CAPÍTULO 32: CHIQUILLA INSUFRIBLELoganEntro en la habitación de mi hermana con el corazón acelerado, puedo escuchar el retumbar en mis oídos, que no se acompasa con el rítmico pitido del monitor al lado de la cama de Melanie. Entro despacio; mi mirada se encuentra con la de mi hermana, y veo cómo el miedo destella en sus ojos antes de que los baje rápidamente. Aprieta las sábanas con sus manos y tiembla como si temiera lo que estoy a punto de decirle.—Logan —susurra—… ¿qué haces aquí? Te juro que puedo explicarlo, por favor… —empieza a decir apresurada, como si tuviese miedo de que yo le hiciese daño, ¿así es como me ve?Me acerco sin dudarlo y sin decir una sola palabra la envuelvo en un abrazo. No suelo ser de los que muestran afecto abiertamente, pero hoy es diferente. La noto encogerse al principio, sorprendida, y luego se rinde, hunde el rostro en mi hombro y suelta un llanto que parece salirle del alma.—Lo siento tanto —dice entre sollozos—. Te mentí.Noto cómo mi mandíbula
CAPÍTULO 33: ATRAPADA CON ÉLSavannahLa noche es más fría de lo que esperaba. Camino abrazándome los brazos mientras camino por las calles desiertas de la ciudad. Poco a poco el paisaje va cambiando, a medida que me acerco a las zonas donde hay clubes nocturnos y bares.Pero yo estoy más concentrada en la imagen de Logan. Su mirada encendida todavía me arde en la mente. Es un bruto, un idiota... ¿Por qué siempre tiene que ser así de altanero? Aprieto los puños y contengo las ganas de gritar para no parecer una loca.Los faroles parpadean y eso me pone un poco nerviosa. Aun así, estoy tan sumida en mis pensamientos que no oigo los pasos hasta que una mano me agarra del brazo con firmeza. Mi cuerpo se tensa, y doy media vuelta para encontrarme con la mirada intensa de Logan.—¿Qué estás haciendo? —espeto con sorpresa. No imaginé que fuese a seguirme.—No voy a dejar que te vayas caminando sola a estas horas, Savannah. Y menos en tu estado.Me río, pero no es una risa alegre, sino amarg
CAPÍTULO 34: HUYENDO DE LA VERDADSavannahEl aire se espesa de golpe. Mis dedos se cierran en un puño sobre la tela de la colcha, y mi mente busca una respuesta que no delate lo que guardo con tanto esfuerzo. Lo miro, queriendo transmitir una certeza que no siento, y mentir con una seguridad que no poseo.—¿Por qué tanta preocupación? Ya nos divorciamos —respondo intentando sonar despreocupada, pero mi voz tiembla en el último segundo.La frase suena como una barrera frágil que sé que Logan podría atravesar con solo mirarme. Y entonces ocurre, mi voz tiembla, justo al final, y veo cómo se le endurecen los ojos. No necesita decir nada; la decepción se refleja en cada línea de su rostro. Sé que eso le duele en el ego, lo veo en la manera en que su cuerpo se tensa, en la manera en que sus manos se crispan a sus costados.—No creas que soy estúpido, Savannah —su voz es más baja, más peligrosa—. Tú y yo nos acostamos.Trago con fuerza y aparto la mirada, sintiendo que mis barreras se debil
CAPÍTULO 36: DUDA RAZONABLELoganMe bajo de la camioneta de Tony en el hospital del pueblo acompañado por mis hermanos. Tony y Davina están a mi lado, sus rostros reflejan la misma preocupación y agotamiento que siento yo. El miedo por nuestra abuela; la matriarca que nos crio con más fuerza y amor del que merecíamos, se me agolpa en el pecho. Entro al hospital y el olor a desinfectante y angustia me llega a la nariz, recordándome aquel horrible momento en el que perdimos a nuestros padres.La situación aquella vez había sido diferente y yo solo era un muchacho de veinte años. Davina era una bebé y mis demás hermanos apenas eran adolescentes o niños. Sin embargo, mi nivel de responsabilidad en esto se siente igual.Nos acercamos al mostrador de recepción y, tras unos momentos de espera interminable, un médico de rostro severo aparece y nos explica que ya han estabilizado a la abuela, pero el infarto que sufrió es grave y requiere una operación que no pueden hacer aquí. Necesitamos tr
