Tenía exámenes de lunes a miércoles. Rendí la mayoría de ellos durante los primeros dos días, sin mayores novedades, dejándome solo uno para el miércoles. Debido a que Blake y Stefan insistían en que tenía que pasar con ellos, la oficina se había convertido básicamente en mi zona de estudio. Había llevado libros y varias hojas donde había hecho apuntes importantes en algún momento durante todos estos días. Blake se encargaba de llevarme a la universidad y después de pasar horas convenciéndolo que no era necesario esperar por mí hasta que saliera y de que le prometiera que intentaría estar siempre acompañada, se rindió. Le avisaría con 30 minutos de antelación para que pasara por mi y me llevara al departamento de Stefan, o la oficina. Este último porque algunos profesores habían definido como hora de exa
Pensé que íbamos a manejar hasta mi ciudad natal, porque al menos eso era lo que yo pensaba hacer. Estaba básicamente resignada a estar postrada todo un día. Sin embargo, al parecer Stefan y Blake tenían planes completamente diferentes. Habían comprado 3 vuelos y no se habían siquiera preocupado en avisarme que habían hecho. Según yo, saldríamos en la mañana del día siguiente, por lo que cuando llegué delkickboxingy me encontré con Blake y Stefan diciendo que el vuelo salía en dos horas, casi perdí la cabeza. Uno, porque nunca antes había subido a un avión; dos, porque no había traído mi pasaporte; tres, porque usualmente, deberías estar con cierta antelación en el aeropuerto, pero nosotros llegaríamos casi justo a tiempo y todo por mi culpa. El segundo problema, se había r
Terminamos de comer, me puse un calentador, una camisa y salimos del hotel en dirección al banco central de la ciudad. Mis nervios incrementaban notablemente, conforme nos acercábamos al banco. La mano de Blake descansaba sobre mi mano, mientras manejaba, apretándola ligeramente, asumo que tratando de hacerme tranquilizar. Sin embargo, yo sabía bien que su gesto no haría nada para aliviar cómo me sentía, pero no dudé en darle una sonrisa de agradecimiento por su apoyo. No sabía de otra manera de agradecerle.Cuando llegamos al banco y luego de identificarme, me mostraron donde estaban las cajas de seguridad. Notifiqué mi intención de vaciar la caja fuerte y devolverla, pero ellos m
De: tus mamá y papá. Con mucho amor y cariño para nuestra niña. Esa era la dedicatoria. Mis manos temblaban y las lágrimas inundaban mis ojos, hasta el punto de que apenas podía distinguir las letras de la dedicatoria. Me paré de la cama y pude ver que Blake seguía sentado en el capo del carro, pero su expresión era seria y tenía los brazos cruzados sobre su pecho. Regresé donde estaba sentada y abrí el segundo sobre. Había unas cuantas fotos, las cuales puse a un lado. Tenía en mis manos dos hojas, les eché una ojeada superficial y reconocí la letra de mi mamá y mi papá. Sonreí. Por años había
El hombre, el demonio a su lado estaba sonriendo, mientras me miraba. Algo caliente, empezó a fluir dentro de mí. Ira, coraje, rabia viva, resentimiento. Cada una de estas empezaba a acaparar cada parte de mí, volví mi mirada al pequeño cuerpo sin vida de mi hermanita, lo que hizo que cada emoción negativa se incrementara exponencialmente. Me sentía abrumada, sentía que me estaba quemando por dentro y que necesitaba sacarlo todo, necesitaba liberarlo. Olas de energía empezaban a irradiar de mí. La expresión del sujeto cambio por sorpresa, y luego llegó a tocar un poco el miedo.—Charlotte, cariño, déjanos encargarno
Mire a Lidia expectante por lo que iba a decir. Estaba a punto de decirle que no me importaba y que iba a encontrar la manera de volver a la tierra donde Blake, antes de que él perdiera la cabeza y se pusiera en peligro, pero ella continuó hablando—Sin embargo, si tu relación con él llega hasta ese punto, deberías ser capaz de comunicarte con él de alguna manera, ¿no locrees?El link, pensé. Aquel pensamiento no había siquiera cruzado por mi cabeza —Inténtalo. Recuerda la primera vez que intentaste conectar con tu mamá y tu papá —comentó Lidia a mi lado. Cerré los ojos y busqué el recuerdo e
Media hora fue lo que se demoró la pequeña en alistarse, pensé que le tomaría algo más porque había visto parte de su ropa regada, pero no fue así. Treinta minutos después de habernos mandado al infierno, salió de su habitación con la maleta que había traído de su casa a un lado y un bolso del otro. Ella era obviamente mucho más grande que su maleta, pero me parecía que si intentaba levantarla se iba a caer con todo. Dejé que se adelantara un poco, me acerqué a ella y le di un ligero beso en los labios, lo que produjo que una pequeña corriente danzara por mis labios. Cuando me alejé de ella y por la distracción exitosa, logré quitarle la maleta con mi mano libre y empecé a caminar más rápido. Llegamos al banco y luego de identificarnos, le informaron que solo se le permitía entrar a ella. Me regresó a ver, me preocupaba dejarla sola en un momento como este, pero no creo que teníamos otra alternativa.—No abriré nada ahí. Lo sacaré y regresaré —prometió. Me quedé en la parte de afuera ahogándome en frustración. Podía sentir como se estaba sintiendo la pequeña, mientras pasaba por la puerta y se alejaba de mí. Varias emociones pasaron a través de ella y no tenía idea lo que estabapasando,pero tenía que ser paciente.Unos 10 minutos después, vi a la pequeña salir. Su expresiónCapítulo 37
—Blake —repetí, porque nadie me contestaba, pero sabía que había algo ahí, que alguien estaba ahí. Yo podía jurar que era él, pero no me respondía. —Blake, soy yo. Sé que estás ahí, puedo sentirlo. Dime algo —añadí.—¿Charlotte? —dijo una voz masculina familiar. Era él. Había logrado llegar a él. Lo que sentíamos el uno por el otro era tan fuerte, que habíamos logrado formar el vínculo. —¿Charlotte eres tú? ¿cómo estás? ¿Dónde carajos estás? Te he estado buscando como un loco ¿cómo es que estás usando e