de verano. Me recuesto en la silla junto a la piscina, con una bebida sin alcohol en la mano, dejando que el mundo alrededor se disuelva en el murmullo del agua y las hojas meciéndose. Me he esforzado tanto por recuperar esta tranquilidad, por rodearme de la comodidad que siempre había conocido, aunque nada se siente igual. Cierro los ojos, intentando ignorar el vacío que se esconde en los rincones de mi mente.Pero de pronto, un recuerdo se filtra entre las rendijas de mi conciencia: el campo verde y abierto de la granja de Logan, el relinchar de los caballos y el suave mugido de las vacas al amanecer. Acaricio mi vientre instintivamente, aunque todavía no se nota nada. Suspiro, sintiendo una nostalgia que no quiero aceptar. Estoy de vuelta en mi mundo, rodeada de lujos, comodidad y dinero, pero una parte de mí extraña