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3 El día está frío parte lll

Miro a atentamente a Bradley y le pregunto con desconcierto:

—¿La élite? mantenerme alejada de ese grupo ¿Por qué?

—Porque son muy malos, sobre todo con los estudiantes becados —afirma él.

—Auch, por eso es que yo no quise ingresar a esa universidad. Tiene fama de tener estudiantes muy presumidos —opino mi mejor amiga.

Si pero ni modo ya solicite ingresar a esa universidad y me dieron la oportunidad, cambiarme ahora sería imposible porque las inscripciones en otras universidades ya cerraron. Y tuve que pasar como tres pruebas para poder entrar, mi solo promedio no sirvió, son muy exigentes.

—Está bien, no pienso meterme en problemas solo quiero graduarme.

—Lo sé Camila pero igual quería ponerte al tanto de lo que ocurre ahí —respondió él rubio de ojos azules.

—Por cierto Ignacio volverá en quince días —lo dice, como tratando de estudiar mi rostro, como buscando alguna emoción de alegría, tristeza, rabia o no sé que. Yo me pongo seria no quiero saber nada él nunca más que se haga de cuenta que no existo.

—¿Para que se lo nombras? te dije que no le hablaras del riquillo —le reprocha Ceci mirando hacia arriba, con un tono de fastidio.

—Porque de todas maneras lo va ha ver cuándo él se incorpore —afirma Bradley mientras no quita su mirada de mí, él sigue estudiando mi reacción.

—Me dijo que no se va a casar Camila, él quiere que le des otra oportunidad —esas palabras las dice lentamente y creo que está tratando de abogar por su amigo él mentiroso.

Y que no sé va casar, la verdad es que a Ignacio, yo ya no le creo nada y si se casa o no se casa pues ese es su problema a mí que me deje en paz ya vastante que me hizo sufrir...

Estoy en un momento de mi vida en el que quiero enfocarme en mis estudios y mi trabajo y cumplir las metas que me he propuesto como graduarme. El volver con Ignacio Besnier no esta, ni estará en mis planes, porque estrellarse duele y duele tanto, que cuando empiezas levantarte, no deseas pasar por esa tortura nuevamente. Estoy mejor sin el, al menos día tras día y noche tras noche lucho por converse a mi corazón de que esto es lo mejor. Olvidarlo es la solución para evitar que es chico mentiroso vuelva a lastimarme como ya lo tiene por costumbre.

—Si él joven Ignacio Besnier vuelve o no vuelve, se casa o no sé casa, eso ya no es mi problema Bradley —mi voz sonó cortante.

Lo llamé joven porque quiero trazar una raya entre Ignacio y yo así debió ser desde que lo conocí. Nunca debimos ser amigos él y yo somos diferentes. Su madre me dejó las cosas claras en París, aunque lo hizo de una manera muy cruel y humillante. Y él todo este tiempo mintió, me vio la cara de estúpida, a mí que como una ciega y tonta confiaba en él. Me ocultó que tenía prometida y lo de su boda. Hace un mes que regresé de París y corté toda comunicación con él. Carlota Laurent antes de irme a aeropuerto, me dijo que me quería lejos de su prometido, algo que sin dudar voy hacer me mantendré alejada de él.

—Deberías darle otra oportunidad —aconseja él rubio de ojos azules, mirandome fijamente mientras coloca su brazo sobre el hombro de mi amiga.

—No hay más oportunidades para el joven Ignacio Besnier. No después de todas las mentiras que me ha dicho y todo el daño que me hizo, él es mi pasado —le respondo con seguridad, mientras la voz de mi conciencia me dice que soy una mentirosa que todavía me muero por él y lloro por las noches su traición como la tonta que soy.

—Quiero que entiendas que tú no eres la única que ha sufrido, porque Ignacio también salió lastimado —defiende serio.

—Amor y si en vez de estudiar administración empiezas a estudiar la carrera de derecho, pareces el abogado defensor del riquillo —suelta Ceci con ironía.

Es normal que Bradley lo defienda, ellos son amigos, desde que eran unos niños ¿Pero y mi dignidad dónde queda? Ya yo perdí la cuenta de las veces que Ignacio me ha hecho sufrir.

Yo ya no quiero que él vuelva a lastimarme.

Bradley se queda callado y creo que fue por el comentario de Ceci.

—Me voy sigan en lo suyo, —les doy una pequeña sonrisa fingida porque hablar de Ignacio me hace sentir incómoda.

Ceci me abraza antes de irme, Bradley solo me dijo adiós.

Mientras camino por las calles de Nueva York pienso que bueno que traje mi suéter porque la tarde está fría. El suelo está mojado creo que continuarán los día de lluvias, espero el bus cuando se detiene me subo, me siento en la segunda fila.

Lo bueno de haberme mudado a vivir con mi tía, es que el apartamento queda a media hora de la universidad y cerca de la cafetería donde trabajo.

¿La élite me preguntó quienes son?

¿Y con qué derecho maltratar a los becados?

Ese German hace unos meses me dijo, que él

es que gobierna en la universidad, eso me parece ridículo y absurdo. Pienso que solo es un niño rico con ínfulas de grandeza tratando de llamar la tensión.

En fin me mantendré alejada de él y de su grupito la élite. Porque tengo toda la intención de graduarme y pasar tranquila estos cinco años, quiero convertirme en una profesora de música.

Graduarme con honores ya me imagino con mi toga y birrete y a mi madre y mi tía sintiéndose muy orgullosas de mí.

Yo sacaré a mi mamá de esa mansión y le daré un mejor porvenir, una estabilidad mejor que la que teníamos cuando vivía mi padre.

Bradley dijo que Ignacio quiere otra oportunidad y por un momento viene a mi mente la imagen de su rostro, sus hermosos ojos verdes, sus carnosos labios, su piel de porcelana, su sonrisa, el recuerdo de su voz cuando me llamaba:

Mi pecosa, porque tenías que destrozarme la vida Ignacio Besnier, mis ojos se cristalizaron.

Entonces él volverá en quince días.

Quisiera ser lo suficientemente fuerte para mantenerme alejada de él.

¿Me preguntó que pasara cuándo volvamos a vernos?

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