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2 El dia está frío parte ll

Ese chico German está frente a mí espero no empiece a molestarme como la última vez cuando me lo encontré que se comportó de una manera muy patan conmigo.

—¿Entonces aquí trabajas?, ¿Me pregunto si es casualidad o cosas del destino que nos hayamos encontrado? —dice él.

—¿La conoces? —le pregunta él chico de los tatuajes uniendo el entrecejo mientras cruza sus brazos alrededor de su franela negra, parece estar muriendo del frío.

—Si John, ella era la que estaba con Ignacio Besnier esa noche que jugamos verdad o reto en el club —lo sigo mirando con una expresión seria.

Ese chico John voltea me mira de arriba abajo —¡Ahhh ya te recuerdo! Ceci me dijo esa noche que tú eras su amiga y que había ido contigo al club, ¿Como está tu amiga Ceci? —pregunta y yo también lo acabo recordar a él, Ceci esa noche se emocionó mucho al verlo, hasta se sentaron juntos reían y conversaban no sé de qué.

—Bien —le respondo seria porque me siento un poco incómoda, ellos tienen algo que no me agrada... oh a lo mejor estoy paranoica y son cosas mías.

—¿Van a querer algo si o no? le vuelvo a preguntar, incómoda quiero que se vayan porque de tantos lugares tenían que venir a este.

—Si yo te dije una bebida de chocolate caliente a también unas galletas de leche por favor ¿y tú German que quieres la chica está esperando? —Él rubio de ojos verdes me mira y luego dice —Tu número —tiene una pequeña sonrisa de boca cerrada.

Es un cretino descarado ni en mis peores pesadillas le daría mi número.

—¿Qué? —lo observo frunciendo el ceño, haciendome la desentendida.

—Quiero tu número —repite él y John lo mira tratando de contener la risa.

Ignoro a ese cretino y les digo:

—Solo traeré el chocolate y las galletas de leche —me volteo para irme.

—Espera —escuchó la voz de German —¿No me digas que todavía sigues siendo el juguete de Ignacio Besnier? —me volteo molesta y le respondo con dureza:

—No es tu problema.

—Mi oferta de la otra vez sigue en pie, vamos divertirnos tú y yo, cuando Ignacio te rompa el corazón mandándote a la m****a como lo hace con todas —tiene una gran sonrisa que muestra sus perfectos dientes blancos.

Sus palabras me duelen porque ya Ignacio rompió mi corazón escucho cuando me llaman

—Camila —es el padre de Ceci.

Voy al mostrador y él señor Rodrigo me pregunta frunciendo el ceño —¿Te están molestando esos chicos?

Me quedo callada pero asiento que si con mi cabeza —Ve atender la mesa donde está esa chica y yo los atenderé a ellos. —Me dirijo a la mesa tres, hay una chica pelirroja de ojos azules está un poco mojada al parecer entró ahorita.

Él padre de mi amiga siempre está pendiente cuando entran chicos a querer dársela de listo conmigo o con Ceci, él los atiende después de un rato ellos se van.

La mañana se me pasa entre limpiar las mesas y llevar los pedidos. Sonreír a los clientes y hablar un ratico con Carlos el ayudante de la señora Lisa en la cocina.

Me contó que tiene un hijo de cinco años que se llama Cristian, que su esposa lo abandonó para irse con un hombre más joven. Y es una pena lo poco que conozco al señor Carlo puedo decir que es muy amable y respetuoso.

Cuando ya es la una voy a almorzar en la parte de atrás de la cocina hay una pequeña mesa con tres sillas, me siento ahí. Mi comida es arroz con un trozo suave de carne, ensalada y un vaso de jugo. La madre de Ceci siempre me da el almuerzo. Después de comer llamo a mi madre, la situación entre ella y yo volvieron a la normalidad, estamos bien otra vez.

—Hola madre.

—Hola hija ¿Ya comiste?

—Sí madre y en un rato termino mi turno.

—¿Tú tía cómo está?

—Ya sabes ella en lo mismo de siempre trabajando.

—El fin de semana iré a verlas.

—Está bien madre te voy a colgar, hablamos después.

Mi madre nos visita siempre, para que yo no tenga que ir a verla a la mansión de los Besnier.

Ya llegó mi turno de salida, voy a al locker y saco mi pequeño morral, no me cambio me voy con él uniformes de la cafetería solo me colocó un abrigo por el frío. Cuando voy saliendo comienzo caminar por la cera más adelante miro a Ceci besándose con su novio, detrás de ellos hay una linda camioneta Land Rover color gris. Me imagino que es de Bradley el siempre anda en diferente modelos.

—¡¿Cómo van los tortolitos?! —exclamó con una sonrisa y ellos se separan.

Ceci vas vestida de negro, lleva un suéter de algodón un poco más arriba de su abdomen, que deja ver su delgada cintura y un piercing en su ombligo, unos jeans y converse. Ellos me sonríen Bradley me hace seña con la mano para que me acerque.

Lleva puesto un suerte azul manga larga de botones, que resalta sus ojos azules y un Jean beige, con zapatos casuales, sonríe al mirarme.

Me acerco a ellos con una pequeña sonrisa. Ceci me abraza y luego le doy un beso en la mejilla a Bradley.

—¿Cómo estás Camila? —pregunta Bradley

—¡Bien! tú sabes trabajando y esperando ansiosa el comienzo de las clases.

—¡Felicidades porque lograste entrar a la

Élite de la excelencia! —comenta él.

—Gracias —le digo... esa es la universidad donde estudian ellos los IBE. Se llama así porque la mayoría de los estudiantes pertenecen a la clase más alta del país.

—¿Camila recuerdas a Germán él que estaba el día que jugamos verdad o reto?

Si él cretino ese que hablo mal de Ignacio y me falto el respeto el día que comencé a trabajar en la cafetería. Y de paso, para mí mala suerte me lo tuve que encontrar hoy en mi lugar de trabajo. Se me revuelve el estómago de solo pensar en él, me cae tan mal por encima se le nota lo prepotente, es peor que una piedra en el zapato pienso eso pero no lo mencionó.

—Sí, lo recuerdo Bradley.

—Él dirige un grupo que se llama la élite así que mantente alejada de él y de su círculo de amigos cuando comiences la universidad —aconseja colocando su brazo sobre el hombro de Ceci.

Continuará

Autora: STEFI

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