CAPÍTULO 37: YA LO SABESavannahEl sol de la tarde brilla con intensidad sobre el agua cristalina de la piscina, y el aire huele a flores frescas y a la brisa cálida de verano. Me recuesto en la silla junto a la piscina, con una bebida sin alcohol en la mano, dejando que el mundo alrededor se disuelva en el murmullo del agua y las hojas meciéndose. Me he esforzado tanto por recuperar esta tranquilidad, por rodearme de la comodidad que siempre había conocido, aunque nada se siente igual. Cierro los ojos, intentando ignorar el vacío que se esconde en los rincones de mi mente.Pero de pronto, un recuerdo se filtra entre las rendijas de mi conciencia: el campo verde y abierto de la granja de Logan, el relinchar de los caballos y el suave mugido de las vacas al amanecer. Acaricio mi vientre instintivamente, aunque todavía no se nota nada. Suspiro, sintiendo una nostalgia que no quiero aceptar. Estoy de vuelta en mi mundo, rodeada de lujos, comodidad y dinero, pero una parte de mí extraña
CAPÍTULO 38: SÉ MÍA PRONTOSavannahEl agua gotea de mi cabello y resbala por mi rostro, pero apenas lo noto. La distancia entre nosotros es mínima, y Logan me sostiene de la cintura, sus dedos se sienten cálidos y firmes a pesar del agua fría que nos rodea. El silencio entre nosotros es denso, y el aire se siente cargado de algo que no puedo nombrar pero que late en mi pecho como un tambor. Me siento atrapada en un déjà vu, un recuerdo que me transporta a otra noche, en otro lugar, donde el deseo y la confusión se entrelazaron en una decisión que lo cambió todo. Pero esta vez no voy a ceder, no voy a ser tan estúpida.Nuestros rostros están tan cerca que siento su aliento mezclado con el mío. Mis labios tiemblan, más por la proximidad que por el frío. No sé cómo llegamos aquí, no sé qué me impulsa a quedarme en vez de apartarme de una vez.—¿Por qué haces esto? —le susurro, mi voz es apenas un hilo que se pierde en el eco de la piscina. Mis ojos buscan respuestas en los suyos, en esa
CAPÍTULO 1: EL DÍA QUE TODO CAMBIÓSavannahVoy sentada en el asiento trasero de mi auto, mirando mi reflejo en el espejo de mano mientras mi chofer conduce en silencio. El sol de Texas brilla a través de las ventanas y me hace entrecerrar los ojos. Llevo unos lentes de sol enormes, por supuesto, pero incluso eso no basta para contrarrestar el brillo molesto de este día interminable.—¡Ey tú! ¿Puedes acelerar un poco? —le digo. Estoy harta de este viaje. Apenas puedo concentrarme en revisar mi cuenta de 1nstagram con tantos baches y vibraciones.—Estamos yendo a la velocidad máxima permitida, señorita Davenport —responde Robert con esa calma irritante que me saca de quicio.—¡Ay, por Dios! No puede ser tan difícil ir un poquito más rápido, ¿o sí? Además, el aire acondicionado está demasiado bajo. ¿Quieres que me derrita aquí? —me quejo.Robert no responde, pero puedo ver sus nudillos apretándose en el volante. Por supuesto que no va a contestarme, sabe que tengo razón. Siempre la teng
CAPÍTULO 2: UN TRATO INTERESANTELoganEstoy de pie junto a mi camioneta, mirando la abolladura que esa mocosa le hizo al chocar su auto contra el mío. Mi mandíbula está tan apretada que siento los dientes rechinar. La camioneta es una de las pocas cosas que me quedan de mi padre, y verla así, maltratada por culpa de una niña rica, me llena de rabia. No puedo creer la falta de respeto con la que me trató, como si yo fuera un insecto bajo sus pies. Y luego se va riendo, como si todo esto fuera una broma.Respiro hondo, intentando calmarme. Podría seguirla y hacer que pague por el daño, pero sería perder mi tiempo y, francamente, no tengo paciencia para tratar con alguien como ella. Tengo cosas más importantes en qué pensar. Justo cuando estoy por subirme a la camioneta para ir a casa, mi celular suena en el bolsillo.—¿Qué? —respondo de forma cortante, sin siquiera mirar la pantalla.—¿Es Logan Carter? —pregunta una voz formal al otro lado de la línea.—Sí, ¿quién lo pregunta?—Richard